Llegada Ethan, Raizzen, Anju

*Maléfica juntó sus párpados y evitó el blandir una sonrisa de complejidad y complicidad hacia los dos seres que se supone, le seguirían hasta dominar todos los mundos e imbuirlos en la oscuridad...

Dio un par de pasos dandole la espalda a los presentes, y antes de desaparecer le dijo a Kerloxand. -Informame a través de el anillo de todo lo que ocurra.- Lo dijo en un tono para que Raizzen, Anju y Ethan se enteraran a la perfección. Luego alzó los brazos y desapareció en un triángulo de llamas verdes como centro la esfera de su palantir, que se deshizo seguidamente. Ya no quedaba ni rastro del cuervo que en su diestra se posaba.

-Tranquila, Maléfica. Estarán bien en mis manos.

Después que Malefica partiera, Kerloxsand dedicó unos segundos a observar a los tres individuos con expresión aburrida.

-Parece que, de nuevo, tengo que hacer de niñera. Mater mea...

Echó una mirada al castillo y soltó, con aires de profesionalidad:

-Bien, niños. Hora de la clase de arte e historia -señaló al castillo-. Observad y decidme, ¿qué veis?

De torres altas y abundantes arbustos de rosas, parecía más el castillo de una mujer que de una bestia propiamente dicho, lo que declaraba a gritos que allí vivia, al menos, una mujer. Aunque se podían ver grietas y varios desperfectos, seguía en pie, lo que daba a entender que era viejo pero no demasiado. Tal vez cien, ciento cincuenta años. Los barrotes de la cancela no estaban oxidados. Esto significaba que el castillo tenía ciertos cuidados a pesar de los desperfectos de la edad.

-No escatiméis en detalles.

Raizzen ignoro lo que le dijo aquel chico desconocido, adelantandose a Etha, quien le dijo que eligiese por donde iba a entrar. No lo tenía bastante claro, en el tiempo que se lo pensó Malefica decidió irse y dejar a su lacayo al control de nosotros

- Ahora nos toca estar con el bufon... - Susurro el caballero con resignación-Pues lo que veo es el castillo que Malefica quiere que conquistemos, así que tendra que estar despues tal como lo vemos. Según lo que me ha dicho Malefica la unica real amenaza es una gran bestia que habita dentro, así que entraremos desde la puerta principal, para llamar su atención y así poder acabar con ella rapidamente, sin tener que ir apor ella. Ella ira a por nosotros. ¿Algún problema, Bufon de la corte? - Fue lo uqe dijo el caballero acompañando de esto ultimo una burla reverencia como la que el otro le habia indicado momentos antes.

Kerloxsand se movió rápidamente, agarró a Raizzen del cuello y lo alzó varios centímetros del suelo.

-Pues sí, mira, hay uno: tú.

El incorpóreo usó sus poderes sobre la muerte para imbuir en la mente de Raizzen todo tipo de imágenes sobrecogedoras: víctimas de guerras, enfermos, cadáveres carcomidos y en putrefacción. Todo recuerdos de su época con Hades.

El pelirrojo dejó entonces caer a Raizzen, esperando tu reacción.

-No vuelvas a meterte con la muerte, stultus.

Raizzen contemplo como el extraño individuo lo cogía por el suelo y lo levantaba, empezando a meterle imagenes "terribles" en la mente, le agarre del brazo que me agarraba, sonriendo. Cuando este le soltó no pudo más que mantener la leve sonrisa. ¿Esperaba que se asustara antes aquellas imagenes alguien que asesinaba virgenes para convertirlas en súcubos y si la cosa salía mal tiraba sus cadaveres al jardín?.

-¿Ya has acabado? No sé si sabes que hay cosas que hacer. Pongamonos a ello y ya se podran solucionar problemas más tarde- Dijo el caballero a recordar que lo que tenían que hacer ahora era vaciar, o hacer esclavos, depende de lo que Malefica viera más oportuno, a los habitantes de aquel castillo, ya se darían a golpes en un futuro.

El incorpóreo entrecerró sus ojos verdes y comenzó a murmurar en latín para sí mismo. No le gustaba la actitud de Raizzen. ¿Y Maléfica confiaba en ese tipo de gente? Algo debía de tener para llamar a atención de la bruja, y más vale que fuese algo bueno o de lo contrario iban a llover hostias como panes.

-Escuchadme porque no voy a repetirlo: Ethan y yo nos encargaremos de entretener a la bestia mientras tú, Stultus -dijo dirigiéndose a Raizzen-, robas la rosa. Es su punto flaco, y si la sacamos del castillo terminará saliendo a por ella y será más fácil hacernos con el lugar.

