Organization XIII Rol
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Vie Jun 29, 2012 12:14 am por Renvax

Ha pasado casi más de medio mes desde que empezaron las vacaciones y yo hice el esfuerzo de intentar revivir el foro pero no veo actividad por ningún lado ,ahora ni si quiera en el chatbox. ¿Hay alguien ahí? porque yo no veo a nadie en el foro. Os emocionasteis haciendo fichas pero no veo roleo,es que no veo ni en el chatbox.... eso sí,yo no puedo hacer más,he hecho …

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El Tercer No-Cumpleaños

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Mensaje por Gilleux Vie Jun 15, 2012 5:16 am

Dos años enteros habían pasado desde que formó la Resistencia con Renvax. Dos años en guerra, dos años en que su existencia consistía solamente en batalla tras batalla. Dos años en que se sentía más solo que nunca. Gilleux cogió una de las teteras y puso algo de leche en su vaso. Se quedó mirando las ondas que formaba el líquido blanco, melancólico, hasta que la superficie quedó completamente en paz. ¿Podría algún día ser como aquella leche y encontrar reposo? Mientras cogía un recipiente distinto para llenar su taza de té caliente, llegó a la conclusión de que aquel momento sólo llegaría cuando muriera.

En aquel lugar había comenzado todo. Había dejado de ser un incorpóreo que vagaba sin rumbo por el mundo, sobreviviendo de la hospitalidad clandestina que le ofrecía Bella a espaldas de la Bestia, para sentirse miembro de un grupo, de la familia que él veía en la Organización XIII. Y entonces Zexión le encargó su primera misión: conseguir la corona de la Reina de Corazones para un experimento de orfebrería. Se miró la corona que llevaba a modo de brazalete y quiso sonreír. A pesar de lo bien que la cuidaba, nunca dejaba de parecer vieja y desgastada. Hacía tres años había estado aquí. Si no se hubiera encontrado con ella en aquella misma mesa preparada para fiestas, ¿qué habría sido de él? El año pasado también había venido, y no la había encontrado. Y aquel era, como se decía, su tercer no-cumpleaños.

Era imposible no darse cuenta, pensó mientras sorbía lentamente de su taza, por mucho que tratara de negarlo. Todo lo que había hecho después lo había hecho por ella. Luchar contra el temible Rathalos, purificar a la Reina de las Pesadillas, desafiar a la Bruja del Mar, obviar a sus superiores y sus responsabilidades, formar la Resistencia para luchar contra la oscuridad y la Organización que le había acogido... El 90% era por Leksi, mientras que sus principios sólo contaban como el 10%. ¿O acaso Leks eran todos sus principios? ¿Ella y lo que ella pensaba se convertía también en sus ideales? ¿Y por qué? Ni siquiera recordaba que ella le hubiera pedido alguna de aquellas cosas jamás, y tampoco sabía si Leks le veía como algo más que un compañero de aventuras. O si se acordaba de él lo más mínimo tras aquellos dos años.

Además, Renvax pensaba que Gilleux hacía todo aquello por sus propios principios y por el bienestar de todas las personas en el universo; el hecho de que la única razón por la que ella todavía estaba de su parte era para vengar a Alice no ayudaba que se enorgulleciera de su situación y la consiguiente confusión interior. Y eso hacía que se avergonzara y quisiera tirarlo todo por el suelo y huir. ¿Para qué seguir con una causa en la que realmente no creía?

Comenzó tirando la taza de la que bebía al suelo, consumido por la furia y la auto-compasión. Y luego se dio cuenta de que lo que le quedaba por lanzar, todo lo que había conseguido, era demasiado importante para ser eliminado sin más. Y se quedó sentado en aquella fiesta de cumpleaños sin anfitrión ni invitados, ignorando las sombras que desfilaban a su alrededor sin fijarse en él, ignorándole de la misma manera por tratarse, como él sabía que era en lo más profundo de su ser sin corazón, de una criatura hueca y efímera sin ningún rastro de luz en su interior. Sólo un negro, infinito vacío que nunca se llenaría por mucho que defendiera el amor o la justicia.


-... qué depresión -susurró simplemente, tras suspirar.
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Mensaje por Donx Dom Jun 17, 2012 5:33 am

Su mirada fija intentaba penetrar en aquel ser que resistía sin siquiera emplear el más mínimo esfuerzo, a pesar de que era la única “cosa” que parecía estar viva en aquella sala tan pequeña. Era realmente frustrante intentar captar la atención de un picaporte dormilón y no conseguir nada. Un joven de cabellos azules se encontraba en cuclillas justo en frente del picaporte con la intención de ejercer más presión en este, pero parecía más que inútil y empezaba a pensar que simplemente había decidido ignorarle por verle sufrir un rato. - ¡Te voy a terminar arrancando de ahí, estúpida...cosa! – Por mucho que lo intentaba era inútil, y parecía estar atrapado en aquella sala con la entrada por la que vino como única salida, pero no era su intención marcharse sin más.

Había pasado tiempo desde que su viaje se había visto parcialmente interrumpido cuando cayó en aquel mundo con un castillo totalmente blanco en el que rescató a un par de jóvenes, pero desde que sus destinos se volvieron a separar tiempo atrás, Donx pasó un tiempo en soledad. Tiempo en el que de algún modo maduró tanto física como psicológicamente, dejando de ser el chico tímido e impulsivo que buscaba con ansia el reencuentro que el maestro que una vez fue una figura paterna para él para convertirse en alguien más, en alguien que debía vivir su propia vida. Había comprendido que no debía vivir bajo la sombra de nadie además de muchas otras cosas y no importaba lo demás, estaba preparado para vivir su propia aventura y reemprender su viaje. Ahora que había decidido reemprender su viaje a través de los mundos que desconocía al verse preparado de nuevo, había aterrizado en aquel mundo tan colorido y tras dar unos tumbos sin encontrarse con nada ni nadie terminó en aquel lugar hablándole a una puerta.

-Parece que tendré que arriesgarme un poco... – Se dijo a si mismo en voz alta por si alguien le escuchaba. El joven vestía con ropa sencilla, camisa blanca, una especie de chaleco azul, pantalones oscuros y poco más, sin embargo en espalda destacaba notablemente un bumerán de tamaño considerable que abarcaba su espalda al completo y que no desentonaba del todo con el conjunto por su color azul, pero aquel arma advertía a los presentes simultáneamente de que no era una flor bonita por así decirlo, también tenía espinas. Dio la vuelta a la mesa redonda que se encontraba tras él y tomó asiento en la única silla que allí se encontraba. Frente a él, dos frascos con un contenido que le era desconocido, pero parecían ser algún tipo de bebidas. Agarró sendos frascos con sus manos rotándolos en busca de algún tipo de instrucciones mas no halló nada. Finalmente se decidió por dejar un frasco en la mesa y oler el contenido del otro para comprobar que no era veneno, ácido o algo así que pudiese matarlo en el acto, pero no parecía nada de eso y por otra parte no había mucho más que hacer en ese habitáculo por lo que la suerte estaba echada. Dio un pequeño sorbo aun sin confiarse demasiado por si le causaba algún mal.

Donx permaneció inmóvil unos segundos como si esperase algún tipo de reacción porque en lo que se refiere al sabor dejaba mucho que desear. Justo cuando se retiró de la mesa y se puso en pie comenzó a sentir algo extraño en el estómago sintiendo un espasmo al mismo tiempo que mirando al techo se percataba de que este cada vez se alejaba más y más. Al principio cerró los ojos y perdió el equilibrio momentáneamente pensando que tan solo era un mareo cuando al abrir de nuevo los ojos vio que la baldosa que anteriormente pisaba ahora parecía casi kilométrica exagerando. Mirando alarmado a su alrededor descubriría que la baldosa no era lo único que se había hecho gigante, ni la silla, ni la mesa ni nada eso. Al parecer él mismo había encogido, y bastante cabe añadir.

-Mierda, mierda, mierda... – Empezó a caminar muy nervioso de un lado a otro hasta que consiguió calmarse, suponiendo que el otro frasco le agrandaría y descartando de su mente el pensamiento sobre si abría destrozado aquel sitio si primero se hubiese agrandado en vez de encogido, pues solo lo ponía más nervioso. Finalmente detuvo sus pasos y miró con detenimiento a su alrededor dando con lo que parecía ser una entrada a una nueva zona, comprendiendo que en aquel mundo había que ver las cosas desde otra perspectiva para que tuviesen sentido a pesar de que ahora se sintiese más vulnerable por su reducido tamaño. Echando un último vistazo a aquella misteriosa habitación antes de comenzar a caminar por un oscuro pasaje mientras llevaba los auriculares de su reproductor a sus oídos escuchando una nueva canción.

Tras caminar un trecho por aquel lugar vislumbró por fin una luz, encontrándose repentinamente en un jardín de tamaño normal que de nuevo lo confundió un poco, pero parecía ser que en ese mundo debería guardar su sentido común en un rincón de su mente hasta que saliese. Decidió que fuese la suerte quien guiara su camino, atravesando parajes con grandes contrastes pasando de aquel jardín tan verde a una especie de bosque más oscuro, y tras caminar en círculos durante un rato y creerse perdido terminó en otro de los recovecos de ese lugar que parecía no tener salida, pero parecía ser el primero que estaba habitado por alguien. Donx creyó escuchar cerca un ruido parecido al de unos cristales rotos al pasar cerca, lo cual llamó su atención haciendo que bajase el volumen de su música para poder escuchar con mayor detalle cualquier sonido que se diese a su alrededor. Avanzando con cautela casi como si esperase una emboscada después de tanta calma, se encontró con aquel lugar con aspecto de jardín donde se encontraba una inmensa mesa con sillas a su alrededor, todas vacías a excepción de una. Terminó por apagar completamente el reproductor de música y quitarse los cascos para centrar toda su atención en no bajar la guardia, ya que si algo había aprendido en todo aquel tiempo es que tampoco puedes confiar más de la cuenta en nadie.

-Hola... – Dijo con algo de frialdad, pero se había quedado en blanco al encontrar a alguien después de pasar tanto tiempo en solitario, como si sus pensamientos se hubiesen escondido al ver a aquel muchacho. Avanzó con paso calmado y algo rígido mientras pasaba la mirada por los cubiertos y los manjares que en la mesa se hallaban. La verdad es que estaba algo nervioso o más bien temeroso de que saliese algo malo de aquello, pero no era alguien que se hubiese dado la vuelta sin más solo por desconocer lo que va a pasar, ya no. - Esto es mucho té para una sola persona – Añadió como dato evidente colocándose tras una silla aunque sin querer sentarse aún en esta. Prefería mantenerse atento, clavando aquellos ojos grisáceos que le caracterizaban en el otro hombre de cabellos azules.
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Mensaje por Gilleux Dom Jun 17, 2012 7:25 am

Gilleux se sentía cansado, increíblemente cansado de todas aquellas batallas. ¿Crear la Resistencia había sido una buena idea? Comenzaba a dudarlo, por mucho bien que hubiera causado. Estaban aliados con gente como Vanessa, que había sumido Atlántica en la luz solamente para gobernarla ella misma. ¿Valía la pena? ¿Existía algo como la verdadera luz, el bien absoluto? Después de todo, un lugar iluminado siempre tendrá las sombras de lo que hay a su alrededor... Sin embargo, un sitio oscuro se mantendrá oscuro sin importar lo que haya cerca. Aunque alguien trate de iluminarlo, sólo lo conseguirá en una extensión limitada, jamás extinguirá del todo la oscuridad. Y donde se haya encendido esa luz, también se crearán aún más sombras. Seguramente podía responder a su propia pregunta: existe la oscuridad absoluta, mas no una luz completamente pura. Ya sólo le quedaba resolver su otra duda y podría actuar en consecuencia. ¿Tenía sentido continuar la lucha en la que participaba? Y si dejaba de hacerlo... ¿qué haría con su existencia?

Empezó a escuchar risas, y miró a su alrededor. Las sombras ya habían desaparecido. Sólo quedaba el cuadro de la Liebre y el Sombrerero Loco, que le miraban con sus inertes sonrisas burlonas, y las tazas y teteras. Sintiéndose aún más cansado, entrecerró los ojos y se le nubló la vista. Entonces comenzó a escuchar aún más risas: los ojos y las sonrisas del cuadro comenzaron a crecer en todos los objetos que había sobre la mesa. Le miraban a él, y se burlaban. Le dio mucha rabia. Estuvo a punto de levantarse y sacar su espada, pero se recordó a si mismo que era imposible que estuviera furioso. Si no tenía corazón, no podía estarlo. Era todo psicológico. Y las tazas no tenían ninguna culpa de sus dudas y delirios.

Escuchó a alguien saludarle, y entonces todo volvió a la normalidad. No se sintió en peligro, en verdad, por lo que se tomó su tiempo para finalmente dirigir hacia el desconocido su mirada de hielo. Llevaba demasiado tiempo en guerra como para no estar acostumbrado a las emboscadas, y aquella no era una de ellas. El hecho de que tuviera que venir a un mundo bajo el dominio de la oscuridad para sentirse en paz y poder pensar era patético, cuanto menos. Escrutó con la mirada al chico, todavía con los ojos entrecerrados que hacían que pareciera tonto o adormilado, aunque ya sin tener la vista nublada. No parecía un mal muchacho, y tampoco era feo o tenía pinta de loco. De hecho, no estaba nada mal físicamente. Por lo tanto, no pertenecía a este mundo.


-Hola -respondió al fin, aunque tampoco él puso mucho ánimo en su voz-. No pareces de este mundo, ¿me equivoco? Un aventurero. Me gusta.

Se dispuso a beber algo de té para aparentar normalidad, pero se dio cuenta de que había tirado su taza al suelo. Por lo que a sus pies había ahora una pieza de porcelana hecha añicos y un charco de líquido marrón. Se levantó carraspeando, moviéndose de modo que, tal vez, podría evitar que el recién llegado viera aquel desastre. Lo hizo de manera que pareciera que se comportaba como un caballero educado, levantándose solamente para darle la bienvenida correctamente. Le dedicó una efímera y triste sonrisa que, por mucho que le pesara, daba ver que no estaba en su mejor momento. Pero aunque fuera con un desconocido... En realidad le venía muy bien tener la oportunidad de charlar con alguien.

-Sí, es mucho té... Pero no puedo hacer nada si nadie quiere compartir conmigo la mesa -continuó sonriendo con melancolía-. Mi nombre es Eullig. ¿Qué te trae por aquí?

No había ninguna razón para desconfiar de él. Si resultaba no ser alguien de fiar, sólo haría falta matarle después. Estaba más que acostumbrado a aquellos trámites. Sólo esperaba poder charlar un rato antes de que eso ocurriera. ¿O tal vez era una persona legal? No parecía haberse fijado en su posición como Líder de la Resistencia. Tal vez ni sabía que existía. Eso animó al incorpóreo a intentar un acercamiento. Le invitó a sentarse junto a él a tomar algo, ni sin antes ofrecerle un apretón de manos.
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Mensaje por Donx Jue Jun 21, 2012 1:18 am

OFF:

La mirada de Donx no tardó en cruzarse con los ojos del que más tarde se daría a conocer como Eullig, ojos que se abrieron poco a poco como si hubiese estado echándose una siesta en aquel lugar. Tras devolver el saludó logró deducir con una sola mirada que Donx no pertenecía a aquel mundo, lo cual podría parecer obvio para algunos aunque no para el propio Donx al no haberse encontrado con ningún otro habitante del mundo, por tanto aquella deducción induciría a pensar al joven muchacho que o bien lo sabía porque él era de allí y lógicamente no le había visto antes, o que se trataba de otro “aventurero” como le había denominado a él. El extraño se puso en pie inmediatamente presentando una melancólica sonrisa que parecía ocultar un gran peso, pero Donx no quiso ser impertinente para evitar impresiones erróneas y le devolvió el apretón de manos centrando su atención en la fría y opaca mirada de aquellos ojos en los que ahora se reflejaba. Cuando se puso en pie pudo observar al hombre como una figura de complexión aparentemente delgada pero cuidada y algo imponente cabe añadir en comparación con la imagen más “amistosa” que el mago presentaba.

-Mi nombre es Donx y la verdad es que se puede decir que soy un aventurero, viajero o algo así y he llegado aquí por pura casualidad. - ¿Casualidad? La verdad es que no existía ninguna razón de peso para justificar su estancia en aquel lugar. Muchos dicen que en realidad no existe y que las cosas ocurren por un motivo, quien sabe cual sería la razón por la que aquel joven llegó a ese mundo y en especial que se encontrase con aquella persona. Estando ya más calmado tomó asiento frente a Eullig bajando otra vez la mirada buscando en la mesa algo de su agrado, pues después de todo parecía que no era una persona maligna o agresiva como tal, y por lo menos esperaba poder disfrutar un poco de aquella velada. - ¿Qué hay de ti? Tengo que reconocer que no he visto ni un alma en este lugar aparte de ti, pero juraría que tampoco perteneces a él. – Preguntó mientras se servía té en la taza que se hallaba frente a él y daba un pequeño sorbo para comprobar que en efecto estaba caliente y dejando la taza reposar de nuevo sobre la mesa, dirigiendo disimuladamente una mirada a los ojos de Eullig en los que esperaba comprobar si aquella tristeza volvía a mostrarse tal y como le pareció apreciar antes al mago. Por la mente del mago pasó que tal vez si estuviese allí por alguna razón, aunque aun no fuese capaz de verlo.
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Mensaje por Gilleux Vie Jun 22, 2012 11:53 pm

