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INACTIVIDAD
Vie Jun 29, 2012 12:14 am por Renvax
Ha pasado casi más de medio mes desde que empezaron las vacaciones y yo hice el esfuerzo de intentar revivir el foro pero no veo actividad por ningún lado ,ahora ni si quiera en el chatbox. ¿Hay alguien ahí? porque yo no veo a nadie en el foro. Os emocionasteis haciendo fichas pero no veo roleo,es que no veo ni en el chatbox.... eso sí,yo no puedo hacer más,he hecho …
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El mayor Rival
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El mayor Rival
Cuando Donx aceptó la invitación del incorpóreo, éste no pudo hacer otra cosa que reír con satisfacción y conducirle animosamente hacia el Bosque de Lotos. Tal vez con él, ¿el País de las Maravillas volviese a tener una posibilidad? Eran de nuevo dos contra un mundo, como cuando él y Leks lo intentaron aquella vez... ¿A la tercera iría la vencida?
Pero no ganaría nada si simplemente se lo preguntaba. ¡Debía intentarlo, o no lo sabría! Tenía que vivir el presente, pues puede que no viviese lo suficiente para conocer el futuro en el que no podía dejar de pensar. Condujo a su compañero al que recién había conocido hacía unos arbustos, pues vio bastantes sincorazón guardando el camino hacia el trono de la reina de Corazones. Era natural, después de todos los intentos que había liberado para salvar el mundo.
-Sólo para que lo sepas... Es la tercera vez que intento hacer esto. La primera tuve éxito, pero porque tenía un grupo aliado. La segunda, yo y una amiga fallamos estrepitosamente... y apenas salimos vivos- Gilleux suspiró-. Si aquel sincorazón humanoide y sus amigos están aquí, lo tenemos claro. Pero no creo que se pasen la vida en este lugar... Seguramente no crean en la posibilidad de una invasión, porque este sitio ya es prácticamente un bastión para los moradores de la oscuridad. Sólo somos dos, pero si somos rápidos, podemos hacerlo antes de que lleguen refuerzos.
Avanzó un poco a través de los arbustos e hizo algo de ruido para llamar la atención de los sincorazón. Una Rapsodia Azul se acercó a ver qué pasaba, y cuando se adentró lo bastante en la maleza para que el resto no la viera, Gilleux creó una bola de fuego en la palma de la mano y eliminó a aquel sincorazón silenciosamente. El resto de los guardianes se mantuvieron alerta unos segundos más, pero parecieron olvidar pronto la desaparición de su amigo, y volvieron a su eterna expectación.
-¿Tienes experiencia luchando? -le preguntó en voz baja a Donx, mirando hacia él.
Pero no ganaría nada si simplemente se lo preguntaba. ¡Debía intentarlo, o no lo sabría! Tenía que vivir el presente, pues puede que no viviese lo suficiente para conocer el futuro en el que no podía dejar de pensar. Condujo a su compañero al que recién había conocido hacía unos arbustos, pues vio bastantes sincorazón guardando el camino hacia el trono de la reina de Corazones. Era natural, después de todos los intentos que había liberado para salvar el mundo.
-Sólo para que lo sepas... Es la tercera vez que intento hacer esto. La primera tuve éxito, pero porque tenía un grupo aliado. La segunda, yo y una amiga fallamos estrepitosamente... y apenas salimos vivos- Gilleux suspiró-. Si aquel sincorazón humanoide y sus amigos están aquí, lo tenemos claro. Pero no creo que se pasen la vida en este lugar... Seguramente no crean en la posibilidad de una invasión, porque este sitio ya es prácticamente un bastión para los moradores de la oscuridad. Sólo somos dos, pero si somos rápidos, podemos hacerlo antes de que lleguen refuerzos.
Avanzó un poco a través de los arbustos e hizo algo de ruido para llamar la atención de los sincorazón. Una Rapsodia Azul se acercó a ver qué pasaba, y cuando se adentró lo bastante en la maleza para que el resto no la viera, Gilleux creó una bola de fuego en la palma de la mano y eliminó a aquel sincorazón silenciosamente. El resto de los guardianes se mantuvieron alerta unos segundos más, pero parecieron olvidar pronto la desaparición de su amigo, y volvieron a su eterna expectación.
