Dedicación a la luz.

por **Vrige** Dom Jun 10, 2012 7:43 am

-Se que es improcedente pero en estos archivos no voy a dejar constancia de mi historia. En su lugar tengo algo más importante a nivel personal que ofrecerles. Esta, es la historia del corazón que anhelo-.

Todo ocurrió poco después de su nacimiento. En las profundidades del espacio, aquella noche nacieron dos corazones. Uno quedó confinado en el interior de un ser artificial, pero de carne y hueso como cualquier otro. El segundo... je, bueno digamos que fue desechado al vacíon. El científico artífice de dichos, actos que había dedicado toda su vida a encontrar la cura para la enfermedad implacable de su querida hija, vio en su última creación un valioso aliado capaz a quien entrenar y educar. Alguien a quien confiar sus esperanzas cuando su vida por fin hubiese llegado a su fin.

Y así fueron pasando los años. Los tres viajeros continuaron explorando los innumerables mundos de la luz: el maestro, la hija y el discípulo. Juntos vivieron incontables aventuras. Y gracias a la relación que fue proliferando entre ellos, el paso del tiempo fue lo único que hizo falta para contrarrestar tal maligna enfermedad. La niña al fin pudo sanarse, gracias en parte a la pureza en el corazón artificial de aquel aprendiz.

Poco después, la desdicha se cerniría sobre ellos cuando un maestro, mitad portador de la luz, mitad emisario de la oscuridad, envió a unas extrañas criaturas de ojos rojos a acabar con sus vidas. El asalto tuvo lugar en mitad del espacio interdimensional. Impotente y resignado a perder aquello que más amaba, aquel hombre que se enorgullecía del título de "el Sabio", introdujo a sus dos acompañantes en las cápsulas de escape, con la esperanza puesta en la tecnología gummi que él mismo había patentado. Tres nombres cayeron en el olvido aquel día: Fausto el Sabio, antiguo gobernante de Vergel Radiante; su hija, Noha Bellez, cuyo cuerpo se perdió para siempre en las sombras; y el prototipo número 02, Greiv-dou, mi hermano, por quien tanto recé para que se convirtiera en uno de los nuestros.

El cuerpo inerte de Greivi fue a parar a Vergel Radiante donde Ansem el Sabio lo recogió y lo mantuvo a salvo de las garras de la oscuridad durante más de 10 años, hasta que un factor incalculable, una variable e impredecible incorpórea se introdujo en las profundidades de su castillo y lo liberó.

Hasta el día de hoy nuestros caminos todavía no se han cruzado. Tal vez sea cosa del destino, o tal vez no. Eso nadie lo sabe. Lo que si es seguro, es que ahora mismo no gozo del poder que me gustaría para salir a su encuentro. Por eso razón seguiré esperando. Esperaré hasta que un día la diosa de la fortuna me sonría y me libere de estas cadenas. Solo entonces obtendré la voluntad que deseo. Una que me permita poner el corazón de mi hermano de mi parte...