La misión de Shang: Hacer Guardia

Llegó a la cresta agarrada del brazo de Gilleux, impidiéndole que se quedara más tiempo viendo el espectáculo desde bastidores y que ayudara un poco en la misión que les había encomendado el capitán. Siguió a Renvax a través de la montaña, eliminando a algunos sincorazones menores por el camino, atravesando una bonita aldea nevada en la que compró un accesorio para el pelo con forma de flor de las nieves. Los tenderos se extrañaron mucho de que un soldado chino comprara algo así. ¿Sería para su hija o para su mujer?

Continuó su camino, atravesando la falda de la blanca montaña, hasta llegar a la cresta, donde finalmente soltó el brazo del incorpóreo peliazul y se dejó caer sobre la nieve, agotada por la caminata.

-Chica... Menuda montaña más grande... -murmuró, jadeante-. Ya podrían poner ascensores -escuchó entonces las irritadas palabras de Renvax, que decía en alto con voz enfadada mientras apretaba su puño derecho con fuerza. Alice se levantó, cerrando los ojos y sonriendo de forma conciliadora, poniendo la mano derecha sobre el hombro de Renvax-. Tranquila.. encontraremos lo que venimos a buscar. Solo debemos rastrear un poco por aquí... Aunque... -musitó, moviendo los hombros y haciendo sonar las placas de la armadura al chocar unas contra otras-. Esto es muy incómodo... ¿Debería deshacer las armaduras? -le preguntó a Renvax, dubitativa.

Off: Alice, ¿de dónde salió esa firma? *¬*

Se dejó arrastrar por Alice durante todo el camino del Campamento Chino hasta la Cresta. Realmente, aquello le interesaba bien poco, y se estaba aburriendo bastante. Tenía ganas incluso de que pasara algo oscuro en aquel mundo para poder luchar contra ello, y realmente no le gustaba nada aquella nueva manera de pensar. Estaba pasando demasiado tiempo junto a Renvax, a su parecer, a pesar de que ahora fuera más sociable que cuando la conoció.
En la aldea nevada, se detuvo junto a Alice y compró un pañuelo violeta a modo de bufanda. Le dijeron que le combinaba con el pelo y los ojos, y que le quedaba muy bien. Aparte, en el lugar empezaba a hacer frío, así que se lo quedó.

Ya en la cima, observó atentamente a Renvax y a Alice. Una vigilaba el campamento chino desde la cresta, mientras que la otra se dejó caer en la nieve, agotada, para volver a levantarse al rato y tratar de consolar a Renvax, que se encontraba molesta por la misión... e increiblemente lo consiguió. El peliazul arqueó una ceja. Parecía que las unía un fuerte vínculo... demasiado parecido al que él tenía con Leksi.
Suspiró al recordarla, poniendo los ojos en blanco y diciendo de forma socarrona:

-A mí la armadura no me molesta, mayormente porque me has traído a rastras todo el camino -miró a Alice-. Pero sí, deshazlas, o acabarás por caerte montaña abajo en cuanto te asomes al precipicio, y nadie quiere eso. Y además, esta armadura no combina con mi nuevo pañuelo -se rió ante sus propias palabras, pateando algo de nieve por aburrimiento, que acabó estrellándose contra Alice y Renvax-. Me aburro.

Spoiler:

Amplió su sonrisa cuando notó como Renvax se calmaba. Sabía que se enfadaba con frecuencia, incluso se podía decir que siempre solía estarlo, pero a Alice le gustaba más la Renvax calmaba. Así mostraba menos sus emociones, pero su rostro calmado era mucho más bello que cuando mostraba una expresión iracunda... Sacudió la cabeza ante estos pensamientos, sonrojándose. Agachó la cabeza para que Renvax no viera aquel estado. ¿Por qué había pensado algo así...?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la intervención de Gilleux. Sin saber muy bien porque, sus palabras le molestaron. No le sentó nada bien que interrumpiera aquella ¿reflexión? que trataba de desarrollar, aunque él no tenía forma de saberlo. No obstante, también se sintió ligeramente ofendida por sus palabras, y cuando les tiró nieve por puro aburrimiento... fue la gota que colmó el vaso.

