Conectarse
INACTIVIDAD
Vie Jun 29, 2012 12:14 am por Renvax
Ha pasado casi más de medio mes desde que empezaron las vacaciones y yo hice el esfuerzo de intentar revivir el foro pero no veo actividad por ningún lado ,ahora ni si quiera en el chatbox. ¿Hay alguien ahí? porque yo no veo a nadie en el foro. Os emocionasteis haciendo fichas pero no veo roleo,es que no veo ni en el chatbox.... eso sí,yo no puedo hacer más,he hecho …
Comentarios: 5
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 128 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 128 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 203 durante el Sáb Nov 02, 2024 12:13 am
La Esencia del Corazón
+3
Renvax
Leks
Gilleux
7 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: La Esencia del Corazón
Raven,Winna y mi aparecieron! xD q porcierto te acordaste de mi apellido,eso me alaga. Y eso de Gilleux de "toca mi pelo y probaras en tus carnes el poder de mi recien descubierto don" oO lol xD sigue sigue! esta interesante
PD: Novio...muerto º^º lalalalalá xD
PD: Novio...muerto º^º lalalalalá xD
Última edición por Renvax el Vie Jul 02, 2010 11:32 pm, editado 1 vez
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
YEAH, he salido en el fic xD Pero, leñe, has reflejado la violencia de Raven y la perversión de Winna, pero yo prácticamente no he dicho nada que diga como soy T_T ¿Cuándo viene la parte de la Mia alegre y alocada? xD
No sabía que Gilleux pudiera ser tan frío y maligno. Empieza a caerme bien xD
PD: DUDA EXISTENCIA Ò_Ó!!! ¿Por qué ahora todo el mundo llama a Gill "Guilleux", con una "U" entre la "G" y la "I"? xD Entonces se pronunciaría [Gui-le-ucs], y a mí me dijo que era [Yi-le-ucs] xD
No sabía que Gilleux pudiera ser tan frío y maligno. Empieza a caerme bien xD
PD: DUDA EXISTENCIA Ò_Ó!!! ¿Por qué ahora todo el mundo llama a Gill "Guilleux", con una "U" entre la "G" y la "I"? xD Entonces se pronunciaría [Gui-le-ucs], y a mí me dijo que era [Yi-le-ucs] xD
Miia- Reina de la Oscuridad
-
Cantidad de envíos : 593
Edad : 29
Localización : NO PIENSO DECIRTE QUE ESTOY ESPIANDO A LOS CHICOS DEL VESTUARIO
Fecha de inscripción : 11/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Muchísimas gracias a todos por vuestras amables palabras. Os aseguro que sois vosotros con vuestros ánimos y comentarios los que me animan a seguir con el fic xD Y es que yo según lo escribo lo publico, no tengo el capítulo 5 por ahí guardado, por ejemplo xD Aún no lo he empezado.
Greiv, por supuesto que lo tengo pensado. Yo no hago las cosas sobre la marcha, aunque al final siempre me olvide de algún detallito xD Llevo mucho tiempo pensando en este fic, y lo que escribo me lleva bastantes horas de reflexión para saber si cuadrará después con la historia posterior. Gracias por soltar un taco por mí *-* xD
Onii, claro que me acuerdo de tu apellido. Yo lo sé todo sobre ti (?) Incluso se de que color son las bragas que llevas ahora mismo (??¿¿ xD). Y de lo del novio no digas nada, que tú sabes más de lo que te toca >3>
Kiz, te doy las gracias pues por decirme que mi fic es bueno xDY por decirme que es mucho mejor que el de Renvax Muajajajaja
Miia, gracias por defender mi buen nombre, pero por mi parte puedes irte a la m*erda (?)
Y después de este discurso de domingo por el asqueroso armario (??????¿¿¿¿¿) Os dejo con la segunda parte del cap 4. Aviso de que a lo mejor no es mi mejor capítulo, a lo mejor se hace un poco aburrido xD Pero en la siguiente parte habrá mucha lucha y mucha sangre *-*
Cosecha (Parte 2)
Greiv, por supuesto que lo tengo pensado. Yo no hago las cosas sobre la marcha, aunque al final siempre me olvide de algún detallito xD Llevo mucho tiempo pensando en este fic, y lo que escribo me lleva bastantes horas de reflexión para saber si cuadrará después con la historia posterior. Gracias por soltar un taco por mí *-* xD
Onii, claro que me acuerdo de tu apellido. Yo lo sé todo sobre ti (?) Incluso se de que color son las bragas que llevas ahora mismo (??¿¿ xD). Y de lo del novio no digas nada, que tú sabes más de lo que te toca >3>
Kiz, te doy las gracias pues por decirme que mi fic es bueno xD
Miia, gracias por defender mi buen nombre, pero por mi parte puedes irte a la m*erda (?)
Y después de este discurso de domingo por el asqueroso armario (??????¿¿¿¿¿) Os dejo con la segunda parte del cap 4. Aviso de que a lo mejor no es mi mejor capítulo, a lo mejor se hace un poco aburrido xD Pero en la siguiente parte habrá mucha lucha y mucha sangre *-*
Cosecha (Parte 2)
- Spoiler:
- Las inocentes colegialas no se imaginaban el nefasto destino que la vida les tenía preparado.
El incorpóreo esbozó una media sonrisa al escuchar a las chicas, las cuales ahora escuchaban una especie de maratón de chistes contados por la llamada Mia, y salió de su escondite. El grupo de colegialas aún se encontraban a unos pasos de él, y al principio no parecieron prestar mucha atención al encapuchado según seguían andando.
-Esto es un niño y le diu a su madre: “Mamá, mamá, en el cole me llaman tonto”, y diu la madre: “¿Y a mí qué?”. Diu el niño: “A ti, GUARRA”. ¡Ja, ja, ja, ja…! –contó la peliazul de forma cómica, provocando las risas de sus compañeras. Estaba a punto de contar otro cuando finalmente divisó al joven de negro que les cortaba el camino-. ¿Mmm…? ¿Quién es ese?
Las cuatro jóvenes se pararon, extrañadas, observando a aquel ser que, aparentemente, no las dejaba pasar. Raven, mostrando intenciones claramente hostiles al crujirse los nudillos, dio un paso hacia delante, mas Mia interpuso su brazo para impedirle avanzar. Raven abrió la boca para decir algo, pero la peliazul le guiñó un ojo y le indicó que se mantuviera quieta. Dando algunos brincos, se acercó a la posición de Gilleux, poniendo los brazos en jarras y cambiando su alegre expresión por una de suficiencia, algo frívola, posiblemente tratando de imitar a algunas compañeras suyas que se creen mejores que las demás.
-Je… Chico, si vienes a ligar, estás en el lugar equivocado. Nosotros somos demasiado para ti –dijo, enfatizando la palabra “demasiado, y alzando la cabeza para reírse pomposamente con la mano junto a la boca, imitando de forma sobreactuada el estereotipo de la risa de las chicas pijas y ricas.
Gilleux, como respuesta, agarró fuertemente a Mia del brazo sin aviso previo, acercando de forma brusca el rostro de la joven al suyo.
-¡Que fuerte, va a besarla, menudo lanzado! –les susurró Winna a las otras dos. Kyaroru, paralizada, no sabía muy bien como reaccionar, mientras que Raven apretaba los puños con furia. Sus dientes chirriaban.
Sin embargo, lo que hizo el incorpóreo fue muy diferente a las deducciones de la pelirrosa. Acercó sus labios al oído de Mia, y, con una escalofriante media sonrisa, susurró:
-Voy a matarte.
