Herido [Apartamento de Kerloxsand]

[Viene de aquí]

Kerloxsand estaba sentado en el sofá de su apartamento, sin la gabardina. Lleva sólo los pantalones negros y el tronco vendado. Vexen le había envuelto la espalda en vendas y parecía tener complejo de antiguo embalsamador egipcio.

-Así no me puedo ni mover...

Kerloxsand intentaba olvidarse del dolor de la herida en la espalda. Para ello, intentó ver la televisión, pero como en el Mundo Inexistente sólo había un canal y estaba presentado por Xemnas*, la apagó en seguida. También intentó leer un libro, pero el ruido que venía de la calle, causado por todos los incorpóreos, se lo impedía.

-Mi mundo por una visita... -murmuró.

*= A lo Hugo Chávez.

Miia tocó dócilmente la puerta.
¿Puedo entrar? Me han herido y... bueno... dijo con una débil vocecilla

Luego, volvió a golpear la puerta, esta vez mucho más fuerte.
¿¡Me dejan pasar!?

Sorprendentemente, la puerta se cayó estrepitosamente al suelo de la casa. Parecía poco resistente...
Ups... Perdón...

Kerloxsand dirijió una mirada asesina a la recien llegada.

-Venga, no te cortes. ¡Destroza más! Si total, lo pago yo, ¿no?

Sin embargo, cambió su cara cuando lo pensó detenidamente: había deseado compañía ¡y la había obtenido!

-¡Ahora quiero una adolescente y un burro! -intentó repetir el truco, pero no funcionó- Mecachis... Y dime, joven desconocida que se dedica a romper puertas ajenas, ¿quién eres?

Miia observó al extraño; tenía un sentido del humor algo raro...
Bueno, en realidad la extraña era ella...

Sin moverse del lugar donde estaba, dijo:
Me llamo Miia. Un burro no se, pero yo ya soy una adolescente...

Después miró unos instantes la puerta. Entró lentamente dentro de la casa y creo una nube bajo la puerta. Gracias a la fuerza del cúmulo, la puerta volvió a su sitio, pero se tambaleaba peligrosamente...
¿Cómo te llamas, chico-momia?

-Tutmosis, no te fastidia -gruñó-... Si llevo estas vendas es porque mi médico tiene complejo de faraón, nada más.

Kerloxsand se fijó entonces en el hombro de la chica. Sangraba.

-¿Te duele? -preguntó, y acto seguido se levantó, se arrancó un poco de venda y se lo colocó a la chica- Melior*?

* = ¿Mejor?

¿Eh? ¿Qué?
El chico se levantó y le vendó el hombro. Se ruborizó un poco.
Sí, un poco mejor... Gracias... eh... ¿Tutankamon?

Miia rio alegremente y le dedicó al chico una de sus angelicales miradas. Segundos después, se le ocurrió una idea.

La chica sacó una pequeña navaja de su bolsa...

-¡¡¡EEEH!!! ¡¡¡QUIETA PARÁ!!! ¿¡¿YO QUE TE HE HECHO?!?

Kerloxand retrocedió para sacar sus dagas, pero tropezó con el sillón, cayendo justo sobre la herida de la espalda.

-¡Uaaah! ¡Universo de Dolor! -gritó.

-¡Menos ruido ahí arriba! -dijo una voz femenina pero grosera desde el piso inferior.

¿Qué? ¿Qué te...? ¡Oh! ¡No! ¡Je, je, je, je! Tranquilo, no te haré nada...
Miia se acercó sonriendo hacia donde había caído el joven.

No te haré daño, confía en mi. Solo te voy a desmomificar... Ji, ji, ji, ji...
La chica le ayudó a levantarse para, acto seguido, cortar las vendas limpiamente y observar la herida. Luego, comenzó a cantar...

Cuando terminó, la herida se había cerrado completamente.
Con esto bastará... Bueno, guapo, todavía no me has dicho come te llamas...

Kerloxsand se acercó al espejo. Donde antes estaba la herida ya no había ni rastro de ella. Ni siquiera una marca.

-Asombroso -murmuró.

Aquella chica debía de ser poderosa para curar una herida con tan sólo una canción.

Kerloxsand se volvió y se quedó mirando a la chica durante unos segundos.

-Kerloxsand -dijo al fin-. Meum nomen Kerloxsand est.*

* = Me llamo Kerloxsand.

Kerloxsand... Mmm... No es un nombre muy común... ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu mundo natal?
Miia le miraba con curiosidad. Aquel chico no parecía muy normal...
Entonces se dio cuenta de algo. Giró la cabeza hacia otro lado, algo ruborizada.