Entonces dirigió la mirada hacia la chica. No sabía si fiarse de ella. Entonces le dijo a Ethan:

-La chica es cosa tuya. Si esto sale mal por su culpa, serás el responsable. Así que tenla bien vigilada.

Ethan se perturbó un poco con el encuentro. La discordia entre las filas era lo peor que podía pasarle a un grupo de asaltantes, o al menos eso era la teoría que había estudiado en sus clases de estrategia. Echó un vistazo al castillo, que le parecía oscuro en comparación con los castillos de Agrabah, picudo y sobrio.

- Está bien, enmascarado. No es mala idea, además, Raizzen, tú puedes teletransportarte y eso es algo bastante útil que sería desperdiciado en un encuentro frontal. Anju, sígueme.

Desenvainó su sable y recitó el salmo del Corán que invocaba la magia que debía protegerlo contra enajenaciones mentales, Astra, y se dirigió hacia la gran puerta de madera principal, tan grande que podía haber pasado por ella un gigante.

- Creo que sabes cómo desarmar esta puerta, Anju, pero esta vez voy a hacerlo a mi manera.

Ethan tocó con la mano derecha la puerta para apuntar bien el golpe, retrocedió un paso, y cuando avanzó, cargó la espada de energía entrópica, para que ésta impactara contra la puerta canalizando la energía. Se escuchó un gran estallido y la puerta se resquebrajó, con varios crujidos.

El joven rubio retrocedió varios pasos más; sabía lo que venía a continuación. O la bestia abría la puerta, o le pegaría una patada a la ahora frágil puerta.

- Tres... Dos... Uno...

A más cruel y poderoso viera Anju que era Ethan, menos pensaría en revelarse. Por eso debía exhibirse y usar gran parte de su poder.

Raizzen y el extraño chico que habia venido con la bruja, tuvieron una pequeña discusión. A ojos de Anju, a Raizzen no le afectó la actitud del otro. Miró a otro lado mientras se levantaba después de que Ethan le soltara las ataduras.

Miró unos segundos su arma. Ni siquiera habian respetado su reloj, lo mas sagrado que tenia en ese momento. Suspiró y lo cogió entre sus manos.

Luego, les siguió hasta una enorme puerta. Ethan decidió entonces hacer gala de su poder, y derrumbó la puerta de un ataque. Anju se alejó varios pasos. Aunque se habia rendido a sus secuestradores, sus pies y manos aun temblaban.

Tragó saliva, y trató de fingir que no sentía miedo, aun cuando en su cara era evidente que lo sentía.

La puerta se abrió estrepitosamente. La hoja izquierda prácticamente quedó destrozada.

Quien había abierto de forma tan salvaje el portón era ni más ni menos que el amo del castillo. La Bestia.

Este rugió al ver a cuatro individuos en el patio.

-¿¡Quién osa irrumpir en mi castillo!? -gruñó- ¡No se os permite la entrada! ¡LARGO!

Kerloxsand primero dio un sobresalto. No se esperaba que la bestia saliera con tanta furia. Pero debía mantener la compostura, si no, a saberse con qué saltaría Raizzen.

-Tú -le dijo-, aprovecha y ve a por tú ya sabes el qué.

Entonces encaró a la bestia.

-Hooolaaa, animalico -canturreó-. Parece que este castillo te queda grande. Pero no te preocupes, estamos aquí para ayudar; te quitaremos el peso de tanta piedra de encima. Sólo dinos, ¿nos lo darás por las buenas o por las malas?

Ethan retrocedió varios pasos. Se había sobresaltado un poco, pero el hecho de retroceder no era por miedo, si no por ofrecer una guardia más capaz. Enfiló a Omega apuntando a Bestia, y cuando el enmascarado empezó a hablar, mostró una expresión de disgusto.

En su sadismo, se había imaginado que iba a haber sangre, lucha y acción desenfrenada. No bajó la guardia, no obstante. Quería que la Bestia entendiese que la posible negociación estaba con el enmascarado, no con él. Un caballero como él jamás negociaría con monstruos... Eso era para otros, mas no para él.

Esperaba que Raizzen iniciara su teletransporte, pero éste parecía estar ensimismado. No importaba demasiado... Si sólo estaba la Bestia en el castillo, acabarían con ella y entrarían triunfantes en el castillo. Qué más daba.

No habló, porque no consideraba que las palabras hicieran falta. "Di por las malas, monstruo, di por las malas... " pensó para sí mismo.