-¿Tienes experiencia luchando? -le preguntó en voz baja a Donx, mirando hacia él.
Gilleux- Administrador
-
Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
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Re: El mayor Rival
El chico del bumerán azul siguió unos pasos por detrás al incorpóreo que acababa de conocer, mirando a su alrededor a medida que se adentraban en aquel bosque de proporciones exageradas, teniendo en cuenta su actual tamaño, mientras jugaba con una mano con sus cascos haciendo amagos de ponérselos en algún momento, consciente de que no le convenía desviar su atención de aquel lugar. Era demasiado silencioso. Aun tenía en mente la reciente conversación que mantuvo con Gilleux tras la cual reclamó su lugar el silencio, pero dejando de lado la melancolía que inspiraba aquel hombre por el momento parecía que podría fiarse de él al menos para avanzar por aquel oscuro mundo.
-*Sigh* - Tampoco era el momento de analizar a nadie con la situación que se presentaba, razón por la que Donx pareció preferir mantener la seriedad visible en su semblante y evitar la excesiva vigilancia que podría estar llevando a cabo sobre aquel individuo desviando la mirada a su alrededor una vez más. A juzgar por las experiencias pasadas que comentaba el incorpóreo no tenían muchas posibilidades de llevar a cabo la misión que se habían autoimpuesto con éxito, pero al menos ambos parecían mantener algo de esperanza en su posible cumplimiento y avanzaban entre las sombras con pasos que aunque silenciosos destacaban entre el auténtico silencio y el casi imperceptible sonido de alguna canción que aún resonaba en los cascos del jóven humano, aunque en forma de aquel leve zumbido solo alguien que estuviese a escasos centímetros del auricular podría distinguir que aquello era efectivamente música.
De forma tan repentina como esperada (dado que no atravesaban un camino de baldosas amarillas precisamente) un sincorazón se abalanzó hacia ellos tan curioso como un animalillo salvaje. Ambos sabían que si no tomaban medidas inmediatamente aquel pequeño ser podría ser el detonante de una refriega innecesaria aunque, incluso antes de que Donx alcanzase su bumerán en su espalda tensando los músculos necesarios para la acción instintivamente nada más verlo, su compañeró tardó aun menos pulverizando a su objetivo con una controlada bola de fuego que se consumió al mismo tiempo que el sincorazón.
-No te preocupes por mí. Lo creas o no he llegado hasta aquí cuidándome solo. - Respondió en el mismo tono en que formuló la pregunta, tratando de inspirar confianza a la par que profesionalidad. Por suerte no parecían haber alertado con aquello a una horda de sincorazones que les saliese el paso (aunque eran visibles de vez en cuando reptando entre los recobecos del bosque) y consiguieron avanzar un poco más sin problemas, aunque ya no había vuelta atrás ni para relajarse y bajar la guardia. Las aglomeraciones de sombras tentaban a Donx a lanzar en el momento menos esperado un potente hechizo que fundiese a aquellos sincorazones, pues confiaba en que conseguiría hacerlo sin problemas, pero pensándolo dos veces era bien cierto que si hacía aquello podrían encontrarse rodeado por algo más que una o dos Rapsodias Azules, al parecer típicas en aquel mundo entre otros, por lo que muy a su pesar sería mejor continuar con cautela por mucho que lo desease.