El chico, que se presentó como Donx, le devolvió el apretón de manos. Parecía ser bastante amistoso comparado con la gente con la que tenía que entrevistarse últimamente. Y no parecía que su comportamiento fuera falso, aunque algo le decía que le movía más la curiosidad que otra cosa, pues sintió su mirada escudriñadora. Le gustó que le mirara directamente a los ojos; indicaba coraje, que no tenía miedo. Una joven promesa. No hizo nada especial para parecer más simpático, sin embargo. Sabía que su mirada estaba hecha de hielo, y que muy pocas cosas podían hacer que sus irises se encendieran con el fuego de los viejos tiempos, cuando sentía cada momento como si fuera único. Ahora su vida se había vuelto monótona... Lo extraño era que se interesara más por una conversación como la que podía iniciar ahora mismo que por una batalla intensa. Intenso se había vuelto sinónimo de aburrido. Donx no podía ni imaginarse las esperanzas que había puesto Gilleux en su encuentro.

Se sentó de nuevo cuando vio que el recién llegado también lo hacía, evitando la descortesía de no esperarle, y aprovechó cuando bajó la mirada para observar lo que había servido en la mesa para contemplarle con más detenimiento. Le recordaba muchísimo a él hacía dos años... Él también solía llevar el pelo así, cuando ahora era más corto y desordenado, y el color era más o menos el mismo. Los ojos de ambos eran azules, pero los de Donx poseían mucha más vida, como era de esperar, e incluso presentaban una altura muy parecida. No parecía demasiado fuerte físicamente, pero el gran bumerán que llevaba a su espalda era todo un aviso de que aquel muchacho no era en ninguna instancia una presa fácil, y que podía defenderse él solo. Además de aventurero, guerrero, se atrevió a aventurar el incorpóreo.


-¿Casualidad? Pues menos mal que has caído en este lugar... -suspiró Gilleux-. El País de las Maravillas lleva tres años sumido en la oscuridad, y como la guerra tiene lugar en los mundos neutrales, que son como tierra de nadie, ahora mismo no hay muchos sincorazón por aquí. Los han mandado todos a luchar. Sólo pululan los que nacen espontáneamente de la oscuridad. Los lugares que han sido más recientemente conquistados poseen más fuerzas defensivas -alcanzó una taza distinta y volvió a repetir el proceso anterior, poniendo un poco de leche para suavizar el sabor del té-. Y los mundos bajo el domino de la luz... Vanessa los gobierna con tanta mano dura que es casi imposible aterrizar con una nave gumi y que no te desnuden y desvalijen "por motivos de seguridad"... Hay muy pocos lugares donde se pueda estar tranquilo. Supongo que te habrás dado cuenta, si has estado viajando últimamente.

Pausó un rato largo, bebiéndose todo el líquido de su taza, y procedió a llenar de nuevo el recipiente. Si no se había dado cuenta de quien era, ahora estaba seguro de que Donx al menos sospecharía algo. Toda aquella información no era algo que poseyera cualquier persona de a pie, pero le importaba poco. Nada de lo que ocurría era un secreto. No quería que la Resistencia se convirtiera en una intrincada red de información secreta. No iba a comerse la cabeza con tonterías de guerra. Contentos podían estar esos peatones de que venciera a unos cuantos sincorazón para que vivieran unas semanas más... Volvía a mirar ensimismado y con expresión melancólica las ondas que formaba el té cuando movía la taza, así que no se dio cuenta de que el humano le miraba de nuevo a los ojos.

-No... No soy de aquí, no. Soy un incorpóreo que renunció a su nombre y puesto para luchar por la luz, así que tampoco tengo una residencia fija, pero sólo vengo aquí una o dos veces al año. A esperar a alguien... que nunca vuelve. -Ya lo había dicho. Cómo reaccionara Donx ya no era algo que estuviera en su mano-. La gente se ha tenido que adaptar a la nueva condición del mundo. Se ocultan en las sombras, muchos de ellos ya ni locos, sino paranoicos. Los pocos que salen siguen tan locos como siempre, como la Reina de Corazones, que incluso está orgullosa del estado de su mundo y dice que es gracias a su buen gobierno. Y también está Alicia, a la que no he vuelto a ver... Alicia es una niña que se perdió aquí años atrás y nunca ha podido volver a su casa. Me pregunto cómo estará -suspiró de nuevo y bebió de su taza-. Dime, ¿has viajado mucho? ¿Por qué mundos has estado? Tal vez podamos informarnos el uno al otro, actualizarnos un poquito.

Sonrió como pudo, tratando de dar una buena impresión. No quería asustarlo, pero el chico tampoco merecía que le ocultaran información. Como ya se había dicho, no iba a moderar sus charlas por temas de guerra que nada tenían que ver con los civiles.
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Mensaje por Donx Miér Jul 04, 2012 12:22 am

Donx escuchó paciente en silencio todo el tiempo, bajando la mirada de vez en cuando a su taza para dar un nuevo sorbo mientras intentaba asimilar la inmensa cantidad de información que Eullig le estaba dando. Mundos en guerra, luz y oscuridad, siempre fue consciente hasta cierto punto de que existían aquellos bandos pero sentía como si hubiese vivido en una burbuja durante algún tiempo, conviviendo con una historia en la que parecía involucrado desde un principio aun sin saber que existía. Realmente era difícil creer todo aquello de golpe, pero no tenía motivos para desconfiar en él ni Eullig motivos para mentirle, o al menos eso pensaba. Además, aquella persona parecía saber mucho sobre aquellos temas y Donx no pensaba que era el único que no conocía ni la mitad. ¿Quién era Eullig realmente? Ya tenía algo más que averiguar sobre él, pero aun así la historia de los mundos no parecía ser lo que más le importaba al que se dio a conocer como un “incorpóreo”.