[Off: Siento el retraso, colegas... ]

Anju no pudo evitar soltar un grito cuando la bestia salió de su escondite. Dió varios pasos hacia atras sosteniendo el arma en su mano. Cuando miró a Ethan pudo comprobar que su sospecha era cierta: Tendrian que luchar contra la bestia.

Pero ¿que les habia hecho la bestia, o que guardaba de tanto valor, como para querer matarla y entrar al lugar?

Anju se lo planteaba. Lo tenía claro. Ethan no le habia dado órdenes aun, pero no obstante, aquella situación podía con ella porque le resultaba incomprensible. No levantaría su arma hasta que supiera realmente que tenía que hacer. Se acercó unos pasos a Ethan lentamente y le dijo:

- ¿Porqué debemos luchar contra la bestia? No nos ha hecho nada...

El caballero no tuvo tiempo de protestar nuevamente cuando la imagen de una bestia abrió las puertas, era su momento. No se paró a escuchar lo que el incorporeo le iba a decir. No sabía donde podría estar la rosa, y nunca había visto el castillo, por lo que no se podía arriesgar a reaparecer en el tejado para entrar por una ventana, pues alomejor se encontraba en la primera planta. Al ver la puerta abierta tras la bestia que dijo Maléfica que habitaba allí, vio via libre para entrar. Rapidamente dio un paso hacia detrás mientras se desvanecía en las sombras de un árbol.
Reapareciendo silenciosamente detrás de la bestia, rompió a correr por el corredor, girando en el primer corredor, tenía que encontrar la rosa.

Ido Raizzen, todo lo que tenían que hacer era entretener a la bestia. Un plan sencillo si todos lo seguían al pie de la letra y siempre y cuando no hubiese intromisiones inesperadas.

Kerloxsand se dirijió a Ethan y, especialmente, a Anju:

-Recordad: debemos mantenerle ocupado mientras Raizzen va a por la rosa. Y no rompáis el juguete. Aún puede sacársele mucho partido.

Por cómo había destrozado la puerta, la bestia podría llegar a ser un gran incorpóreo. Sería útil. Realmente útil. Y si se le arrebataba la rosa, no sólo podrían sacarlo del castillo, sino que estaba casi seguro de que su ira sería tal, que no serdía difícil para la oscuridad inundar su corazón.

-Escucha, bola de pelos. Si no pones de tu parte, lo harémos por las malas ¿No me has oido? ¿Acaso el gatito tiene miedo? ¡Jájajajaja!

Miia salió de un portal oscuro casi disparada, cayendo al suelo debido al impulso con el que había entrado con la nube desde el desierto.
Se levantó, sacudiéndose el polvo del vestido. Suspiró, aliviada. En aquel lugar no hacía tanto calor.
Dio unos pasos hacia adelante, observando atenta el lugar en el que se encontraban. Parecía una especie de patio. Y, justo al lado, había un castillo.

Pero entonces oyó un rugido cercano. Miró hacia la dirección de la que había venido el ruido y divisó la entrada del castillo. Enarcó una ceja al ver a tantas personas en aquel lugar. Aquel lugar parecía más un castillo de un hermitaño que una casa familiar. Se acercó con prudencia, esforzándose porque no notasen su presencia.
Pero entonces vio a una figura conocida.

Junto a un gran ser peludo se encontraba Kerloxsand, el incorpóreo. Miia, animada, salió corriendo en su dirección, dándole un repentino abrazo por la espalda.
-¡Oh, Kerl! ¡Te he echado de menos! ¡Lo siento mucho, lo sien...! -paró bruscamente al notar la presencia de la bestia. De cerca imponía mucho más.

-¿Q-Qué es eso? -preguntó, señalando al monstruo.


Off: Post cortito, tengo el PC cascado xDDD

Antes de poder darse cuenta, alguien le había pillado por la espalda y aprisionado con los brazos.

-¡¿Pero que...?! ¡¿Miia?!

El incorpóreo se quedó mirando a la chica. ¿Es que le perseguía o qué?

-¡Vete! ¡Ahora! ¡Este no es lugar para tí!

Por un momento, perdió de vista a la bestia. Craso error.

Bestia no podía aguantarlo más. Ahora eran cinco... Un momento. ¡No! ¿Dónde estaba el otro? ¿Y si había entrado al castillo?

-¡Bella!

La bestia entró en colera. El pelirrojo parecía el jefe, y ahora estaba con la guardia baja.

Rugió y arremetió contra él, lanzándolo al otro lado del patio.

Había quedado inconsciente.

Pero no había tiempo para peleas. Ella era más importante ahora. ¿Y si el intruso le hería?