-No te ofendas, pero esto no parece tan...tan... - Se quedó con la palabra en la boca, viendo como un grupo de sombras, sincorazones de bajo nivel aunque numerosos, les salían al paso. "Claro que sí campeón, tenías que hablar solo para meter la pata", pensaba para si mismo torciendo el gesto con una mueca de resignación. Esta vez no permitiría que Gill se le adelantase. Sin previo aviso, el mago alzó una mano con la palma apuntando a las sombras y lanzó un electro que impactó, valga la redundancia, a la velocidad del rayo contra el grupo de sombras. El rápido ataque sin embargo solo consiguió acertar a dos de ellas en el impacto y alteró a las demás, que se fundieron como las sombras que eran con el suelo y se dispersaron intentando rodearles. - De verdad, odio cuando hacen eso - Dijo casi sin importarle si le estaban escuchando o no, frustrado por no lograr lo esperado con su ataque y tomando a sus enemigos por simples cobardes al mismo tiempo que echaba mano del búmeran tan solo con su diestra e intentaba ensartar la sombra que pasaba reptando a su lado, pero la muy asquerosa seguía "aplanada" e intangible. Para evitar que aquellas alimañas consiguieran rodearle, dio unas zancadas adelante comprobando que no se les abalanzaba nada más de frente y al mismo tiempo temeroso de que se avecinase algo por su retaguardia esperando que el incorpóreo tomase su ejemplo mientras seguían abriéndose paso en el interior del bosque.
-*Sigh* - Tampoco era el momento de analizar a nadie con la situación que se presentaba, razón por la que Donx pareció preferir mantener la seriedad visible en su semblante y evitar la excesiva vigilancia que podría estar llevando a cabo sobre aquel individuo desviando la mirada a su alrededor una vez más. A juzgar por las experiencias pasadas que comentaba el incorpóreo no tenían muchas posibilidades de llevar a cabo la misión que se habían autoimpuesto con éxito, pero al menos ambos parecían mantener algo de esperanza en su posible cumplimiento y avanzaban entre las sombras con pasos que aunque silenciosos destacaban entre el auténtico silencio y el casi imperceptible sonido de alguna canción que aún resonaba en los cascos del jóven humano, aunque en forma de aquel leve zumbido solo alguien que estuviese a escasos centímetros del auricular podría distinguir que aquello era efectivamente música.
De forma tan repentina como esperada (dado que no atravesaban un camino de baldosas amarillas precisamente) un sincorazón se abalanzó hacia ellos tan curioso como un animalillo salvaje. Ambos sabían que si no tomaban medidas inmediatamente aquel pequeño ser podría ser el detonante de una refriega innecesaria aunque, incluso antes de que Donx alcanzase su bumerán en su espalda tensando los músculos necesarios para la acción instintivamente nada más verlo, su compañeró tardó aun menos pulverizando a su objetivo con una controlada bola de fuego que se consumió al mismo tiempo que el sincorazón.
-No te preocupes por mí. Lo creas o no he llegado hasta aquí cuidándome solo. - Respondió en el mismo tono en que formuló la pregunta, tratando de inspirar confianza a la par que profesionalidad. Por suerte no parecían haber alertado con aquello a una horda de sincorazones que les saliese el paso (aunque eran visibles de vez en cuando reptando entre los recobecos del bosque) y consiguieron avanzar un poco más sin problemas, aunque ya no había vuelta atrás ni para relajarse y bajar la guardia. Las aglomeraciones de sombras tentaban a Donx a lanzar en el momento menos esperado un potente hechizo que fundiese a aquellos sincorazones, pues confiaba en que conseguiría hacerlo sin problemas, pero pensándolo dos veces era bien cierto que si hacía aquello podrían encontrarse rodeado por algo más que una o dos Rapsodias Azules, al parecer típicas en aquel mundo entre otros, por lo que muy a su pesar sería mejor continuar con cautela por mucho que lo desease.
-No te ofendas, pero esto no parece tan...tan... - Se quedó con la palabra en la boca, viendo como un grupo de sombras, sincorazones de bajo nivel aunque numerosos, les salían al paso. "Claro que sí campeón, tenías que hablar solo para meter la pata", pensaba para si mismo torciendo el gesto con una mueca de resignación. Esta vez no permitiría que Gill se le adelantase. Sin previo aviso, el mago alzó una mano con la palma apuntando a las sombras y lanzó un electro que impactó, valga la redundancia, a la velocidad del rayo contra el grupo de sombras. El rápido ataque sin embargo solo consiguió acertar a dos de ellas en el impacto y alteró a las demás, que se fundieron como las sombras que eran con el suelo y se dispersaron intentando rodearles. - De verdad, odio cuando hacen eso - Dijo casi sin importarle si le estaban escuchando o no, frustrado por no lograr lo esperado con su ataque y tomando a sus enemigos por simples cobardes al mismo tiempo que echaba mano del búmeran tan solo con su diestra e intentaba ensartar la sombra que pasaba reptando a su lado, pero la muy asquerosa seguía "aplanada" e intangible. Para evitar que aquellas alimañas consiguieran rodearle, dio unas zancadas adelante comprobando que no se les abalanzaba nada más de frente y al mismo tiempo temeroso de que se avecinase algo por su retaguardia esperando que el incorpóreo tomase su ejemplo mientras seguían abriéndose paso en el interior del bosque.
Donx- Humano
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Edad : 30
Fecha de inscripción : 13/06/2010
Hoja de personaje
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Re: El mayor Rival
El incorpóreo no pudo evitar una sonrisa burlona mal disimulada cuando su compañero de aventuras le aseguró con tanta profesionalidad que era capaz de cuidarse él solo. Por alguna razón, le pareció una reacción de lo más divertida e impropia de él, aunque no le conocía lo suficiente como para juzgarle de aquella manera, así que trató de hacerla desaparecer lo antes posible. Por otro lado, no tenía ninguna razón para no confiar en él. ¿Quién le decía que Donx no era una especie de prodigio?
Ambos consiguieron avanzar un poco más, aún ocultos parcialmente por la frondosa vegetación y la propia estupidez de los sincorazón, pero pronto se verían obligados a dejar de rodear la conglomeración y avanzar en linea recta si querían llegar en algún momento a la sala del trono de la Reina de Corazones. El peliazul comenzaba a cavilar la mejor manera de acabar sigilosamente con la mayoría de ellos para poder pillar luego por sorpresa a los que quedasen, y así eliminar riesgos mayores, pero cuando estaba a punto de comentárselo a su compañero, éste le dedicó unas palabras que daban a entender que el humano no veía una situación tan mala como para tener que elaborar un plan. Una vez más, iba a tratar de contestarle con calma para hacerle ver que la situación era peor de lo que aparentaba en un primer momento y había que tomarse todas las situaciones con frialdad y calcular la mejor manera de proceder, o de lo contrario los sorprendidos podían ser ellos. Y, como si el destino hubiera decidido jugarles una mala pasada, ocurrió aquello justamente: otra pequeña avanzadilla de bichejos de la oscuridad consiguió detectarles.
Al ser más de uno, aquella vez Gilleux decidió que utilizaría su estoque para acabar con ellos de una limpia estocada. Aquel plan minimizaría las posibilidades de que el resto de la vanguardia les encontrara debido a un exceso de ruido o de luz provocada por una bola de fuego al explotar. Sin embargo, su compañero se adelantó, utilizando un hechizo de elemento trueno y acabando con algunas de las sombras, pero dejando otras sobrevivir y a costa de llamar la atención de los enemigos más cercanos.
-Veo que el momento de abrirse paso a la vieja usanza ha llegado antes de lo planeado... -suspiró el incorpóreo, desenvainando su espada. El orbe que se encontraba entre el mango y la hoja brilló unos segundos con un resplandor dorado, antes de convertirse en un resplandor apenas perceptible-. Algún día tu mala costumbre de salir al escenario por todo lo alto me va a costar la vida. ¿Qué eres, la diva del campo de batalla?
-Cállate -contestó su estoque con una voz femenina y dulce que parecía hacer más eco en la mente que en los oídos-. Sabes que no lo hago porque quiero... ¿Cuál es el problema?
-Sincorazón.
El orbe suspiró, y su resplandor pareció disminuir un poco más.
-Y yo que me había emocionado al ver dónde estábamos. Podrías haberme llevado a tomar el té... En fin, pongámonos a ello.
