Inesperado giro

por **Saytas** Miér Dic 09, 2009 9:48 am

(Rathalos me ha dado
permiso para usar a Merlín)

Saytas estaba visiblemente turbado al llegar a la puerta de la Casa de Merlín. Hacía mucho, mucho tiempo que no lo veía. El joven mago, o como él se denominaba, “aprendiz” se removió entre sus túnicas púrpuras tratando de pensar en cómo iba a presentarse, si como el ladrón que le
robó el bastón mágico, o como un joven aprendiz.

“Merlín va a recordarme, seguro, de nada va a servir que yo trate de ocultarme. Además, un
mago tan versátil, docto y sabio en todas las materias como es Merlín debe saber leer el pensamiento”

En realidad, Saytas atribuía la lectura de pensamiento a todo mago que considerara mejor que él,
porque para él era algo titánico e imposible. A lo máximo que había llegado era a poder comunicar palabras a otros, pero la telepatía unidireccional distaba mucho de los conjuros de inquisición invasiva, que es como se llama en magia a leer la mente.

Finalmente, decidido a no dar más rodeos, abrió la puerta, intempestivamente. Ni siquiera esperó a un “Sí, se puede”, porque sabía que Merlín lo sabría ya o no le importaría lo más
mínimo.

- ¡Perdón, Merlín el encantador, mago de la túnica de las estrellas, consejero del Rey! ¡Le pido perdón una y mil veces! – Dijo mientras entraba, inclinándose enseguida.

Pero Merlín no le estaba escuchando. En realidad, Merlín parecía no estar allí, con él. Balbuceaba algo y apenas prestó atención. Saytas se levantó y se quedó mirándole. Después de tanto tiempo, Merlín no le parecía tan imponente, pero no por ello le perdió el respeto. Se acercó más para poder escucharle:

- Hay que buscar al
elegido de la llave espada… el elegido de la luz…

Saytas se preguntó de qué estaría hablando Merlín. En todo el tiempo que había estado en la umbra,
había estado incomunicado de todo lo que pasara fuera de su propio espíritu. Fue una búsqueda de poder mágico y de comprensión de verdades más allá del mundo cotidiano, y ahora se sentía bastante desorientado.

De súbito, Merlín se levantó, le miró, y le dijo:

- ¡Vamos! ¡Te lo mostraré!

- ¿Me mostrará? ¿Qué me va a mostrar? – dijo Saytas - ¡Le ruego castígueme, o acepte mis disculpas por el bastón!

- Mira, chico insolente. Ese bastón… no tiene ningún poder mágico – Dijo Merlín guiñándole un ojo – Toda la magia que hayas hecho pensando en que ese bastón era mágico, era magia que venía de tu confianza en mí.

Saytas asintió, asombrado del carácter de Merlín.

- Es muy importanteee. Se puede ver en los astros… tienes que buscar al elegido de la luz… ¡Búscale! ¡Corre! ¡Estás perdiendo el tiempo! ¡Vamos, vamos!

Merlín extendió el brazo y trazó un arco con él, y en el aire se dibujó con haces de luz un cielo estrellado. Luego, las estrellas mostraron una forma humanoide, que sostenía una llave espada, y luego, un destello.

Cuando finalizó el destello, Saytas estaba tumbado boca abajo enfrente de la casa de Merlín.

"¡Olvida esas excusas y disculpas! ¡Tienes algo más importante que hacer!" Dijo Merlín

Saytas se incorporó, se quitó el sombrero y se quedó mirándolo... Al rato, tiró el sombrero al aire, y cuando el sombrero cayó encima de Saytas, Saytas se "metió" dentro del sombrero, hasta que todo él desapareció. Cuando sólo quedó un sombrero fuera, en la calle, éste se desvaneció sin más.

¡Ahora empezaba la verdadera aventura de Saytas!