La aludida se quedó sin aliento al instante. Incapaz de respirar, observó con las pupilas dilatadas por el miedo la mano derecha del encapuchado, en la que de pronto había una especie de espada negra con tres hojas cortantes y el dibujo de una macabra sonrisa en el punto donde los tres filos se reunían. Una repentina mudez era uno de los efectos que el miedo provocó en la chica. Quería pedir ayuda a gritos, pero era incapaz. La lacia espada comenzó a elevarse, rozando sus rodillas desnudas y formando un largo corte superficial que Mia prácticamente no notó, sobretodo porque aquello no era nada comparado con lo que podía sufrir. Cuando el corte llegaba hasta la rodilla, el joven giró la muñeca graciosamente, soltando la Llave-Espada un segundo y volviéndola a coger cuando, de un giro, uno de los filos se encontraba rozando el pecho de la joven, amenazando con atravesar su corazón.
La peliazul tragó saliva y cerró los ojos ante su inminente futuro. Sintió como el frío material del que estaba hecha la espada penetraba un poco más en su piel y… dos manos en cada una de sus caderas impulsaron su cuerpo hacia atrás, permitiendo que evadiera por los pelos la estoca que iba dirigida a empalar el cuerpo de la estudiante. Centésimas de segundo después, el puño desnudo de Raven golpeó el pecho de Gilleux, lanzándolo contra una roca, que su cuerpo atravesó, y acabando en el agua tras un sonoro chapoteo.
-¡Mia! ¡Mia, ¿estás bien?! –gritó Kyaroru, aterrorizada porque pudieran haber herido a su amiga.
-Estoy… bien. Solo algo mareada –respondió la peliazul, que había caído al suelo sentada por el fuerte tirón que Winna y Kyaroru habían realizado para alejarla de aquel asesino encapuchado. Cerró los ojos para recobrarse de la impresión.
-Increíble… -murmuró la morena de ojos escarlata, acercándose a la posición de las demás, observando su brazo derecho, donde había un corte sangrante a la derecha de la muñeca-. Ese tío es increíblemente rápido.
-¿Cómo te has hecho eso? Si de un puñetazo ya le has liquidado… -observó Kyaroru.
-No. Vosotras no lo habéis visto porque sois humanas normales y corrientes, pero hemos luchado encarnizadamente durante esas centésimas de segundo. Si no llego a interponer mi brazo, posiblemente os hubiera asesinado a las tres de un tajo. El que se distrajera por vuestra presencia es lo único que me ha permitido golpearle. Y no, Kiniro, no lo he liquidado, ni mucho menos. Volverá, y con ansias de sangre.
-Olvidaba que creciste en un tubo de ensayo, Ravenator. No nos aburras con tus conocimientos bélicos. Tenemos que irnos antes de que vuelva el violador.
-No. Debemos quedarnos y luchar. Si huyéramos, nos cogería en menos de un segundo –respondió Raven a la castaña.
-Sometámoslo a votación –propuso Winna, con la voz algo quebrada por el mal momento que habían pasado-. Que levante la mano quien quiera huir, que levante la mano.
Kyaroru y Winna alzaron la mano.
-Ahora –musitó Kyaroru tratando de aguantar una sonrisa triunfal-, que la levanten quienes deseen luchar.
Solo Raven la levantó en esta ocasión.
-En ese caso…
-No… -murmuró Mia. Las otras tres la miraron con sorpresa. Estaba consciente-. Yo… también voto por luchar.
-¡¿Qué?!-exclamó Kyaroru, estupefacta-. ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Ha estado a punto de asesinarte!
-Por eso mismo… -contestó, sonriendo. Se levantó dificultosamente, rechazando la ayuda de las otras-. No dejaré que ese loco se salga con la suya. Voy a vengarme por la humillación que me ha hecho pasar.
-¡Pero…! -trató de replicar la castaña.
-¡No hay tiempo, se está recobrando! –exclamó Raven, señalando la porción de mar donde Gilleux había caído. Una sombría figura comenzaba a erguirse en el aquel mismo lugar.
-¡Tengo un plan! –gritó Winna de pronto.
-¡¿En serio?! –exclamó Raven en respuesta.
-¡No, pero siempre he querido decir eso!
-¡¡IDIOTA!! –Raven golpeó a su hermana en la nuca-. ¡¿Te das cuenta de que podemos morir en este preciso instante?!
-Hermanita, confío en ti –le confesó de forma angelical, con un rostro y ojos repentinamente inocentes que hicieron que Raven, en contra de sus deseos, se derritiese. La morena le sonrió a su hermana pequeña.
-Bien, este es el plan –les dijo a las otras estudiantes cual general-. Cada una de nosotras escogerá un arma, cualquier cosa útil que pueda encontrar por aquí, y haremos todo lo posible para salir vivas de esta. Sé que todos los fines de semana vamos a la isla de recreo y practicamos diferentes estilos de lucha con nuestros compañeros de clase, pero todo eso no son más que juegos. Hoy, chicas, nos jugamos la vida en esto. ¡Así que dad todo lo que tengáis!
Mia, Kyaroru y Winna corearon las palabras de Raven, y buscaron algo que les sirviera para defenderse. Mia se apartó ligeramente su largo cabello azulado de la espalda, dejando a la vista un bastón o palo de color rojizo sujeto. Alegó que Tidus, un chico de su clase, se lo había regalado en la isla de recreo ya que le ponía mucho entusiasmo en las batallas de entrenamiento.
Kyaroru encontró unas cuerdas abandonadas en la costa, que posiblemente sirvieron de amarre para alguna barcaza tiempo atrás. No había nada mejor por los alrededores y el tiempo era oro, por lo que cogió ambas y se las enrolló en los brazos hasta que fue lo suficientemente corta para tan solo tocar el suelo desde sus manos. No podía dejar que fueran demasiado largas ya que serían más difíciles de manejar y no poseía instrumentos para cortarla a la medida, por lo que su única opción era enrollárselas en los brazos hasta que la cuerda restante tuviera la medida correcta. Si las usaba a modo de látigo, podían ser bastante útiles.
La joven Winna tampoco encontró nada que realmente pudiera servirle para el combate, por lo que sacó de su mochila un grueso diccionario que le enseñó a Raven con una gran e inocente sonrisa.
-¿Qué-es-eso? –preguntó la morena, enfatizando los espacios entre cada palabra.
-¡El diccionario más gordo que tengo! ¡Si le doy en la cabeza, seguro que le dejo K.O.!
La estudiante de ojos carmesí quiso arrearle una buena colleja, pero mantuvo las formas. No había tiempo para bobadas fraternales.
Por su parte, Gilleux observaba con curiosidad el preparamiento de las jóvenes desde la lejanía. Parecía estar de pie sobre el agua, más simplemente había creado una pequeña plataforma de rocas al nivel del agua para mantenerse erguido. No trataban de escapar, como había pensado que harían, sino que parecía estar preparándose para la batalla. ¿Acaso había escogido a las únicas estudiantes del instituto que realmente sabía luchar? La morena ya le había dado un buen puñetazo. ¿Eran todas así de fuertes? La suerte no estaba precisamente de su lado últimamente.
Ya harto de esperar, el incorpóreo usó su técnica Estrella Fugaz para llegar hasta las chicas. Se encontró con una aparentemente impresionante estampa: las cuatro chicas estaban en posición de ataque cuales heroínas, formando un rombo con Raven al frente, enseñando sus puños con furia, Mia y Kyaroru a los lados, la primera con un arma parecida a un palo y la segunda con unas simples cuerdas. Finalmente, en la retaguardia se encontraba Winna con un… diccionario.
-¡Oscuro engendro, hijo del mal! –gritaron de pronto las cuatro-. ¡Prepárate a ser purificado a manos de-
-¡¡Las Supernenas Z!! –exclamó Winna.
-¡Idiota! ¡Somos Las Protectoras del Destino! –replicó Kyaroru
-¿No éramos Las Cuatro Guapísimas Guerreras que Derrotan al Mal sin Romperse Una Sola Uña ni Estropearse el Peinado, Bellas Hasta Para Salvar a los Inocentes de las Sombras de la Destrucción? –preguntó Mia.
-¿Pero no era El Cuarteto del Caos…? –murmuró Raven-. ¡Agh! ¡¿Qué diablos estoy diciendo?! ¡Dejémonos de cursiladas y a patear culos, chicas!