-¡¡¡BELLA!!!

Dio media vuelta y entró de nuevo rápidamente al castillo. Ni siquiera se molestó en cerrar la puerta.

Miia apenas se dio cuenta de que el incorpóreo la incitaba a huir. Sus grandes ojos verdes estaban clavados en aquel peludo monstruo, que de pronto gritó un nombre, que más que nombre parecía un adjetivo.
La garra de la bestia golpeó a Kerloxsand, que fue lanzado hacia el otro lado del patio de un golpe.
-¡¡KERL!!

La joven peliazul corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron hacia donde su amigo había aterrizado y se colocó de rodillas frente a él.
Le cogió de los hombros para zarandearlo brevemente.
-¡Kerl! ¡Vamos, tienes que despertar! -decía con lágrimas en los ojos-. ¡Por favor, Kerloxsand! Abre... Abre los ojos...
Sus manos se juntaron en un gesto parecido al que se usaba para orar. Con un nudo en la garganta, comenzó a cantar en un tono casi inaudible.

Al cielo,
Como una flecha refulgente,
Buscando un sueño transparente,
Busco tu amor yo desesperadamente.

Un sueño,
Como la luna creciente,
Un resplandor que ya no miente,
Cruzo los mares solo para verte.

Sabía que aquello no bastaría para que recobrara sus fuerzas, pero ella no tenía forma de sacarle de aquel lugar.
-Vamos... Vamos... Despierta... Solo tiene que crear un portal... Por favor...

Muchas cosas sucedieron simultáneamente para Ethan;

Primero, Anju había cuestionado su autoridad. "Tendré que enseñarle buenos modales... " Pero había callado, porque parar a reafirmar su autoridad hubiera supuesto la pérdida del contacto visual con la bestia.

Sin embargo, sí que acabó perdiendo la concentración de la batalla cuando una desconocida de pelo azul fue a abrazar a Kerloxsand. Ethan se sentía tremendamente incómodo, primero, con la promiscuidad con la que Miia mostraba sus sentimientos, y segundo, con el hecho de que estuvieran en un combate. Efectivamente, y al perder la guardia los dos combatientes, Kerloxsand fue abatido por la Bestia sin que Ethan pudiera hacer algo para remediarlo.

Pero no iba a dejarla escapar. Dejó que pasara de nuevo al castillo, pero cuando ésta estaba de espaldas, usó su técnica de "cuerda espiritual".

Señaló brevemente a la bestia, y pronunció una simple sílaba, relacionada con el día del calendario árabe. Aunque nadie había visto nada y sólo un experto mago podría ver la delgada aura de la cuerda mágica, incorporal, la cuerda se había tendido entre Ethan y Bestia, y al primer tirón de Ethan, la técnica se completó; Bestia fue lanzada de forma irremediable hacia Ethan, aunque no con una velocidad considerable si no un poco más que correr. Bestia podía reaccionar, pero no huir.

Ethan sintió necesidad por un momento de decir algoa Bestia, pero esa necesidad se esfumó con la adrenalina de la batalla. Se colocó en posición de espera, el sable bien preparado para cuando la Bestia llegara por efecto del sortilegio, cargado de energía negativa, dispuesta a causar graves daños en un cuerpo biológico o a causar una leve explosión si no encontraba vida.

- Anju, vigila que esa tal Miia no se me acerque lo más mínimo. No quiero distracciones.

Todo fue tan rápido que Anju se bloqueó. Primero, la trampa de los chicos para que Raizzen entrara al castillo resultó. No obstante una extraña joven e inoportunamente cariñosa, provocó que la bestia dejara inconsciente a chico extraño que rato antes había querido atacar a Raizzen.

Aun así Ethan parecía estar tramando algo. Pues, por alguna razón que Anju no lograba conocer, la Bestia fue atraida hacia él. Las palabras de su ahora jefe, la sacaron de su shock. Debía vigilar a la extraña. Se dió la vuelta y la vio desde lejos, agachada al lado del muchacho que había quedado KO.

Anju se acercó a ella con cuidado. Cuando estaba a menos de un metro le habló:

- ¿Me permites? Puedo echarle un vistazo y saber como está...Mis padres...en su dia me enseñaron primeros auxilios...¿Puedo? Se que me no me conoces, pero te juro que no soy mala. Aunque esté con ellos....

Volvió a mirar a Ethan y se preguntó a si misma, si el tenía pensado luchar contra semejante personaje él solo.