Incorpóreo, una palabra que no había escuchado antes además del rol de guerrero de la luz. La cabeza del mago se estaba llenando de dudas y preguntas cuyas respuestas no era capaz de deducir por si mismo, pero a pesar de todo aquello seguía presente esa sensación de melancolía que le transmitía Eullig. Esperaba a alguien que nunca volvía...Donx se preguntó si estaría muerta esa persona, pero fuera como fuese no tenía mucho sentido que él intentase solucionar sus problemas personales sin conocerlos. Cuando concluyó su breve discurso Donx suspiró al mismo tiempo que echaba el asiento atrás, como si necesitara ese espacio para asimilar la situación. Solo podía seguir hablando.

-Bueno, no se si eres consciente pero para mi acabas de lanzar una bomba de información enorme... – Dijo llevándose una mano a la cabeza para apoyarse. - He viajado por unos pocos mundos, una ciudad con varios distritos, unas islas rodeadas por un océano inmenso, una especie de selva... – Paró sus palabras en seco bajando la mirada. Intentaba responder a su pregunta, pero no podía aguantar con aquella bomba dentro de su cabeza. Volvió a alzar la mirada hasta encontrarse con los ojos de su interlocutor volviendo a adoptar una postura más erguida y cogiendo aire para hablar - A ver...según tú este mundo está en manos de la oscuridad aunque dices que no hay demasiados sincorazones, lo cual no me inspira demasiada confianza a decir verdad... – Dijo mirando momentáneamente a ambos lados como si esperaba que las sombras lo fuesen a asaltar. - Y tampoco quiero meterme mucho donde no me llaman, pero, ¿incorpóreo? No se que es... y reconoce que el que sepas todo esto puede parecerle bastante sospechoso a alguien que no sabe nada como yo. – Dijo manteniendo una mirada expectante. Aun no podía confiar en él pero quería dejar las cosas claras antes de hablar de mundos, eso podría esperar. Empezaba a mostrar quizás un poco de pérdida de la compostura, pero era más que obvio por ese nerviosismo que se sentía mal e incluso impotente por no haber sabido nada de eso antes.
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Mensaje por Gilleux Miér Jul 04, 2012 10:41 am

Se dio cuenta de la expresión de confusión que Donx presentaba durante, y tras su discurso. Se rascó la coronilla, dándose cuenta de que tal vez había hablado demasiado, o de que sus historias no le iban a interesar a un joven aventurero como aquel. ¿Puede que realmente no se hubiera dado cuenta de la situación en que estaban los mundos, incluso después de dos años viajando por todo el universo? ¿Tanta suerte se puede llegar a tener, que no se vio inmerso en ningún conflicto? ¿O se había quedado atrapado en un agujero interdimensional? De todos modos, lo que le demostró Donx cuando comenzó a hablar es que compartir información no era precisamente lo que iban a hacer. Había despertado la semillita de la curiosidad de aquel muchacho, y ahora tendría que largar todo lo que sabía. Gilleux suspiró.

-Ciudad de Paso, Islas del Destino, Selva Profunda -apuntó según Donx describió los mundos en los que había estado. Esperó a que se recobrara de todo. Ahora incluso se sentía mal de haber liado a aquel chiquillo inocente, pero no había vuelta atrás. No le apartó la mirada cuando volvió a fijarse en sus ojos-. No te creas, a mi tampoco me inspira confianza. Sé que en cualquier momento alguien podría avisar de que estamos aquí y enviarnos toda una escuadra de sombras. Pero, sinceramente, ¿qué somos cuando se nos compara con el Ejército de la Luz? Por qué molestarse con los Peones si tienen a tiro al Rey y a la Reina, digámoslo así. Respira tranquilo.

Acto seguido, se levantó. Cogió una de las teteras y se colocó en un lugar en que Donx pudiera verle bien. Tal vez estuviera disfrutando demasiado con todo aquello de tener el poder, una información que el contrario quería de forma desesperada y podía jugar con él tanto como quisiera antes de dársela... Pero no haría algo así con quien no lo merecía. Aunque algo de teatro tampoco le vendría mal. Hacía mucho que no se divertía.

-Fíjate. Esta tetera es un ser completo, ¿no? Con su cuerpo siendo lo de fuera, y el corazón siendo lo de dentro -agitó el recipiente para que se escuchara el líquido fluir-. Pero si alguien llega y te mata... Abre el recipiente, y todo el contenido se echa a perder -inclinó la tetera, y todo el té se derramó en el césped-. ¿Qué queda ahora? El ser del principio, el humano, ya no existe, ¿verdad? Ahora hay un corazón sucio, corrupto porque ha estado en contacto con la oscuridad. Tú esto ya no lo beberías, ¿verdad? Pues un cuerpo tampoco acepta un corazón corrupto. Y hay un cuerpo vacío que ya no es capaz de sentir, pero todavía puede moverse -agitó la tetera repleta de aire-. Un sincorazón es el corazón sumido en la oscuridad de un humano, y el incorpóreo es el cuerpo vacío que deja detrás. Un sincorazón está destinado a ser malvado... mientras que un incorpóreo, bueno, es un cascarón. Puedo tomar mis propias decisiones, pero tal vez cuando te digo que estás muy mono cuando tienes esa cara de confundido, lo pienso de verdad o no. No puedes saberlo, porque ni yo sé si estoy siendo sarcástico o digo la verdad. Solía creer saberlo... pero a estas alturas, me he acostumbrado demasiado a la idea de que falsifico todo lo que siento, aunque no me dé cuenta.

Después de todo el acto cómico, volvió a sentarse, dejando la tetera vacía a un lado. Sabía que volvería a estar llena pronto, en aquel mundo en que nada tenía sentido. Apoyó la cabeza en ambas manos, pensativo. Se había deprimido hasta a si mismo con su discurso. No estaba seguro de si realmente pensaba lo que había dicho... ¿De verdad todo lo que sentía no era más que un recuerdo, no era real? ¿Incluso su depresión era algo que inventaba su cerebro, imitando las emociones que solía tener?

-Ah, y no soy tan sospechoso. Hoy en día todo el mundo sabe lo que yo sé. Eres un caso raro. Pero si te sirve de algo, sí soy parte del gran grupo que lucha contra la oscuridad. -Pausó, sin dejar de mirar a Donx-. Realmente, perder la compostura te hace más mono.

Definitivamente, estaba disfrutando demasiado mareando a aquel chico
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Mensaje por Donx Miér Jul 04, 2012 10:18 pm

Las respuestas, aunque aún algo confusas o ambiguas, consiguieron calmar un poco al joven quien consciente de su repentina exaltación trató de relajarse adoptando una posición más cómoda apoyado directamente en la mesa con los brazos cruzados y respirando profundamente, pues ya le importaba poco la compostura o las apariencias después de aquello. Eullig volvió a demostrar parte de su sabiduría citando los nombres de los mundos que el propio mago había visitando desconociendo los mismos, pero era el tipo de persona que prefería experimentar las cosas por si mismo antes de opinar aunque desconociese en este caso dichos mundos por completo antes de ir. Lo más destacable sin duda fue la curiosa explicación de lo que un incorpóreo es, usando una tetera y té para simplificar las cosas tal vez.

Desconociendo la existencia de aquellos seres, había que tener una mente abierta para aceptar que aquellos supuestos hechos eran reales, algo complicado pero Donx por el momento se limitaría a escuchar y tratar de entenderle lo creyese o no, ya que tampoco iba a perder nada por ello y rechazarlo sin más sería incluso grosero. Comprendió gracias a la presentación que existían al parecer tres criaturas bastante diferentes, los humanos como el propio Donx, los incorpóreos carentes de corazón, y los sincorazón que más de una vez había combatido, los cuales se formaban a partir de corazones perdidos según había entendido.

Durante aquella explicación el gesto de Donx se tornó pensativo, como si se abstrajese de aquel lugar momentáneamente con la mirada perdida. Un corazón, fue por aquello. ¿Tan determinante era un corazón? Por un momento bajó la cabeza instintivamente como un amago de dirigir una mirada a su propio pecho pensando en que poseía algo tan importante y que sin embargo valoraba tan poco. ¿Tan malo sería perderlo? Se preguntaba devolviendo su atención al otro joven. No sentía mucha prisa por comprobarlo él mismo por el momento. Después de todo algún día le llegaría la hora y habría tiempo.

-Así que yo soy el raro... – Murmuró desviando la mirada con incredulidad y seguida de una mirada algo agresiva cuando el incorpóreo dijo de nuevo que era “mono”, sonando más convincente la segunda vez que lo escuchó pero a pesar de la incomodidad Donx no llegó a sonrojarse por el piropo, pensando que realmente era confundirle con aquello después de lo que le había contado a pesar de que no pudo evitar aquella reacción tan...estúpida. - Pasaré eso por alto ya según tu mismo no sabes lo que dices. – Dijo cambiando de nuevo su postura como si tratase de esconderse por un momento pero volviendo a una posición erguida para evitar parecer aun más inquieto. - Eso de ser incorpóreo suena...raro, pero tampoco voy a tratar de entenderlo ahora mismo. – Citó con firmeza tras recuperar su postura y dejar un silencio de separación. - Entonces se supone que luchas por la luz...¿se supone que es algo bueno? – Preguntó a pesar de que para mucha gente debía ser algo obvio, lo bueno y lo malo, pero él no lo veía tan claro. - Yo creo que una luz brillante ciega tanto como la más profunda oscuridad, por eso prefiero estar en medio. Aunque si tuviese que clasificarme supongo que estaría de tu lado... – Terminó casi murmurando la última frase pensando con la mirada perdida nuevamente si se podría llamar a si mismo un guerrero del “bien”. - Tampoco me hagas mucho caso, supongo que cada uno ve las cosas a su manera – Dijo devolviendo la mirada a su interlocutor asomando por un instante lo que parecía ser una sonrisa, como si hubiese dicho eso temiendo confundir a Eullig.
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Mensaje por Gilleux Dom Jul 08, 2012 9:04 am

-Puede que no entienda muy bien si siento o no siento... Pero creo que todavía estoy lo bastante cuerdo como para saber muy bien lo que digo, guapo -respondió casi al instante cuando notó que Donx estaba algo irritado por su comentario.

Rascándose la nariz, pero sin cambiar su expresión del rostro aburrido que mostraba en aquel momento, se preguntó si tal vez se había pasado. Estaba cansado, demasiado... Y aquella pequeña oportunidad de entretenerse un rato había hecho que perdiera el control de su lengua, algo que negaba exactamente lo que acababa de decirle a Donx. Si de verdad tenía ganas de tener una conversación normal, no tenía porque marearle de aquella manera. Suspiró
.

-Lo siento, supongo que a veces puedo ser un poco molesto. -Mostró algo de preocupación sincera-. Ser incorpóreo es complicado. Supongo que puedes escoger dejarte llevar... o buscar tus propios sentimientos. Es una tontería... pero aunque soy un pesimista redomado... me gusta pensar que al menos algo de esencia queda dentro de mí que me permite sentir si realmente lo deseo, je, je.

Ahora era él que se escondía un poco, encogiéndose en su silla. No le gustaba mostrar sus verdaderos sentimientos, las tonterías que le gustaba creer, a alguien que no fuera... ella. Se le había escapado por los remordimientos de haber molestado a quien por fin le había dado una conversación decente. ¡Diablos, realmente estaba perdiendo el control sobre si mismo! ¿Tal vez sería mejor si se callaba de una vez por todas? Pero algo de lo que dijo Donx a continuación le llamó la atención, y fue incapaz de guardarse su opinión al respecto.

-Sí, tienes razón, claro... El exceso siempre es malo. Pero el equilibrio tampoco es tan fácil de romper, ja. Lo único que estoy intentando es crear un lugar mejor para vivir para e... para todos, supongo. Si hubiera sido el lado de la oscuridad el que hubiera perdido poder y la luz amenazara con destruir todo a su paso como iban a hacer los sincorazón, yo hubiera... yo hubiera... uh...

No pudo terminar la frase. ¿De verdad hubiera sido capaz de ponerse del lado de las sombras, en contra de los deseos de Leksi? ¿No había llegado a la conclusión antes de que todo lo que había hecho, lo había hecho simplemente porque esos eran sus ideales? ¿Realmente también comenzaba a sentir que aquella era su meta? Sí, cuando luchaba contra los sincorazón, lo hacía por propia voluntad. No había a su alrededor ninguna Leks que le animara a hacerlo. ¿Por qué tenía que ser su mente un laberinto tan confuso? Gilleux pensó que sería mejor si se abandonara a si mismo y otra persona se ocupara de encontrar al verdadero él... O puede que un incorpóreo no tuviera verdadero "yo", porque no existe. Se quedó callado un largo rato, en su propio mundo.

-... ¿hay alguna otra cosa que te gustaría saber? -terminó diciendo, más cortante de lo que le hubiera gustado. Su orgullo no le dejaba admitir que, realmente, no sabía tanto como el chico que tenía en frente esperaba.

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Mensaje por Donx Mar Jul 10, 2012 7:04 am

No sabía si aquel hombre se había ofendido al rechazar de aquella forma el piropo repentino que le lanzó, pero tampoco sabía como responder además de desviar la mirada y guardar silencio. Ya le resultaba extraño que cualquier persona le halagase de aquel modo, pero que además fuese una persona a la que acababa de conocer, ligeramente más alta y más corpulenta que el propio Donx, intimidaba bastante aunque tal vez Eullig no fuese consciente de aquello, por lo que el mago tampoco sabía que hacer ante una situación tan violenta. Aquello lo ponía en guardia al instante aunque tratase de mantener la calma, pero pensar que aquel hombre podía ser muy diferente de la impresión que se había llevado enloquecía un poco al muchacho, quien trataba de calmarse y dejar de imaginar cosas raras. ¿Si quiera tenía motivos para pensar que podía ocurrir algo así en algún sitio más que en su burda imaginación? Simplemente era estúpido. Inspiró disimuladamente con fuerza como si nada de aquello hubiese pasado por su propia mente volviendo a poner los pies en la tierra.

-No importa, no quería confundirte... – Dijoo rápidamente cuando el incorpóreo se disculpó casi interrumpiéndole, pero realmente no es lo que había buscado ya que era él el que desconocía a los incorpóreos y no pretendía confundirle con lo que decía sin conocerle realmente. Tal parecía ser que Eullig intentaba aferrarse a su humanidad y a lo correcto, algo que en parte Donx lograba a comprender por la visión que le había sido inculcada desde siempre a pesar de que no era algo que él mismo hubiese perseguido nunca. Es más, ¿alguna vez se había preocupado de seguir un objetivo o tener un propósito? Mirando hacia atrás, hace un par de años, seguramente la respuesta habría sido que si pero ahora había cambiado y afrontaría las cosas como viniesen. “Ya cruzaré ese puente cuando llegue a él”, era uno de los refranes que ahora solía utilizar y que a veces llevaba a rajatabla a la hora de resolver los problemas, que al menos le ayudaba a calmarse y no volverse loco como parecía que Eullig se estaba volviendo.

Donx mantuvo el silencio cuando Eullig pareció haberse sumido entre sus pensamientos antes de formular aquella última pregunta. Aquella pregunta fue la señal de que estaba algo más vulnerable, o es lo que le decía a Donx su instinto. Si tenía algo que preguntarle sabía que era el momento de atacar para que respondiese sin rodeos, pero, ¿tenía algo que preguntarle? No es como si aquello fuese una batalla por ganar información el uno del otro en absoluto, pero observando su mirada algo caída no podía pensar en algo que quisiese saber con necesidad, es más, ni siquiera fue su intención en un principio sacarle nada tal y como recordó en aquel instante. Si realmente estaba en un momento vulnerable y confuso sabía que podía hacer dos cosas, atacar, o ayudarle y el mago sabía que no tenía ningún motivo para hacer lo primero y podía decir que no lo deseaba. Tal vez fuese el momento de hacer la buena obra del día, pensó mientras pensaba qué decir pero lo mejor que podía decir no tenía que ser pensado tanto.

-Sabes, pensar demasiado no siempre es bueno – Comenzó introduciendo para captar su atención – A lo mejor te parezco algo estúpido, pero no creo que debas cargar con el peso de pensar en todo eso por tu cuenta. Creo que lo mejor que puedes hacer es ir resolviendo los problemas según se vayan presentando, pero no puedes perder lo que quede de tu ser comiéndote la cabeza por ese tipo de cosas tan grande y eternas. No es algo que puedas controlar ni tu solo ni eternamente. Supongo que es complicado, pero no puedes tratar de clasificarte por lo que eres y tratar de pensar lo que es correcto para cada posible situación. Tiempo al tiempo... – Acabó diciendo reflexionando en sus propias palabras. Era algo en lo que realmente creía, aunque sabía que era duro cambiar las cosas cuando uno se encuentra en una situación complicada. Sin despegar la mirada de Eullig esperaba una reacción pensando en si aquel pequeño discurso habría servido de algo aun viniendo de un desconocido como el mago lo era para él. Solo quedaba esperar su respuesta y comprobar su auténtica resolución.
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Mensaje por Gilleux Mar Jul 10, 2012 10:55 am

Gilleux se quedó mirando todo el tiempo que aquel humano estuvo hablando, con los ojos muy abiertos y sorprendidos, pero también con cierto brillo de admiración. ¿Cómo podía ser que un chiquillo como aquel tuviese las cosas tan claras? Tal vez era verdad que sobrepensaba demasiado las cosas... Pero no había remedio, siempre había sido así. Por un momento estuvo a punto de ponerse a analizar cada uno de sus argumentos, pero detuvo los engranajes de su mente y le sonrió a Donx, tal vez la primera sonrisa sincera y "alegre" desde que había llegado.

-Te... lo agradezco. Es justo lo que necesitaba oír, je.

Se relajó un poco en su silla, dejando la posición más tensa que mantenía desde hacía rato. Después de todo, ¿qué ganaba agobiándose a si mismo? No era bueno ser un cabeza de chorlito y hacerlo todo sin pensar... pero ser extremadamente prudente podía llegar a producir aquella clase de estrés. Todavía no era suficiente para hacer desaparecer aquel mal hábito del incorpóreo, pero por algo se empezaba. Al poco, clavó la vista de nuevo en Donx. ¿Quién era? Decía ser un aventurero y no había visitado demasiados mundos, a no ser que sólo hubiera recitado unos pocos como ejemplo. ¿De dónde había sacado tanta sabiduría? Unas palabras como las que él había pronunciado no salían de la boca de cualquier guerrero o mago recién salido de la academia.

-Tienes mucha labia. Las chicas deben volverse loquitas por tus huesos -reflexionó Gilleux rascándose la barbilla con un tono completamente serio-. Llevo estos dos años de batalla en batalla, y me he vuelto un viejo amargado antes de tiempo. ¡Je, je! Con lo que disfrutaba de todo al principio. Todo comenzó cuando empecé a protegerla... Mis batallas empezaron a tener sentido cuando le hice mi promesa. Pero ahora hace tanto que no la veo... muchas veces tengo la sensación de que he perdido mi razón para luchar.

El estoque del incorpóreo apareció en su mano con un destello, y se lo quedó mirando unos segundos. Segundos después lo lanzó, pasó silbando junto al oído de Donx y se clavó en la cabeza de una Neosombra que había aprovechado la charla para acercarse al humano con un rico y aromático corazón. El sincorazón se desvaneció en una bruma de oscuridad casi al instante, mientras que el arma punzante se quedó clavada en la madera de la casa que conectaba con aquel jardín del té.

-Mas... ¿tal vez sea verdad que debo dejar atrás mi pasado, no pensar tanto en el futuro, y simplemente disfrutar del presente? -Gilleux se levantó, rodeó la mesa y arrancó su estoque con vigor. Acto seguido, se puso frente a la silla de Donx y, con una elegante reverencia, le ofreció la mano para ayudarle a levantarse-. ¿Le apetece librar a un mundo de la oscuridad, apuesto caballero? Yo quería ser el protector, pero que me protejan de mi propia estupidez... no me ha disgustado. Disfrutemos de esta velada los dos juntos, ¿qué me dices?

Con una sonrisa teatral que lentamente se convirtió en una más cálida y hogareña cuanto más tiempo su miraba estaba fija en el rostro del humano, no pudo evitar que sus ojos recobraran el azul un tanto más vivo que tuvo antaño. ¿Veía a Leksi en aquel muchacho? No... Era una persona completamente distinta. Y aún así, quería pasar tiempo con él. Porque si los buenos ratos no vienen a ti, tienes que coger la espada y buscarlos tú mismo. Él había tenido la suerte de encontrar a una persona que le enseñara eso... ahora le tocaba decidir el resto de su existencia. O no. Que el destino decidiese por él. Si le había hecho conocer a Donx, significaba que dejarse llevar no podía estar tan mal.


Última edición por Gilleux el Jue Jul 12, 2012 12:47 am, editado 2 veces
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Mensaje por Donx Miér Jul 11, 2012 11:53 pm

Donx se dio por satisfecho. La sonrisa que se mostró en el rostro de Eullig confirmaba que por lo menos sus palabras le habían llegado de algún modo. Tal vez no hubiese sido tan fácil como para reducir toda su confusión en tan solo un instante pero como se suele decir, por algo se empieza. El joven devolvió una leve sonrisa mientras escuchaba la reflexión el incorpóreo manteniendo nuevamente el silencio. En verdad siempre fue persona de pocas palabras y prefería escuchan antes de hablar, pero cuando tenía algo que decir le gustaba acertar con las palabras adecuadas aunque a veces se liase y no saliese bien. “Una razón para luchar...”, pensó el joven.

Esos breves pensamientos se vieron disueltos al instante cuando Eullig materializó lo que parecía ser un estoque y lo lanzó al frente pasando a escasos centímetros de Donx, quien trató de no moverse ni un milímetro abriendo los ojos impactado y sosteniendo la respiración unos segundos antes de girarse en su asiento y ver como lo que en su momento fue un sincorazón se desvanecía entre las sombras tras ser atravesado por el estoque. En aquel momento se maldijo por haber bajado demasiado la guardia sin percatarse de ello debido a la conversación, pero entones redirigió la mirada a Eullig y no pudo evitar pensar en algo, en la búsqueda de Eullig de una razón para luchar y en que le acababa de proteger de aquel engendro, relacionando ambas ideas inevitablemente. Con aquello en mente mantuvo sus labios sellados hasta que el otro muchacho se hubo levantado para dirigirse a él nuevamente.

Tal vez fuese verdad que Donx vivía el presente como había decidido, pero aun así no pudo evitar pensar como atesoraba algunos recuerdos preciados que aun vivían en su memoria. A veces le parecía que los recuerdos también eran lo más importante que se puede tener aunque también desease borrar los malos o que no hubiesen ocurrido nunca. Pero eso era parte del olvidar y vivir el ahora que estaba viendo reflejado en Eullig. - Dalo por hecho – Respondió a la invitación sobre librar al mundo de oscuridad junto a él no sin antes dejar escapar una pequeña risa para después coger su mano y levantarse de la silla. Presentía que si por lo menos permanecía un tiempo a su lado las cosas no podrían ir a peor, además de que siempre es mejor caminar con alguien que hacerlo en solitario. Y quien sabe, puede que incluso ambos pudiesen sonreír con más frecuencia con ello.

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