-¡Sí! –dijeron todas al unísono.
-… ¿Por qué a mí? –se quejó el incorpóreo, aparentemente alicaído, pero haciendo aparecer la Llave-Espada en su diestra.
Gilleux- Administrador
-
Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 90
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Eso es Guilleux! acaba con ellas, acaba con todas ellas! bueno... menos con Raven, porque ha salido por un tubo como yo, si no...
Kizen- Humano
-
Cantidad de envíos : 162
Fecha de inscripción : 22/11/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Hoxtia Gilleux,mi más sincera enhorabuena,lo has clavado tio xD Y tu Kizen,quieres que me maten eh? bien bien >_> claaro com o Raven tiene "dos buenas razones" para vivir...xDD
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
=3 Je, je... Muchas gracias Renvax. Aunque no se si estarás muy contenta con que lo clave en esta última parte xD Y Kizen... si quieres saber quien muere y quien no, tendrás que leer xD Allá va.
Cosecha (Parte 3)
- Spoiler:
-… ¿Por qué a mí? –se quejó el incorpóreo, aparentemente alicaído, pero haciendo aparecer la Llave-Espada en su diestra. Se puso en una posición utilizada normalmente para correr, con una pierna flexionada y la otra oblicua hacia atrás, apoyando en el suelo tan solo la punta. En un segundo, pasó a estar parado a lanzarse contra la chica más cercana, Raven a la velocidad de la luz.
-¡Ahora! –gritó la morena.
Las chicas desaparecieron del lugar como si nunca hubieran estado allí. Gilleux paró en seco, completamente confundido, tratando de deducir como había conseguido superar su velocidad. ¿Qué truco habían usado? ¿Estarían huyendo en aquel momento?
-Se nota que no conoces nuestras islas –dijo una voz a sus espaldas. El peliazul abrió los ojos como platos y se giró rápidamente, para encontrarse con una Mia que le propinó un fuerte golpe en el estómago con su arma.
-¡¡Agh!! –gritó el incorpóreo, escupiendo algo de sangre, llevándose las manos al estómago-. Tú…
-Hace calor, ¿verdad? Casi tanto como en el desierto… y confunde tu mente, nublando tus ojos con el vapor de agua que flota incesantemente en el aire –susurró la peliazul con su penetrante mirada verde intenso perforando el encapuchado rostro de su enemigo-. Cuídate de los espejismos, o acabarás tan roto como un espejo reflejando la imagen de mi hermano –dijo, esta vez sonriendo angelicalmente, volviendo a la carga con aquel jō que le regaló Tidus. No obstante, esta vez el arma de Gilleux se interpuso en el camino de Mia, y comenzó a sonar una cacofonía de choques entre sus dos armas.
-Eres bueno… -murmuró la peliazul, haciendo chirriar sus dientes debido al esfuerzo.
-Tú no lo suficiente –fue lo que contestó el incorpóreo fríamente, interceptando un golpe que se dirigía hacia el lado derecho de su cuello y contraatacando a la cadera de la joven.
-Eso crees –musitó Mia, con una sonrisa infantil, volteándose e imponiendo su arma de espaldas para detener el tajo, para dar una rápida vuelta que desconcertó al incorpóreo y le hizo bajar la guardia-. Bingo.
De un salto, la joven se encaramó al cuerpo del incorpóreo, cruzando sus piernas alrededor de su cintura y los brazos tras la nuca. Observó un momento el rostro encapuchado del desconcertado Gilleux, y le besó en los labios. Se podría decir que apasionadamente, durante unos segundos, parecía que se fundían en un gesto de amor verdadero… mas no era más que una estratagema, ya que Mia, en mitad del beso, desenlazó sus piernas del cuerpo de Gilleux y le dio una patada con ambos pies, lanzándole hacia atrás. Sin embargo, lo que el peliazul no advirtió fue que el bastón de madera de la joven estaba encajado en la empuñadura de su Llave-Espada, y cuando el incorpóreo se vio impulsado hacia detrás, su arma no vino con él, sino que se quedó con Mia.
-Solo un beso… y tu corazón será mío… -murmuró espectralmente, retirándose a paso lento.
-¡¡Mi turno!!
Desde detrás de los peñascos de la cala apareció Kyaroru con un rostro que mostraba determinación, con el plan de acción completamente claro. Saltó cuando el cuerpo de su víctima se encontraba en su radio de acción, dando varias volteretas en el aire, atrapando al incorpóreo entre sus cuerdas en el acto, provocando que fuera incapaz de moverse. Antes de que pudiera reaccionar para deshacer aquel acorralamiento, Kyaroru aterrizó en el suelo y volvió a dar una vuelta, soltando gran parte de cuerda que tenía enrollada en sus brazos.
-¡¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! –gritó, lanzando con mucha fuerza al atrapado incorpóreo contra las rocas, destrozando varias usando el cuerpo de Gilleux como arma. Los golpes produjeron grandes daños en la espalda del incorpóreo, que gritaba con cada roca contra la que chocara, y las esquirlas no hacían más que penetrar en su piel y producirle varios cortes sangrantes.
El alcance de las cuerdas de Kyaroru acabó por llegar a su límite, y la muchacha se vio obligada a soltar finalmente al incorpóreo en el aire, que chocó contra una última roca, aunque sin atravesarla debido a la falta de fuerza extra anteriormente producida por Kyaroru.
Gilleux apretaba fuertemente los dientes unos contra otros, haciéndolos chirriar, debido a la furia que sentía. Unas simples colegialas le estaban venciendo. Eran mucho más poderosas de lo que creía. Trató de separarse de las rocas, mas le dolía enormemente la espalda. Alzó lentamente el brazo derecho en horizontal para hacer que su Llave-Espada volviera.
-¡¡¡¡MUERE, HIJO DE PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!
Unos iracundos ojos rojos como la sangre se interpusieron en su camino para recuperar su arma. Y apenas pudo ver su furioso rostro o sus negros cabellos, ya que el puño de Raven no tardó en dirigirse al rostro del incorpóreo con toda la fuerza que la morena era capaz de poner en un ataque. La sangre salpicó la arena y las rocas cercanas, al igual que el puño y el rostro de la joven.
Gilleux había sido lanzado nuevamente, mas esta vez no estaba dispuesto a acabar de nuevo estrellándose contra las rocas o en el agua del mar. Estaba furioso, pensaba acabar con todas aquellas chicas de la forma más dolorosa que se le ocurriera… Hizo una pirueta en el aire y frenó el vuelo colocando los pies sobre la arena, levantando una gran cantidad de arenisca que le nubló la vista; sin embargo, consiguió detener aquel vuelo, y era lo que importaba. Era imposible que alguna chica le atacara en aquel momento, ya lo había hecho todas y estaban lejos…
-¡Dis is de pagüer of guords, yu bastard!
-¡¿Pero qué?! –el incorpóreo se giró en dirección a donde había escuchado aquello… y se encontró con las tapas de un diccionario dirigiéndose a su cara. No tuvo tiempo de reaccionar, y le propinaron un fuerte golpe en la cara que, sumado al que le había producido Raven, provocó que cayera al suelo, aparentemente inconsciente.
-¡En to’l careto! –gritó Winna con una enorme sonrisa, saltando de alegría. Casi enseguida, las otras tres jóvenes se colocaron tras ella con mirada asesina, y le propinaron a la pelirrosa una triple colleja-. ¡¡¡Aaaaaaaaaaauuuu!!! ¡Escuece, escuece!
-¡Esto es serio, niñata! –gritaron las tres a coro-. ¡Te dijimos que te quedaras atrás!
-¡Pero le he dejado K.O.! –exclamó, sacándoles la lengua y mostrándoles el cuerpo inerte del incorpóreo.
-Je, je, je… Ya no eres tan valiente, ¿verdad, cerdo salvaje? –musitó Mia con expresión segura y una sonrisa de suficiencia, acercándose a Gilleux y colocando su pie en la espalda del incorpóreo, pisándole.
-¡Mia, no! –gritó Raven.
Pero era tarde.
Aquello que había parecido ser un cuerpo inconsciente se levantó sin esfuerzo alguno, a gran velocidad, empujando la pierna de la peliazul y agarrando a ésta por el cuello y elevándola. Mia comenzó a patalear, soltando tanto la Llave-espada como su arma para tratar de separar la mano de Gilleux de su cuello usando las suyas, en bano. El incorpóreo sujetó la Roba-Almas antes de que ésta cayera, y colocó el filo en el pecho de la humana de nuevo. El rostro del anteriormente encapuchado era ahora completamente visible, ya que la capucha había dejado su lugar inicial tras tanto movimiento, y mostraba una apariencia tétrica a la vez que ligeramente patética. Estaba completamente lleno de sangre, su nariz estaba torcida y a su sádica sonrisa parecía faltarle un diente, pero sus ojos, ligeramente ocultos por su despeinado flequillo, también estaban inyectados en sangre y parecían querer decir una sola palabra: “matar”. Estaba prácticamente irreconocible.
-Antes has intentado robarme el corazón… -murmuró, con voz ronca y gutural. Al parecer sus cuerdas vocales también habían recibido daño, pero no parecía importarle. Sonreía, haciendo clara alusión al beso-. Lo justo es que ahora yo te arrebate el tuyo… ¿no crees?
-¡¡No!! –gritaron las otras chicas, lanzándose a por el incorpóreo. Sin embargo, éste apunto a las jóvenes con su Llave-Espada, y un meteoro de tamaño intermedio fue lanzado en su dirección, impactando contra sus cuerpos y tirándolas al suelo.
-¿Unas últimas palabras…? –ofreció el incorpóreo, presionando con su arma en el pecho de la peliazul.
-E… Eullig… -masculló. Gilleux arrugó la nariz-. ¡Eullig! ¡Tú eres…!
-¡¡Cállate!! –explotó, atravesando el cuerpo de Mia con Roba-Almas. El corazón, brillante y poderoso, de la joven salió de su pecho y flotó unos instantes en el aire antes de que la Llave-Espada lo absorbiera. Gilleux lanzó el cuerpo sin vida de Mia al agua.
Raven fue la primera en recuperarse del meteoro y, tras comprobar que no había sufrido daños graves, alzó la vista y… vio como aquel incorpóreo lanzaba a su amiga al agua. No… A su amiga no, el cuerpo de la que había sido su compañera. Sus dientes chirriaron con fuerza y sus ojos mostraron una furia imparable. Con un estruendoso grito, se lanzó a por Gilleux. No obstante, éste susurró algo y el puño de la morena solo encontró aire. Rápidamente, Raven se dio la vuelta y cargó de nuevo contra su enemigo, mas… el puñetazo quedó suspendido a unos centímetros del cuerpo del peliazul… ya que había otro cuerpo que lo obstaculizaba. Había cogido a Winna de rehén.
Por el rostro de Raven cruzó una repentina impotencia… y aquello bastó para que Gilleux sonriera macabramente y acabara con la valentía de aquella chica de sobrenatural fuerza. Un segundo bastó para hacerlo; desechó a la pelirrosa, lanzándola contra las rocas y balanceó su Llave-Espada en dirección a Raven. Ésta tuvo una extraña sensación… No sentía las manos. Dirigió la mirada a sus extremidades… y en lugar de manos había un vacío que chorreaba sangre. Le habían cortado las manos.
-¡¡¡GRUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! –tronó en un desgarrador grito la morena, cuando sus terminaciones nerviosas informaron al cerebro del dolor que estaba sintiendo al haber perdido ambas manos.
-¡Raven! –saltó Kyaroru, horrorizada antes el torrente de sangre que despedían aquellos agujeros de las muñecas de su amiga. Lanzó sus cuerdas en dirección a los brazos de Gilleux para impedir que procediera a arrancarle el corazón… pero solo consiguió que su sonrisa se ampliara.
Con un ágil movimiento, Gilleux llevó su ensangrentada Llave-Espada a la trayectoria de las cuerdas, provocando que se enrollaran en su arma. Acto seguido, solo tuvo que esforzarse un poco y Kyaroru salió volando debido a su unión con la Roba-Almas. Se las arregló para hacer que las cuerdas también atraparan a Raven, que se lamentaba entre gemidos arrodillada en la arena, y ambas acabaron espalda contra espalda atrapadas por las amarras de la castaña.
-Me gustan los pinchitos… -musitó sádicamente Gilleux, lanzando a las dos jóvenes contra el acantilado rocoso, seguido por la Llave-Espada… que ensartó a ambas centésimas después de que chocaran contra las rocas. Murieron al mismo tiempo, como buenas compañeras según el incorpóreo, y sus corazones siguieron el mismo camino que el de Mia.
-Mi pierna… ¡Ah, mi pierna…! –se lamentaba una voz en la lejanía. Winna se había dislocado algún hueso de la pierna, y no había advertido el resultado de la batalla. Solo había conseguido oír el grito de su hermana.
Gilleux se acercó lentamente. Solo quedaba la débil, no tendría problemas. Al sentir la presencia del joven de negro acercándose, la expresión de Winna pasó de mostrar dolor a pánico. Observaba la silueta de aquel asesino acercándose a ella, que era incapaz de moverse, con una espada ensangrentada…
-¿Qué… qué le has hecho a mi hermana y las demás? –preguntó, con la voz quebrada, temblando
-No te preocupes por ellas… -respondió con voz calmada-. Pronto podrás verlas… en el Infierno.
La única estudiante del grupo del principio, la más joven, la más alegre y despreocupada comenzó a llorar en aquel momento, sintiendo una increíble impotencia. Había asesinado a sus amigas, a su hermana, y haría lo propio con ella… Y ni siquiera podía defenderse. Estaba aterrorizada, pero al mismo tiempo, veía la muerte como algo aceptable por no haber podido proteger a sus seres queridos. Cerró los ojos, a la espera de la muerte… Mas la muerte jamás llegó.
-¡Alto ahí! –gritó alguien, una suave voz femenina. Una joven de cabellos y ojos dorados cayó en la arena de la playa, interponiéndose entre Gilleux y Winna. Enarbolaba una especie de lanza con punta luminosa, como si estuviera hecha de luz mágica-. ¿Qué pensabas hacer?
-Aparta, mujer –dijo el incorpóreo con desgana, descargando su arma contra la recién llegada para quitársela de en medio... Sin embargo, no contó con que ésta tendría la habilidad de contrarrestar su estocada y contraatacar. La punta atravesó la cadera del peliazul y le provocó un descomunal dolor que le obligó a pegar un grito desgarrador. Aquello no era un arma normal… Sentía como si aquella punta estuviera desintegrándole por dentro, fundiendo sus músculos y huesos. Un portal oscuro se creó casi al instante, y Gilleux desapareció por él para evitar heridas mayores. Un corazón no valía tanto.
-Humf… -masculló la joven de cabello dorado cuando el chico de negro desapareció-. ¿Estás bien? –preguntó girándose en dirección a Winna. Mas no hubo respuesta. Se había desmayado.***
Un portal de oscuridad se formó en la Fortaleza de la Nada, en el lugar donde Xemnas el Superior reposaba. No pareció molesto ante la intromisión de Gilleux, simplemente le dirigió una mirada curiosa. Ni siquiera pareció interesado en sus heridas.
-Traigo… corazones… -fue lo único que dijo el peliazul, escupiendo algo de sangre.
Xemnas sonrió. Pero no era una sonrisa de alegría. Una máscara macabra se formó en su rostro cuando algo que normalmente muestra felicidad apareció.
Gilleux- Administrador
-
Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 90
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
OMG, la pobre Winna se ha torcido el tobillo! ademas... que te he dicho! que no mates a Raven... ahora quien queda que alla salido de un tubo?!
Kizen- Humano
-
Cantidad de envíos : 162
Fecha de inscripción : 22/11/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Ahorame quedao con as ganas de saber quien era la del pelo dorado .w. porq has matado a Raven,cabr*n =_= te odio ಠ_ಠ(sabia q la unica q sobreviviria seria Winna xD)
pd: me encanta como escribes *-* sigueeee =DD xDD
pd: me encanta como escribes *-* sigueeee =DD xDD
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
¿Toc toc? ¿Me queda algún fan(?) vivo por ahí? xDD Sea como sea, tras el laaaaargo periodo muerto del foro, ¡yo también intento revivir y colocar la primera parte del quinto capítulo! Gracias, Renvax, por los halagos Y ¡tranquilos! Ya saldrán más tubos y demás cosas gruesas y largas (?) Por el momento no se me ocurrió ningún buen título, pero el resto de la narración está cargada de inspiración. Disfrutad nwn
El extranjero desnudo o cómo doblar 1000 sardinas con la chorra [tutorial]
- Spoiler:
- La puerta frente a Gilleux se hizo completamente visible cuando el último retazo de tinieblas dejado por el pasillo oscuro creado por Xermnas se deshizo en el aire. Ésta no difería demasiado de las demás, siguiendo todas el mismo modelo angular y monocromo, de un puro blanco que diferían con la oscuridad que se ocultaba en el interior de la insensible fachada de la mayoría de los incorpóreos. Sin embargo, también al igual que todas las demás puertas, poseía una especie de emblema que “manchaba” de morado el blanco inmaculado, justo en el centro, y en el interior de aquella diferencia central, un arma. Cada puerta tan solo difería en aquello: el arma grabada sobre el emblema hexagonal de color violáceo. En aquel caso, se trataba de una gran espada. Una espada bastarda de aspecto peculiar; la parte superior tenía una forma ligeramente estrellada, aunque de lados circulares en lugar de completamente angulosos. Según lo explicado por Xemnas antes de marcharse, aquella era la puerta en la que su hombre de confianza descansaba, el lugar de reposo de su brazo derecho. Gilleux entornó los ojos, observándola con curiosidad. Le parecía extraño que Xemnas poseyera tal componente en su organización. Le había parecido más del tipo de gente que lo hace todo solo, ordenando tareas y misiones a diestro y siniestro a sus soldados mientras maquinaba en su lujoso despacho. Pero parecía que los demás, o sólo aquel hombre o mujer, también… maquinaban junto al Superior. Se encogió de hombros, recordando que se trataban de incorpóreos, y no de humanos.
Desvió la mirada ligeramente hacia la derecha para observar otras dos puertas. La que se encontraba exactamente junto a la que le habían ordenado abrir poseía un dibujo que no era capaz de identificar. ¿Unas pulseras? ¿Panderetas? En cambio, la que se encontraba tres puestos más allá de la de grabado incomprensible representaba con toda claridad una guadaña. Le habían prohibido terminantemente que no abriera aquellas dos puertas en concreto. Xemnas, a pesar de su prepotente e insensible manera de decirlo (ni siquiera se había preocupado por la herida de su cadera. Al recordarlo, Gilleux entornó los ojos, casi con rencor), le permitía el lujo de abrir las puertas que quisiera con los corazones restantes una vez hubiera devuelto la existencia a su supuesta mano derecha.
-Qué lujo… -se dijo a sí mismo, con la voz repleta de sarcasmo-. Por supuesto, yo sé perfectamente quién hay tras cada puerta –sacudió la cabeza, con una sonrisa igual de sarcástica. Xemnas no se molestaría ni en decirle los nombres, mucho menos cómo es cada uno.
Trató de levantar la Llave Espada, pero se vio obligado a llevarse la mano izquierda a la cadera. Apenas podía mover los músculos; parecía que, aunque por fuera pareciera una simple herida por penetración, en el interior de su sistema la hemorragia se había extendido. Aunque sabía que no serviría de mucho, arrancó algo de tela de la manga derecha de su gabardina para así poder hacerse un torniquete alrededor de la herida. La herida en sí no le escocía, sino que era por dentro donde realmente sentía el dolor. Sin embargo, de aquella manera evitaría que la sangre tiñera de rojo el suelo de la sala. No es que le surgiera a borbotones, pero la pérdida podía resultar molesta a largo plazo, y más si se abría cada vez que realizaba un movimiento.
Una vez más, esta vez mucho más lentamente, levantó la Roba-Almas hacia la la puerta con el grabado de la colosal espada, aunque sin poder evitar guiñar un ojo debido al intenso escozor de la hemorragia. Fue capaz de mantenerla en posición horizontal el tiempo suficiente como para que el rayo de luz, de un color rosado debido a la influencia del corazón arrebatado, se introdujera en la cerradura que abriría la puerta a una nueva existencia. Se abrió sin que nadie ejerciera ninguna presión sobre ella, y una pesada neblina se extendió por toda la sala al igual que había ocurrido con Xemnas. Lo primero que Gilleux divisó entre la espesa pantalla de humo fue una mano apoyándose en el marco. Dejó descansar el brazo derecho, satisfecho, y agitó la zurda para tratar de apartar la niebla más cercana a él. Se tuvo que llevar la misma mano a la boca, pues respiró demasiada de aquella neblina y comenzó a toser con violencia. Tuvo que reprimir un salto al abrir los ojos, pues justo frente a él había un imponente hombre alto de largo cabello azulado, una cicatriz cruzando su curtido rostro y unos intimidantes ojos amarillos, mas parecidos a los de un hombre lobo que a los ambarinos del Superior.
-El nuevo juguete de Lord Xemnas, ¿me equivoco? –tronó, pues su voz era grave y tan imponente como su figura. El peliazul estuvo a punto de ponerse firme, cual soldado a las órdenes de su general, pero las palabras pronunciadas por el hombre no le gustaron demasiado.
-Sí, te equivocas. Soy Gilleux, el número XIII, miembro en pleno derecho al igual que tú. Y si estás aquí ahora, es solamente gracias a mí –trató de sonar igual de autoritario, pero su mucho menor estatura no se lo permitía.
Sin prestar atención a aquellas palabras, su interlocutor fijó la mirada en el arma enarbolada por el joven incorpóreo. Susurró algo ininteligible.
-Ya entiendo. Curioso… -Una larga pausa siguió al poco informativo comentario-. Puedes dirigirte hacia mí como Saïx, número VII. El Adivinador Lunar –ordenó con un deje de orgullo en su fría y desalmada voz-. Confío en que nos volvamos a ver antes de que… te rompas, pequeño entretenimiento.
Y desapareció en un pasillo oscuro. A pesar de no sentir verdadera ira, Gilleux deseaba haber podido pegarle un puñetazo en la cara antes de que desapareciera, pero se convenció a sí mismo que no valdría la pena. Sólo conseguiría enojar a sus superiores, además de que aquel sujeto no era más que ganado de Xemnas. La cicatriz de la cara sería, probablemente, para marcar a las ovejas de su propiedad. No obstante, no pensaba quedar como un dócil y asustadizo novato. No era difícil pensar en una sutil venganza. Esbozando una traviesa sonrisa, se acercó a la puerta que se encontraba a la derecha de la de Saïx, probablemente la del octavo miembro, y alzó la llave espada con mucha más rapidez de la acostumbrada, ignorando el dolor. No quería que apareciera alguien a detenerle. El segundo fino hilo de luz rosada surgió del negro extremo y atravesó cual llave la abertura para desbloquear la estructura mayor en el tiempo que tarda una mariposa en aletear una solitaria vez. El chirriar de la puerta al abrirse, humo haciendo más espeso el ya existente, que no acababa de disiparse, y el sonido del acero chocar. Gilleux se vio tumbado de espaldas contra el suelo, siendo la llave espada lo único que separaba su cuello de una sucesión de púas plateadas. Apretaba los dientes con fuerza, ejerciendo todo el esfuerzo posible en que su arma no cediera. El impacto contra el suelo le había hecho perder la respiración unos valiosos instantes y que un vaso sanguíneo de la nariz se rompiera, liberando un hilillo de sangre que recorrió su cara hasta la mejilla. Apenas había tenido tiempo de interponer Roba-Almas, pues se mantenía alerta para un intento de detención por detrás y no para un ataque frontal. No eran Xemnas ni Saïx, por lo tanto. Unos penetrantes ojos verdes se hicieron visibles, a unos pocos centímetros de los suyos, observándole fijamente. Eran cautelosos, como los de un gato, pero también estaban repletos de curiosidad. Lo siguieron unas extrañas marcas con forma de gota pintadas en negro bajo el párpado inferior de cada orbe y un alocado peinado de vivo color rojo sangre, alborotado y notablemente difícil de domar.