Gilleux avanzó, siguiendo a Donx y acabando con las sombras que había dejado atrás, pues estas habían centrado su atención en el humano y dejaron su estado invulnerable cuando éste salió corriendo para evitar que le rodeasen. El incorpóreo estaba ligeramente preocupado, pues aunque parecía que se las arreglaba bastante bien, estaba claro que su nuevo compañero no estaba muy por la labor de pararse y elaborar alguna clase de plan de acción. Sin embargo, le daba más miedo que le ocurriera algo irreversible que el hecho de que arruinara algún plan. En aquellos momentos estaba demasiado adelantado para su gusto.
-¡D-Donx...! -trató de decir lo bastante alto como para que le escuchase, pero no lo suficiente como para llamar aún más la atención-. No tan deprisa, no te precipites... Vas a...
Pero antes de que pudiera terminar la frase, la vanguardia apareció por fin frente a ellos, posiblemente alertados por el resto de los sincorazón en el bosque. Ya no había vuelta atrás, había que enfrentarlos cara a cara. Rodeándolos había ahora cinco Grandullones, siete Soldados, cerca de diez Rapsodias Azules, el mismo número de Nocturnos Rojos y un singular Concierto Rosado encima de sus cabezas.
-Cuidado con esa cosa... ¡Es capaz de cegarte, envenenarte y muchas otras cosas asquerosas...! Si ves que se acerca demasiado, aléjate. Y si la situación se pone peliaguda, escapa de aquí, ¿entendido, grumetillo?
Según pronunciaba aquellas palabras, dos de los Soldados se abalanzaron de frente contra Donx, al mismo tiempo que unas cuantas Rapsodias Azules le lanzaban hechizos de hielo desde diferentes ángulos. El incorpóreo, convencido de que su compañero podría con aquello, se puso en guardia, pues a él también le atacarían pronto.
Ambos consiguieron avanzar un poco más, aún ocultos parcialmente por la frondosa vegetación y la propia estupidez de los sincorazón, pero pronto se verían obligados a dejar de rodear la conglomeración y avanzar en linea recta si querían llegar en algún momento a la sala del trono de la Reina de Corazones. El peliazul comenzaba a cavilar la mejor manera de acabar sigilosamente con la mayoría de ellos para poder pillar luego por sorpresa a los que quedasen, y así eliminar riesgos mayores, pero cuando estaba a punto de comentárselo a su compañero, éste le dedicó unas palabras que daban a entender que el humano no veía una situación tan mala como para tener que elaborar un plan. Una vez más, iba a tratar de contestarle con calma para hacerle ver que la situación era peor de lo que aparentaba en un primer momento y había que tomarse todas las situaciones con frialdad y calcular la mejor manera de proceder, o de lo contrario los sorprendidos podían ser ellos. Y, como si el destino hubiera decidido jugarles una mala pasada, ocurrió aquello justamente: otra pequeña avanzadilla de bichejos de la oscuridad consiguió detectarles.
Al ser más de uno, aquella vez Gilleux decidió que utilizaría su estoque para acabar con ellos de una limpia estocada. Aquel plan minimizaría las posibilidades de que el resto de la vanguardia les encontrara debido a un exceso de ruido o de luz provocada por una bola de fuego al explotar. Sin embargo, su compañero se adelantó, utilizando un hechizo de elemento trueno y acabando con algunas de las sombras, pero dejando otras sobrevivir y a costa de llamar la atención de los enemigos más cercanos.
-Veo que el momento de abrirse paso a la vieja usanza ha llegado antes de lo planeado... -suspiró el incorpóreo, desenvainando su espada. El orbe que se encontraba entre el mango y la hoja brilló unos segundos con un resplandor dorado, antes de convertirse en un resplandor apenas perceptible-. Algún día tu mala costumbre de salir al escenario por todo lo alto me va a costar la vida. ¿Qué eres, la diva del campo de batalla?
-Cállate -contestó su estoque con una voz femenina y dulce que parecía hacer más eco en la mente que en los oídos-. Sabes que no lo hago porque quiero... ¿Cuál es el problema?
-Sincorazón.
El orbe suspiró, y su resplandor pareció disminuir un poco más.
-Y yo que me había emocionado al ver dónde estábamos. Podrías haberme llevado a tomar el té... En fin, pongámonos a ello.
Gilleux avanzó, siguiendo a Donx y acabando con las sombras que había dejado atrás, pues estas habían centrado su atención en el humano y dejaron su estado invulnerable cuando éste salió corriendo para evitar que le rodeasen. El incorpóreo estaba ligeramente preocupado, pues aunque parecía que se las arreglaba bastante bien, estaba claro que su nuevo compañero no estaba muy por la labor de pararse y elaborar alguna clase de plan de acción. Sin embargo, le daba más miedo que le ocurriera algo irreversible que el hecho de que arruinara algún plan. En aquellos momentos estaba demasiado adelantado para su gusto.
-¡D-Donx...! -trató de decir lo bastante alto como para que le escuchase, pero no lo suficiente como para llamar aún más la atención-. No tan deprisa, no te precipites... Vas a...
Pero antes de que pudiera terminar la frase, la vanguardia apareció por fin frente a ellos, posiblemente alertados por el resto de los sincorazón en el bosque. Ya no había vuelta atrás, había que enfrentarlos cara a cara. Rodeándolos había ahora cinco Grandullones, siete Soldados, cerca de diez Rapsodias Azules, el mismo número de Nocturnos Rojos y un singular Concierto Rosado encima de sus cabezas.
-Cuidado con esa cosa... ¡Es capaz de cegarte, envenenarte y muchas otras cosas asquerosas...! Si ves que se acerca demasiado, aléjate. Y si la situación se pone peliaguda, escapa de aquí, ¿entendido, grumetillo?
Según pronunciaba aquellas palabras, dos de los Soldados se abalanzaron de frente contra Donx, al mismo tiempo que unas cuantas Rapsodias Azules le lanzaban hechizos de hielo desde diferentes ángulos. El incorpóreo, convencido de que su compañero podría con aquello, se puso en guardia, pues a él también le atacarían pronto.
- Spoiler:
- Para hacerlo un poco más interesante, yo roleo a los que te atacan a ti y tú a los que me atacan a mí. Así, si contestas que tratas de protegerte de los hechizos y contraatacar con, yo que sé, una patada voladora, en mi siguiente post yo diré si funciona o no, y el contraataque de los enemigos. Así evitamos que esto sea un genérico "acabo con todos los sincorazón de una estocada" xD
Gilleux- Administrador
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Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
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Re: El mayor Rival
La llamada de sus pequeños le llamó la atención.
Lo consultó con el Consejo, y aceptaron la moción.
La Reina salió a investigar la agitación.
Y ahora, oculta, observa la situación.
Lo consultó con el Consejo, y aceptaron la moción.
La Reina salió a investigar la agitación.
Y ahora, oculta, observa la situación.
Miia- Reina de la Oscuridad
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Localización : NO PIENSO DECIRTE QUE ESTOY ESPIANDO A LOS CHICOS DEL VESTUARIO
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Sáb Sep 04, 2021 2:06 am por Greiv
» Cierre del foro u abandono indefinido.
Jue Mar 12, 2015 1:44 am por Greiv
» El mayor Rival
Miér Sep 18, 2013 5:59 am por Miia
» Otaku Revolution Barcelona 2013
Miér Ago 21, 2013 4:07 am por otakurevolution2013
» Hola soy Joel
Dom Abr 07, 2013 1:09 am por Greiv
» Petición de Elementos
Jue Mar 14, 2013 8:41 am por Renvax
» [Mini-Rol] Pokémon: Forjadores del Destino
Miér Mar 13, 2013 7:44 am por Gilleux
» La triste vida de el gaijin tenebroso Nicaxol
Vie Feb 22, 2013 12:20 am por naicol
» Peticion de elemento
Jue Feb 21, 2013 8:12 pm por naicol