Miia observó, aún con lágrimas en los ojos, como Kerloxsand no despertaba y una chica se acercaba para ayudarla. Interiormente se lo agradeció, pero su gesto no lo demostraba. Aún estaba cubierto por un manto de tristeza.
-D-De acuerdo... -fue lo único que pudo decir. Sus cánticos no habían bastado, pero tal vez lo que aquella chica fuese a hacer serviría de algo. Entre su tristeza e impotencia se formó una ligera expresión de agradecimiento.

Pero entonces algo ocurrió. Miia pudo observar, con alegría, regocijo y casi orgullo al saber que su canto si había servido de algo, como la mano del incorpóreo temblaba un instante. Un portal oscuro se formó en el acto junto a los tres jóvenes.
La peliazul, cuyas lágrimas habían cambiado a deberse a la alegría. Era tal su júbilo que, sin quererlo, activó sus poderes y una densa niebla se adueñó del patio.

Aunque a penas podía contemplar unos metro más allá de donde ella estaba, Miia podía ver con claridad el porta, a Kerloxsand y a la otra humana. Primero, levantó con esfuerzo al incorpóreo, pasando el brazo del susodicho por su nuca y cogiéndole de la espalda. Casi arrastrándose, se posicionó junto al portal, pero antes le dirigió una dulce sonrisa a Anju.
-Apenas nos conocemos... Pero si realmente no eres como ellos, ven con nosotros -le dijo con una sincera sonrisa-. ¡Rápido, antes de que la niebla se disipe y nos puedan ver!
Y atravesó el portal en dirección, esperaba, al Mundo Inexistente

Bestia estaba a punto de subir por las escaleras cuando, de pronto, ¡algo tiró de él!

Miró a sus espaldas, pero no había nadie sujetándole. Sólo se veía a uno de los intrusos en la distancia. Sin embargo, se había levantado una extraña y repentina niebla y no podía ver a nadie más.

La misteriosa fuerza desconocida seguía tirando de él en dirección al intruso. Si tenía que luchar, entonces no habría otra opción.

Ethan no estaba pendiente de lo que estaba haciendo Miia, tan sólo se centró en su objetivo. Maldijo a todos los vientos que habían traído la dichosa niebla, porque la niebla dificultaba mucho la maniobra que estaba haciendo.

No había mucho tiempo para reflexionar, pero supo que era totalmente imposible apartarse de la trayectoria de la cuerda espiritual, pues Bestia se dirigiría hacia él mientras no hubiera nada en medio. Y estaba en un pasillo, a lo largo de una puerta rota. La cuerda espiritual era inexorable. Una masa de más de cien kilos se aproximaba hacia él a una velocidad de 6 metros por segundo...

Ethan abrió las piernas, se puso de perfil y esperó, tratando de afinar el oído para oír la respiración de la Bestia. Las dos opciones eran; dar un tajazo cuando ésta llegara, provocándole daños internos con el sable cargado de energía negativa, o esperar y cuando Bestia llegara liberar la energía al aire para causar una explosión. La segunda le haría daño y la primera frenaría el impulso de la Bestia...

Y efectivamente, así sucedía. Escuchó la respiración de la bestia, jadeante por la preocupación de su rosa y su castillo, y entonces, atacó de golpe. La energía negativa acumulada salía despedida de la hoja al contacto con el costado de la bestia, al que iba destinado el tajo horizontal, la Bestia era frenada al contacto con el aura de Ethan, y él se desplazó hacia su lado derecho, izquierdo para la Bestia, como consecuencia del movimiento de ataque.

En un instante efímero, se acordó de Anju, que debía estar atrás suya... Mala cosa. No podía retroceder, por miedo a que la Bestia la cogiera como rehén, o algo así. Los monstruos acorralados hacían cosas de esas.

OFF: ala al carayo XD

Apareció de la sombra de un arbol cercano a la entrada dando una voltereta, agarrando bien la cúpula para que esta no cayese y se rompiera, pues no sabía el valor que podría tener para la bestia aquello. Una vez se incorporo se dio cuenta de que una densa niebla cegaba su vision

OFF: y Anju estaba al lado de Miia y el otro)

Anju se pensó seriamente la proposición, y por un momento pensó seriamente irse con aquella mujer. Pero entonces recapacitó: Su reloj lo tenian ellos, y ademas, la foto de su familia.....Se mordió el labio inferior y miró a otro lado mientras la muchacha desaparecía por el portal con el extraño.

Una espesa niebla apareció de repente a su alrededor. No podía ver casi nada. Sin embargo, a lo lejos pudo reconocer a duras penas a Raizzen, y observó que sostenia una extraña rosa entre las manos.