-No… No eres un Umbrío –masculló, aunque sin variar su ofensiva posición.
Así como la neblina se iba aclarando, Gilleux se dio cuenta de que el recién despertado número VIII estaba también tumbado cuan largo era sobre él, aunque para nada relajado. Sus piernas, torso y mano libre le apresaban firmemente en puntos estratégicos para que fuera incapaz de realizar un solo movimiento, así como el chakram que amenazaba con atravesar su cuello si relajaba el brazo con el que sujetaba su espada no le dejaba mover la cabeza. Su penetrante mirada verdosa continuaba reflejando curiosidad más que hostilidad.
-¿Crees que debería broncearme? Si esto ocurre cada vez que alguien piensa que estás más pálido de lo normal, le preguntaré a Xemnas si me presta su máquina de rayos uva.
La máscara de indiferencia que había tomado el rostro del pelirrojo se rompió en el preciso instante en que Gilleux pronunció aquellas palabras con una media sonrisa socarrona, a pesar de ser apenas capaz de hablar con la presión que ejercía el contrario sobre su cuello. Estalló en carcajadas y aflojó su presa ligeramente, aliviando al peliazul, mas el que no le soltara del todo al comprobar que no era un enemigo era una mala señal. Una gota de sudor le recorrió la sien. Las risas se detuvieron gradualmente, y aquel hombre se mantuvo unos instantes más observándole muy de cerca. Tanto su aliento como su piel… El número XIII lo notaba muy caliente.
-Esa ha sido buena, amigo. ¡Me gustan aquellos que saben mantener su sentido del humor incluso cuando están a punto de morir! –Aquel último comentario no le daba muy buenas vibraciones-. Aunque es gracioso. Juraría que hace unos segundos estaba luchando contra unos Umbríos junto a So… Y ahora –cortó abruptamente- estoy aquí frente a un chiquillo que nunca antes había visto, pero que viste el uniforme de la organización que me persigue por traición. No eres menos enemigo que los incorpóreos menores –finalizó, adquiriendo de nuevo un tono sin emoción.
Las intenciones del hombre estaban claras, no valía la pena perder el tiempo en explicarle que acababa de resucitarle. Debía pensar en una salida para aquella encerrona. Para atacarle, el pelirrojo tendría que utilizar su otro brazo, lo que liberaría su propia extremidad para contraatacar. Si levantaba el chakram que estaba utilizando para asestar un golpe definitivo, podría devolverle el golpe con la Llave Espada antes de que fuera capaz de descargar el suyo. Si se levantaba para ofrecerle un duelo justo… Lo más inteligente sería huir y dejar que Saïx y el Superior se encargara del supuesto traidor. No correría riesgos innecesario, el honor no valía tanto como su vida.
No hizo nada de lo anterior.
Inclinó su rostro más aún en dirección a la mejilla de Gilleux y lamió con delicadeza el fino reguero de sangre que se había deslizado anteriormente. Con el rostro invadido por el rubor, el peliazul empujó fuertemente al contrario utilizando su espada como herramienta y punto de apoyo. Su acto fue acompañado por un tonto gruñido agudo del que se avergonzaría toda la vida. Se levantó con presteza y le dirigió una iracunda mirada al ya alejado número VIII. El hielo de sus ojos ardía de rabia. Él, sin embargo, sonreía con orgullo. Parecía que su intención desde un principio era que sacara fuerzas de donde no había y fuera capaz de apartarle de su lado; y lo había conseguido. ¿Le había afectado más aquel lametazo que el conocimiento de que iba a morir irremediablemente? ¿Por qué, si no poseía sentimientos…? Un segundo chakram apareció en la mano libre de su adversario, y ambos se revistieron con fuego, haciendo más amplio el alcance del la hoja de las numerosas púas que rodeaban las armas circulares.
-Su poder es el fuego. Por estaba tan caliente… -susurró Gilleux, y enseguida se arrepintió de haber utilizado esa palabra en concreto para describirle, por alguna razón que no alcanzaba a comprender.
Se puso en posición de combate y ambos corrieron hacia el otro en el mismo momento, cargando para comenzar un combate cuerpo a cuerpo. Un cegador resplandor se tragó la sala cuando estaban a una centésima de segundo de chocar el uno contra el otro.
Cuando fue capaz de abrir los ojos, Gilleux se encontró con el hombre pelirrojo arrodillado y con la cabeza inclinada hacia atrás, con una expresión de dolor, y un Saïx inexpresivo agarrándole de la cabellera con fuerza, posiblemente tirando hacia su dirección.
-Sora ya no es nuestro objetivo –comentó el de ojos dorados con simpleza.
Aquella sola frase arrancó una expresión de sorpresa al rostro dolorido del número VIII, que trató de lanzarle una mirada de reojo a Saïx para confirmar que estuviera hablando en serio, aunque se mostraba tan inexpresivo como siempre. El segundo de Xemnas relajó su agarre sobre el cabello del contrario y abrió un portal oscuro frente a ellos, con la clara intención de llevarse por él a su prisionero. ¿Quién sabe qué clase de crueles rituales y torturas podría realizar con aquel “traidor”? Sin saber muy bien porque, Gilleux dio un paso adelante.
-¡Esperad! –Se encontró con las miradas de ambos fijadas en él, y ni siquiera sabía qué quería decir exactamente. Su anteriormente hostil adversario pelirrojo ya había sido completamente liberado y se disponía a entrar en el pasillo oscuro por su propio pie y voluntad-. Yo… esto…
-Axel –dijo él con una amplia sonrisa-. No te librarás tan fácilmente de mí, ¿lo captas? ¡No me quedaré sin ver quién hubiera ganado!
Aquellas palabras le aliviaron mucho más de lo que le hubiera gustado. Antes de marcharse, Saïx le lanzó una mirada de lo más significativa. Gilleux la entendió a la perfección. Había sido advertido de que no debía abrir aquella puerta, y sus actos serían castigados. Le consolaba saber que la organización no podía continuar sin él y que su condena no podía ser demasiado severa… ¿verdad? Axel y Saïx desaparecieron en la oscuridad, dejando al peliazul solo de nuevo en aquella amplia sala repleta de puertas. Todavía tenía un corazón, una llave maestra, y diez puertas entre las que elegir para utilizarla.
Se llevó la mano a la cadera, pensativo, tal vez esperando una señal. Pero nada ocurrió.
Nada ocurrió.
Había apoyado la mano en el lugar donde tenía la herida y no había sentido nada. Se apresuró a fijar su mirada en aquella parte de su cuerpo; su traje continuaba agujereado y sanguinolento, al igual que su piel, pero la herida se había cerrado.
Gilleux- Administrador
-
Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 90
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Mansex! Rayos uva para ser moreno? por que no he sido informado?! Que mal amigo...Buena historia!
Kizen- Humano
-
Cantidad de envíos : 162
Fecha de inscripción : 22/11/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Me mola mucho la parte de Axel lamiendo a Gilleux *¬* <-vena hard yaoista xD
Quiero maaaaaás
Quiero maaaaaás
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Yaymore.
Y... Fin del capítulo. Ya sé que este es cortito, pero... Duele mucho despertarse una mañana, releer los cinco capítulos que tienes guardados de un fic que llevas escribiendo desde hace tres años y pensar "Joder, qué asco de argumento, ¿no?". Lo intentaré arreglar en los episodios a venir.
- Spoiler:
- Tras la incredulidad y sorpresa inicial, se dio cuenta de que había un extraño contorno negro alrededor de la cicatriz, a simple vista oculto debido a la sangre coagulándose. Sacudió la cabeza, obligándose a sí mismo a olvidar aquello por el momento. Lo investigaría más a fondo cuando tuviera algo de tiempo para sí mismo, en aquella habitación que le había asignado Xemnas en la Fortaleza. Tal vez después de darse una ducha, o incluso un relajante baño. Con sales. Y pétalos de rosa. Debía centrarse en la tarea que le había sido encomendada, y más ahora que una amonestación estaba asegurada. Se guardó en un bolsillo el pedazo de tela, pues tal vez podía cosérselo de nuevo al traje cuando tuviera tiempo, y estudió sus posibilidades. Ya que había abierto dos puertas consecutivas, podía tratar de seguir un patrón. ¿Debería continuar por la sexta o por la novena? La respuesta estaba clara. Si continuaba por la novena, tendría que abrir la undécima demasiado pronto para gusto de sus superiores, y saltándosela no estaría siguiendo ninguna clase de orden. Avanzó en dirección al sexto portón preguntándose desde cuando se había vuelto tan maníaco, deleitándose por el hecho de que el dolor al realizar cualquier clase de movimiento había cesado. ¿Todavía le dolía cuando fue derribado por Axel? Era incapaz de recordarlo, tal vez por la intensidad del momento. Algo parecido a un grueso libro estaba grabado sobre la blanca puerta. Si aquella era su arma, no podía ser demasiado peligroso. A no ser que la magia fuera su especialidad, en cuyo caso podía ser su perdición si resultaba ser tan hostil como el pelirrojo.
-Sora ya no es nuestro objetivo –repitió mientras alzaba la oscura llave espada-. ¿Cuál nuestro objetivo entonces? ¿Cuál es… mi objetivo?
La puerta se abrió, como todas las anteriores, realizando el mismo sonido chirriante y surgiendo siempre la misma cantidad de bruma. Un hombre de baja estatura se presentó frente a Gilleux: su cabello era de color azul grisáceo, metálico, y su flequillo caía sobre la parte derecha (izquierda desde el punto de vista del incorpóreo) de su rostro en cascada, ocultando la totalidad de la misma. Echó un vistazo a la habitación en la que se encontraba, intranquilo y confundido a pesar de la impasividad que trataba de aparentar, y luego miró a Gilleux a los ojos. Éste hizo lo propio. Y entonces lo supo. Aquellos ojos, sus ojos, los ojos de Eva. Provenían de la misma fuente.
Ienzo.
***
Un largo aullido de horror fue el único de todos los sonidos que deseaba proferir que salió de su atormentada garganta. Se irguió, con las ropas pegadas al cuerpo debido al sudor, y tuvo que fijar la mirada en sus pies durante unos segundos antes de darse cuenta de que aquello era una pesadilla, que no se encontraba en aquella playa sangrienta repleta de dolor. Que estaba a salvo. Que ellas estaban a salvo. Forzó una sonrisa en su rostro, y se dispuso a apartarse de encima la manta para darle los buenos días a su hermana. Pero no tenía una manta encima, porque hacía unos segundos estaba observándose sus pies calzados. Estaba vestida con el uniforme escolar, y no precisamente en su cómodo lecho, sino en el tronco irregular de la palmera arqueada.
-Buenos días, pequeña –escuchó decir a una voz de mujer a su izquierda. No se atrevía a mirar-. Siento que hayas tenido que pasar por todo eso… -Estaba claro que había escuchado el grito.
Winna trató de mover la pierna. Una punzada de dolor invadió todo su cuerpo, y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Y no precisamente por el dolor, sino porque su agonía le daba un mensaje muy claro. No había sido una pesadilla.
-No –susurró-. Ha sido una pesadilla. Ha sido una pesadilla. Ha sido una pesadilla. Raven… Raven estará en casa, esperándome. ¡No! ¡Hoy habíamos quedado con las chicas para sesión de estudio! Y… y, si mamá nos dejaba, organizar una fiesta de pijamas y… pasar la noche juntas… -No entendía, o no quería entender la razón de que las lágrimas se deslizaran por su rostro sin control.
Sollozó un par de veces. Luego reprimió todo su dolor, tanto interno como externo, y saltó de la palmera. La mujer intentó retenerla agarrándola del brazo, pero ella se zafó hábilmente gracias a su pequeña constitución y echó a correr en dirección al puente que conectaba aquel peñón con la isla principal, ignorando por completo los gritos de la mujer y todo dolor que pudiera sentir debido a su lesión. Su fuga terminó incluso antes de pisar la primera tabla de madera, pues un escudo de energía con forma de icosaedro se formó a su alrededor, atrapándola por todos los ángulos. Le pegó unos pocos puñetazos cargados de rabia, y luego se dejó caer sobre sus piernas. Se llevó ambas manos a la cara y rompió a llorar con todas sus fuerzas, completamente consciente de que sus esfuerzos no producirían ningún fruto. No sabía cuanto tiempo había pasado en aquel estado cuando notó una delicada mano apoyada en su hombro; la barrera había desaparecido. Pero no iba a tratar de huir de la realidad de nuevo.
-Lo siento –musitó aquella dulce y armoniosa voz. No se había dado cuenta antes, pero era como escuchar a toda una melodiosa banda sinfónica-. Pero debes ser fuerte. Ellas no habrían querido verte así de triste.
Fuera quien fuera aquella mujer, era penosa al consolar. La mención de Raven, Mia y Kyaroru no hacía más que aumentar sus ganas de pasarse el día lloriqueando, pero el saber que no valía la pena deshidratarse por ello pudo disuadirla.
-No lo entiendo… ¿Por qué? ¿Por qué ellas…? No se lo merecían, ninguna de ellas. Hubiera preferido morir en su lugar.
-Tú tampoco mereces este destino. El único superviviente siempre sufre más que aquellos que cayeron –recitó, con la voz cargada de tristeza.
Aquello despertó la curiosidad de Winna, pues ella no había sufrido ninguna pérdida y, por lo tanto, no tenía razón para sentirse tan mal como demostraba su tono. No obstante, no tenía ni el derecho ni los ánimos para pedirle explicaciones, por lo que se mantuvo en silencio. Aquello era demasiado. Primero, le arrebataban el amor. Ahora, la familia y la amistad. ¿Qué le quedaba? Prefería perder la vida y no notar más ausencias a continuar con tal nefasta fortuna. La mujer de dorador cabellos, que tampoco aparentaba muchos más años que su difunta hermana, se desplazó hasta colocarse frente a la joven y comenzó a tocar diferentes partes de la pierna de Winna, extendiéndola en su dirección. Ella no podía evitar adoptar una expresión de dolor de vez en cuando. Se hacía la dura, pero la imprudente carrera probablemente habría hecho que la herida empeorara y, por ende, la sensación de dolor se intensificara.
-No puedo arreglar el hueso si se ha quebrado o fragmentado –dijo de pronto, sobresaltando ligeramente a la pensativa muchacha-: tu organismo tendrá que encargarse de regenerarlo. Pero soy capaz de acelerar el proceso y aliviar el dolor.
-Eres maga, ¿verdad?
Las manos de la mujer comenzaron a brillar con un resplandor verdoso, y unas pocas flores surgieron de la nada. Flotaron unos segundos alrededor de la pierna de Winna, y ésta enseguida comenzó a sentirse mejor.
-Eso y mucho más –respondió con una risita, en un vano intento de romper el hielo. Hubo una larga e incómoda pausa.
-… ¿Qué les digo a sus padres…? A nuestros… mis padres –musitó secamente.
-Iré yo –respondió la chica de cabellos dorados con premura-. Les diré que soy una monitora y me las llevo de excursión, de intercambio o algo por el estilo.
-…Bien.