-Gilleux... a lo mejor eres tú el que cae precipicio abajo como no te calles -le dijo, sin siquiera mirarle a la cara, con los ojos cerrados y el ceño fruncido. Chasqueó los dedos, y el nuevo pañuelo del incorpóreo se quemó espontáneamente-. Así no tendrás que preocuparte por si combina o no -dijo con una sonrisa de suficiencia, haciendo desaparecer la armadura de Alice y Renvax, pero no la del peliazul-. Buff... Al fin recuperó mi pelo -murmuró, peinándoselo a tientas y colocándose su nuevo accesorio con forma de flor violeta en el cabello-. ¿Me queda bien, Ren? -le preguntó con una sonrisa, señalando la flor.

-"¿Por qué estaré tan irascible hoy...?" -se preguntó en su fuero interno, sin cambiar su expresión de aparente felicidad en el exterior-. "Primero con aquel soldado y ahora con Gilleux... Mmm..."

Off:Pues creo que esta mejor esa firma q la q yo haga pro bueno xDD

Renvax no se inmutó ante el ataque de Gilleux con la nieve por puro aburrimiento,le parecia inútil reaccionar ante eso pero después se sorprendió un poco ante la reacción de Alice a las palabras de Gilleux,esa irritabilidad que tenia hoy era muy extraña en ella ya que Renvax tenia un concepto de Alice diferente a ese.Normalmente era Renvax la cruel e irritada que destrozaba todo lo que veía pero Alice incluso quemó el pañuelo de Gilleux,lo que temia era la reación de Gilleux ya que por eso podria empezar una pelea y eso no los favorecia para nada y menos si aparece un enemigo.
Alice deshizo las armaduras chinas menos la de Gilleux.Renvax volvía a tener su larga melena dorada que le daba calor ante el frió de lugar aunque Renvax podía soportar bastante las temperaturas bajas y altas.Renvax miró a Alice y su expresión de felicidad,Renvax queria esperar a la reacción de Gilleux para saber si debia intervenir o no pero antes dió unas palabras de calma a Alice:
-Alice,relájate,no vale la pena enfadarse por las cosas que diga Gilleux-
Dijo Renvax con su cara de neutralidad habitual posando su mano en el hombro de Alice.

Sonrió con suficiencia al escuchar la amenaza de Alice, y suspiró, encogiéndose de hombros. Parecía que aquel día se había levantado de mala uva, mas él no iba a comenzar una disputa. Sin embargo, cuando notó un ligero calor en su cuello que pronto se convirtió en una sensación abrasadora, pegó un salto al mirar su pañuelo y ver que se estaba quemando.
Se tiró al en plancha, hundiendo la prenda en la nieve. Una pequeña área se fundió y creó un pequeño charco entre tanto hielo, mas debido a la temperatura no tardó en helarse también. El incorpóreo suspiró, aliviado. No solo por el pañuelo, ya que él también podría haberse quemado gravemente. Se levantó lentamente, haciendo resonar las placas de la armadura, sacudiéndose la nieve de las juntas y miró mal a Alice, que en aquel momento le mostraba su nueva horquilla con forma de flor violeta a Renvax.

-Chica, tranquila, no me eches la culpa si te ha bajado la regla -musitó socarronamente, encogiéndose de hombros. No pensaba entrar en una pelea a no ser que fuera Alice la primera que atacara y él tuviera que defenderse. Sin embargo, el peliazul estaba extremadamente aburrido y no había nada más divertido que picar a los compañeros. No lo hacía realmente con mala intención, ni le caía mal la incorpóreo, simplemente era uno de los sentimientos que mejor recordaba y que se le daba mejor poner en práctica.

Se quitó las partes más pesadas de la armadura y las dejó sobre la nieve, ya que su compañera hacía que desapareciera, y se quedó simplemente con la cota de malla y las botas. Se sentó, con un largo suspiro aburrido, e hizo aparecer su espada, con la que escarbó en la nieve durante un rato como un niño pequeño con una pala de plástico en la playa.

-Renvax... Exactamente, ¿qué tenemos que hacer aquí? Esto es más aburrido que una carrera de Setas Blancas. Si hay algo que hacer, hagámoslo ya. Si lo único que te interesa es el informe, pues empecemos a buscar. Pero aquí parados no hacemos nada.

Spoiler:

No pudo evitar esbozar una sonrisa traviesa al notar como Gilleux se veía obligado a tirarse a la nieve para apagar la pequeña llama que la maga había creado en su pañuelo. Se molestó ligeramente ante el posterior comentario del peliazul, y estuvo a punto de responderle duramente, tal vez comenzando una disputa. Sin embargo, notó la mano de Renvax en su hombro y, al escuchar su voz, desistió con un suspiro, mirando a la castaña y sonriéndole débilmente. Aquel día no se encontraba muy bien; le recordaba a aquella vez en Ciudad de Halloween...
Sacudió la cabeza, sin querer pensar en aquello. Los dolores de cabeza y su irascibilidad aquellos días se debían al control mental de Marluxia.

