Llegada Ethan, Raizzen, Anju

[off]

Spoiler:

[fin del off]

[on]

*La bestia se aproximaba, y el ruido de un cristal podía oirse cortar el aire, como si cayese al vacío, concentrándose esperando no oir ése cristal hecho trizas, un palpable dolor le sobrevino de imprevisto rozándole el costado derecho, Ésta herida que manchaba su pelambre de sangre le hizo rugir con una fuerza inmensurable. Al estar ahora le cristal en las manos de Raizzen, éste pudo sentir como la cúpula vibraba por su rugido.

Con éste fuerte estruendo toda concentración mágica era nula y la cuerda espiritual se deshizo haciéndo que rodara por los suelos hasta el momento de clavar las garras para estabilizarse, a unos 3 metros de Ethan. rugió ahora debilmente mientras olfateaba el aire. Alertó a Ethan a tres metros a su derecha y saltó, perdiéndose en la niebla y conteniendo la respiración para cargar un garrazo veloz descendente. No calculó demasiado bien, lo que como mucho provocaría cortes profundos.

Al olfatear el aire, pudo oler a la rosa donde había percibido el ruido del cristal... Estaba a salvo, estaba bien y seguiría luchando por ella.

[Señores, más premura que Maléfica no espera... y la trama tampoco xD]

La hoja había impactado. Ethan lo sabía, porque podía sentir cómo la energía negativa se "descargaba" de la hoja.

Mantuvo la guardia, pero sabía que el próximo golpe sería nefasto para él. Aunque Bestia estaba herida y bastante herida, seguía pesando el cuádruple al menos que él, y el olfato de Bestia le ayudaría mucho en la pelea.

Pero un enemigo que peleaba a ciegas y que había sido tocado por Omega era alguien fácil de prever. ¡Ahí estaba! la guardia le permitió tratar de parar el garrazo con el brazo izquierdo, que recibió un impacto tremendamente fuerte y doloroso. Ethan sentió al instante el brotar de la sangre, pero aprovechando que Bestia estaba justo enfrente de él, puso el sable debajo del inmenso triceps de Bestia, y con la mano izquierda se aferró a la pelambre de la garra. Entonces, dijo, con voz neutra:

- Sí. Eres más fuerte que yo. Pero si vuelves a recibir otro impacto de energía negativa, no creo que puedas volver a andar en mucho tiempo. Si es que tienes sentimientos y te importa algo esa rosa, yo procuraría poder andar luego para conseguirla... A menos que quieras que Raizzen la rompa.

No jadeaba, contenía la respiración, no mostró dolor. Un Tekei bien entrenado debía estar dispuesto a sufrir dolor para conseguir sus objetivos. Una pelea no era una pelea si no había heridas. El diálogo sólo era posible si llevaba la ventaja.

Raizzen escuchó el ruido de una pelea no muy lejos y el temblor de la cúpula de la rosa lo sobresalto, y la voz del Tekei le llego a sus oidos:

- Sí. Eres más fuerte que yo. Pero si vuelves a recibir otro impacto de energía negativa, no creo que puedas volver a andar en mucho tiempo. Si es que tienes sentimientos y te importa algo esa rosa, yo procuraría poder andar luego para conseguirla... A menos que quieras que Raizzen la rompa.

El caballero espero en silencio, atento a lo que pasaba.

Se acercó intentando apartar como podía la espesa niebla. Entonces vio mejor lo que ocurría. Pero no podia hacer nada mas que observar. Atacaban a un ser que solo defendía su hogar. ¿Qué debía hacer?

*la bestia sintió el acero en su triceps derecho, que era con la pata con la que había efectuado el garrazo descendente. Ahora en reposo, una vez tocada tierra y en momento de tensión pudo escuchar las aplabras del enemigo, las cuales le recordaron su herida; justo en ése moemnto es cuándo notó como por su pelambre corría la sangre y... tenía dificltades para permanecer depié. aun así, era un ser corpulento y aguantaría más que cualquier persona solo por metabolismo.

Con su garra izquierda apartó el sable en un movimiento limpio dándole al canto del sable y su garra diestra avanzó cogiendo con su enorme mano/garra por el pecho del joven. Casi su mano podía albergar parte de la cabeza y el pectoral del joven cuando trataba de rodear solo su cuello... sin duda era bestial. En un movimiento de ira, la bestia teniendo agarrado al joven lo zarandeó con un aspaviento de la garra hasta empotrarlo en el cuerpo de uno de los árboles cercanos que adornaban el patio. Entonces le rugió en toda la cara...

-¡FUERA DE MI CASTILLO!- Terminando el grito ahogado de desesperación y vigilando con su mano zurda el posible movimiento de sus brazos tras apartarle el sable. su ira de berserker por afán de protección nubló su juicio y no tuvo en cuenta al otro guerrero al cual, tras empotrar a Ethan en el Árbol le había dado la espalda.