De nuevo, un largo periodo de tiempo sin otro sonido que las olas del mar rompiendo contra la orilla y las gaviotas. Winna suspiró. Su interlocutora fijó en ella la mirada, y vio que cerraba tan fuertemente el puño alrededor de un puñado de arena que un hilillo de líquido carmesí estaba tintando los granos.
-Serán vengadas.
La mujer miró en dirección a su iracunda cara, y sus ojos de oro brillaron un segundo, tristes.
***
-Ha tenido éxito esta vez…
-Sí. La rabia le ha llevado a atacar a cuatro chicas indefensas. Qué injusto…
-Ha arrebatado el corazón de tres de ellas. ¿Qué ha sido de la cuarta?
-Ella ya está cuidando de la restante.
-¿Ella? ¿Creéis que…?
-Sí. En esta ocasión, no podremos nosotros solos. El nuevo pudo mantenernos a raya a los tres. Estamos oxidados…
Suspiró.
-Necesitaremos más gente, ¿no es así?
-No tenemos los medios para evitar que resurja, pues el tiempo no nos acompaña. Pero cuando les igualemos en número haremos que vuelvan a caer.
Sora, Riku y Kairi asintieron al unísono, y alzaron sus Llaves Espada en un gesto de unidad.
***
Gilleux alzó un poco la mirada para verle la cara a Saïx. Casi hubiera preferido una expresión sádica a aquella completa indiferencia. Le había inmovilizado las muñecas con unas esposas de aquel extraño material con el que habían construido la Fortaleza de la Nada en su totalidad, y estaba arrodillado sobre el suelo de una sala cuadrada y completamente vacía. El número VII comenzó rodearle con pasos lentos y pausados.
-No disfruto esto, ni tampoco me siento culpable –admitió sin emoción-. Sólo nos aseguramos de que no vuelvas a desobedecernos en el futuro. Solamente existes para la organización. Si no nos sigues, no existes.
Se alejó con simpleza hacia la salida. Cuando la puerta se cerró tras él, las paredes comenzaron a abrirse.
Las hordas de incorpóreos se abalanzaron contra el indefenso Gilleux.
Y... Fin del capítulo. Ya sé que este es cortito, pero... Duele mucho despertarse una mañana, releer los cinco capítulos que tienes guardados de un fic que llevas escribiendo desde hace tres años y pensar "Joder, qué asco de argumento, ¿no?". Lo intentaré arreglar en los episodios a venir.
- Spoiler:
- NO EL FORO NO ESTÁ MUERTO NO SÉ QUÉ DECÍS LALALALA
Gilleux- Administrador
-
Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 90
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Winna y Raven con padre,omgosh.Me gusta,quiero leer más DDD:
Aunque lo del baño de sales y pétalos de rosa me ha matado xDD
Aunque lo del baño de sales y pétalos de rosa me ha matado xDD
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Genial. Me encanta esta historia (aunque hay partes que tal vez hubiera echo de otra forma... o tal vez no...).
Esa es la actitud, maldita sea. Ojalá a los demás les diese por volver a rolear.
Esa es la actitud, maldita sea. Ojalá a los demás les diese por volver a rolear.
Greiv- Sincorazón
-
Cantidad de envíos : 321
Edad : 32
Localización : En "ni aqui ni alli" (o tal vez no...)
Fecha de inscripción : 08/05/2010
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Oh Gilleux, este comentario a tu historia es solo una excusa para hacer este comunicado (Aunque la historia es buena de verdad)
- Spoiler:
- ...OS ECHO DE MENOS! ECHO DE MENOS LOS DIAS EN QUE ROLEABAMOS TODOS JUNTOS! CUANDO SALIA DE LAS CLASSES Y LO PRIMERO QUE HACIA HERA MIRAR SI HABIA UN POST NUEVO! AMIGOS MIOS! OS HECHO DE MENOS! CUANDO NOS REÍAMOS DE LAS PAYASADAS QUE HACÍAMOS! HAN QUEDADO MUCHAS HISTORIAS SIN TERMINAR, DE LAS QUE NUNCA SABREMOS EL FINAL! SEGURO QUE HA MUCHOS DE VOSOTROS OS DARA IGUAL, PERO A MI LA VERDAD ME ENTRISTECE MUCHO...KERLOX! PORQUE NO ACABASTES LAS MEJORAS COMO NOS PROMETISTES?!... Ah, y he atropellado a esta ardilla mientras entraba...Lo dejare aqui en el suelo bien colocado...
Kizen- Humano
-
Cantidad de envíos : 162
Fecha de inscripción : 22/11/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Kizen escribió:Oh Gilleux, este comentario a tu historia es solo una excusa para hacer este comunicado (Aunque la historia es buena de verdad)
- Spoiler:
...OS ECHO DE MENOS! ECHO DE MENOS LOS DIAS EN QUE ROLEABAMOS TODOS JUNTOS! CUANDO SALIA DE LAS CLASSES Y LO PRIMERO QUE HACIA HERA MIRAR SI HABIA UN POST NUEVO! AMIGOS MIOS! OS HECHO DE MENOS! CUANDO NOS REÍAMOS DE LAS PAYASADAS QUE HACÍAMOS! HAN QUEDADO MUCHAS HISTORIAS SIN TERMINAR, DE LAS QUE NUNCA SABREMOS EL FINAL! SEGURO QUE HA MUCHOS DE VOSOTROS OS DARA IGUAL, PERO A MI LA VERDAD ME ENTRISTECE MUCHO...KERLOX! PORQUE NO ACABASTES LAS MEJORAS COMO NOS PROMETISTES?!... Ah, y he atropellado a esta ardilla mientras entraba...Lo dejare aqui en el suelo bien colocado...
Me siento igual.
Greiv- Sincorazón
-
Cantidad de envíos : 321
Edad : 32
Localización : En "ni aqui ni alli" (o tal vez no...)
Fecha de inscripción : 08/05/2010
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Primero de todo: Kizen,"era" del verbo "ser" con h JAMÁS.
Segundo: Yo también me siento igual aunque de eso hace mucho,años diría yo.
Por cierto,Greiv,los post deben ser de como mínimo 10 palabras y esas son dos además de cambiar el tema del subforo,no estáis hablando del fanfic sino del estado del foro,para eso está el offTopic (Sigo siendo moderadora aunque esto este muerto).
Segundo: Yo también me siento igual aunque de eso hace mucho,años diría yo.
Por cierto,Greiv,los post deben ser de como mínimo 10 palabras y esas son dos además de cambiar el tema del subforo,no estáis hablando del fanfic sino del estado del foro,para eso está el offTopic (Sigo siendo moderadora aunque esto este muerto).
Renvax- Administrador
-
Cantidad de envíos : 694
Edad : 31
Localización : En busca de mi verdadero yo.
Fecha de inscripción : 19/08/2009
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Re: La Esencia del Corazón
Guess who's back.
Now stop spamming, bitches.
Now stop spamming, bitches.
Kerloxsand- Administrador
-
Cantidad de envíos : 1076
Edad : 33
Localización : En un lugar de la Hispanidad de cuyo nombre no quiero acordarme
Fecha de inscripción : 12/08/2008
Hoja de personaje
Platines: 100
Inventario:
Página 2 de 2. • 1, 2
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Sáb Sep 04, 2021 2:06 am por Greiv
» Cierre del foro u abandono indefinido.
Jue Mar 12, 2015 1:44 am por Greiv
» El mayor Rival
Miér Sep 18, 2013 5:59 am por Miia
» Otaku Revolution Barcelona 2013
Miér Ago 21, 2013 4:07 am por otakurevolution2013
» Hola soy Joel
Dom Abr 07, 2013 1:09 am por Greiv
» Petición de Elementos
Jue Mar 14, 2013 8:41 am por Renvax
» [Mini-Rol] Pokémon: Forjadores del Destino
Miér Mar 13, 2013 7:44 am por Gilleux
» La triste vida de el gaijin tenebroso Nicaxol
Vie Feb 22, 2013 12:20 am por naicol
» Peticion de elemento
Jue Feb 21, 2013 8:12 pm por naicol