Ponte una camiseta o algo, ¿no?

-Sólo estoy desnudo de cintura para arriba. ¿Es que nunca has visto un torso?

Suspiró y fue hacia su cuarto. Un minuto después volvió con una camiseta negra.

-Nací en el Inframundo. Sí, suena irónico que alguien nazca donde sólo hay muertos. Pero es así... ¡Pero dejemos de hablar de mí! Eres tú la que has entrado arrasando con la puerta.

Pues no, nunca lo he visto... ¡Y lo de la puerta fue un accidente!

Tras decir esto, se tiró en el sofá y encendió la tele.
Pregunta, pregunta, yo te escucho. ¿Tienes palomitas? ¿O galletas?

-Tengo arsénico, si le place a su alteza real -bufó con sarcasmo.

Kerloxsand fue a la cocina y trajo un bol con algo que parecía carne.

-Toma. Y ahora responde. ¿Qué te ha pasado en el ese hombro?

Kerloxsand rió para sí. Pobre niña.

-Lirones. Son una especia de roedor.

¿¡Lirones!? ¿¡Me estoy comiendo a ese bichito tan mono amigo del Sombrerero loco y la Liebre!? Bueno, nunca me cayó bien... Dijo Miia cogiendo un poco más.

Luego agarró el mando e intentó cambiar de canal.
¿Quieres saber algo más de mi? preguntó. ¿Por qué solo aparece un cubano albino presentando Ana Rosa? ¿No hay teletienda? ¿Me das un tupper de esto?

-Es Xemnas. La teletienda está en la cuarta cadena. No tengo tuppers -respondió Kerloxsand, sorprendido de que realmente le gustasen los lirones-. Oye, ¿no crees que te has acomodado demasiado en una casa ajena? No es que me importe, faltaría más después de curarme, pero hay gente a la que sí le podría molestar.

Oh... exclamó Miia levantándose. Lo siento mucho... Es que... bueno... Mi casa fue destruida hace unos años por un enorme sincorazón... Y bueno... Dentro de poco es mi cumpleaños... ¡Hace tanto que no estoy en un lugar decente que pensé que esta era mi oportunidad de volver a probar la buena vida!

Y acto seguido comenzó a llorar.
Lo siento... Es que hace mucho que quería desahogarme con alguien...

Aunque no tenía corazón y no sentía pena por ello, Kerloxsand podía ver que la chica lo esaba pasando mal. De haber tenido corazón, seguro que se le habría ablandado.

-Anda, no llores. ¿No eres mayorcia para eso? -pero la chica no paraba de llorar- Está bien. Si dejo que te quedes a vivir aquí, ¿dejaras de llorar?

Kerloxsand quedó un poco confuso por el beso. Pero recuperó la compostura y reaccionó ante el alud de órdenes.

-¡Por todos los daimones entre Tesalia y Lesbos, ¿pero tú te cres que soy tu chacho o algo por el estilo?! ¡En todo caso las normas las pongo yo! ¡Primero; nada de animales! ¡Segundo; la comida se la sirve uno mismo! ¡Tercero; si no tienes un duro ya puedes ir buscando trabajo porque ésto no es ningún campamento de la caridad para sintecho! ¡Y cuarto; ...! Oh, sí, en lo del tábaco coincidimos, así que no habrá problema con eso..

¡Lo que tú digas, cari! le dijo.
Y así comenzo a pasear por la casa, observando todo lo que había. Cuando volvió, dijo con aire infantil:
Solo hay una cama. Tú duermes en el sofá.

Y se retiró a una habitación, donde se tiró en la cama y se quedó profundamente dormida...
Mientras dormía, se la podía oir murmurar:
Mi casa... Mi casa... Tengo casa... Mi casa... Teléfono...


Off: No hace falta que diga cosas como: A la mañana siguiente... blablabla, ¿¡verdad!?
Puedo irme en cualquier momento por ahí, ¿no?

Kerloxsand se quedó mirando a Miia dormir. Estaba realmente mona mientras dormía y hablaba en sueños. Cualquier corazón que no se hubiese ablandado con aquella niña era de piedra.

Pero, claro, como Kerloxsand no tenía, simplemente tomó a la joven en brazos y la acostó en el sofá.

-Lo siento, pero la que se va al sofá eres tú.

Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Al medio minuto volvió a salir, con una manta en sus manos con la que arropó a su nueva compañera. No convenía que se resfiara en su primer día con casa.

Volvió a su cuarto y cerró la puerta con llave desde dentro. Porque, si la chica se había alterado sólo por verle sin camisa, ¿cómo respondería si le veía dormir desnudo como solía hacer?

Spoiler: