En busca de una nave

Nume miraba recelosa hacia los lados. Había tenido mucha suerte consiguiendo llegar hasta allí y no podía estropearlo todo ahora. Llevaba semanas planeando este golpe, y hoy por fin lo había logrado. Tuvo suerte al colarse en el cargero Gumi que salía de Villa Crepúsculo hacia el castillo y llegar al hangar sin ningún problema. Pero claro está, nada podía ir todo de color de rosa. Intentando salir del carguero sin ser vista llamó la atención de dos guardias. Estuvo corriendo largo rato procurando esquivarlos, hasta que al cruzar una esquina lanzó sus bombas de humo y se deslizó rápidamente entre la confusión. Lo más difícil venía ahora, si fallaba, estaría perdida sin duda.

Pegada a la pared, escondiendose en las sombras, revisaba cada hangar en busca de su nada humilde objetivo. Procuraba darse prisa, pues era cuestión de tiempo que los guardias volviesen a dar con ella.

- Esta no, esta tampoco... - Decía para sí en apenas un inaudible susurro.

Hasta que al final... dió con la nave. Ciertamente, era fácil reconocerla, muy característica del rey Mickey, sin duda. Roja, negra con detalles amarillos y en la cabina destacaban las famosas orejas de su dueño, las cuales era dificil que no se hayaran en alguna de sus pertenencias.

Por un momento se quedó embobada observando la majestuosa nave y pensando en cómo haría para ponerla en marcha. Sin duda, una nave de ese calibre sería difícil de manipular. Se dedicó a palpar la superficie de la nave, puesto que había oído que la compuerta era lisa y para abrirla era necesario empujar en el lugar adecuado. Lo encontró de inmediato y se dejó maravillar. Cosa que no debería haber hecho. Enseguida escuchó pasos apresadurados dirigiendose hacia donde se encontraba.

Entró en la nave, cerró la compuerta y se dirigió a la zona de mando. Mientras sacaba sus utensilios con increible rapidez, se percató de un pequeño y curioso detalle...

- Había oído que el Rey Mickey era confiado, pero... ¿tanto? Debo tener mucha suerte - Una sonrisa adornaba su cara, pues unas llaves doradas se encontraban en el contacto. Parecía un regalo.

Curioseó en un instante la nave para hacerse una idea de como debía manejarla y se preparó para despegar. Fuera se escuchaban ruidos, entre ellos gritos de alarma, pero ya era demasiado tarde, estaba despegando. Pensó en los posibles destinos, y recordó un curioso lugar del que le habían hablado, en el cual contaban que había una cueva llena de tesoros. Que mejor sitio para una ladrona que había robado la mismísima nave del Rey Mickey.

- A Agrabah - dijo acelerando y con un brillo en la mirada.

][Off: xDDD Genial, robarle la nave al rey mickey XDD Me encantó la forma tan rápida de crearte una trama. Por ello un punto de popularidad][