Antes de que Gilleux pudiera empezar a quitarse partes de la armadura, Alice hizo que desapareciera por pura cortesía, dejando al incorpóreo con las ropas níveas que provocaban que se confundiera con la nieve que vestía cuando llegó a aquel mundo. Escuchó algo desganada las palabras del peliazul, y también la aceptación de su propuesta por parte de Renvax. Alice asintió, jugueteando con su nuevo accesorio para el cabello.

-Es cierto, debemos comenzar ya a buscar. El problema es dónde -murmuró, mordiéndose el labio inferior, pensativa-. No creo que esté en el campamento; ni siquiera creo que más de dos de esos salvajes sepan leer. Aquí, en medio de la nada, tampoco encontraremos nada. Nos queda la Ciudad Imperial -propuso, acercándose al acantilado y señalando la colorida y próspera ciudad en la lejanía-. Aunque subiendo a la montaña he visto una extraña cueva donde me ha parecido notar más sincorazón de lo normal. Está más cerca y no perdemos nada por echar un vistazo -explicó, mirando el camino que bajaba a la aldea nevada.

También podía probar aquello que había estado practicando, aunque aún no lo dominara... Contempló a Renvax, esperando una respuesta al mismo tiempo que reflexionaba sobre aquello. Abrió la boca y estuvo a punto de decir algo, pero... exhaló algo de vaho y mantuvo la boca cerrada. Aún no estaba preparada para aquello: haría el ridículo, no encontraría nada de provecho y encima se quedaría casi sin fuerzas.

-Personalmente, propongo echar un vistazo primero a esa cueva. Tengo un presentimiento, y será más fácil explorar ese agujero en la montaña que toda una ciudad -propuso finalmente, callándose la idea que había tenido.

Off: Hermana, Renvax se salta los turnos porque somos lentos o3o

Gilleux suspiró aliviado cuando Alice hizo desparacer su armadura, aunque realmente no se preocupaba por los detalles de la misión. Desde la pequeña área nevada en la que se había instalado seguía escarbando el hielo con su espada despreocupadamente. Hizo una mueca cuando nombraron la ciudad: sería todo un fastidio buscar en un sitio tan enorme, y encima sería aburrido. Sin embargo, al escuchar la posibilidad de ir a una cueva cercana y repleta de sincorazón, levantó la mano.

-Voto por ir a la cueva -murmuró con una expresión neutral.

Se levantó de un salto, frotándose las manos con resolución, listo para patear algunos traseros oscuros. Al menos aquello le serviría para olvidar por un momento a Leks... El incorpóreo sacudió la cabeza. No podía permanecer siempre a su lado, ella también tenía derecho a intimidad. Pero la echaba tanto de menos... Incluso su personalidad cambiaba por una más fría cuando no estaba, lo había notado.
Miró a Alice, que había abierto la boca, aparentemente para hablar, pero exhaló algo de aliento helado y se calló. Unos instantes después habló, proponiendo ir a la cueva al igual que el peliazul. Sin embargo, Gilleux sabía que aquello no era lo que tenía pensado decir. ¿En qué estaría pensando aquella chica?

Miró a Renvax, que finalmente decidió ir a la cueva como sus compañeros habían anunciado que preferían. Gilleux asintió, con una sonrisa de satisfacción, y comenzó a andar por el sendero que bajaba a la falda de la montaña. Sin embargo, cuando ya se había alejado un poco, Renvax le dijo algo a Alice. El peliazul aguzó el oído, deteniéndose, por si era alguna información importante, mas solo pudo escuchar "...te queda muy bien, Alice". Esbozó una media sonrisa triste mientras continuaba la marcha, notando como Renvax era la primera en seguirle. Con aquellas dos junto a él sería imposible olvidar a Leks, aunque fuera por unos cortos segundos.

Spoiler:

Al parecer, ambos incorporeos estaban de acuerdo con la idea de Alice de explorar primero la cueva en la falda de la montaña. Cerró los ojos con una sonrisa al comprobar que a fin de cuentas sí había conseguido ser útil. Gilleux se levantó de allá donde había estado jugueteando con la nieve y fue el primero en emprender el camino a la cueva. Alice se dispuso a seguirle, mas noto la fija mirada de Renvax en su horquilla, y la también la miró, algo extrañada. Se sonrojó cuando la incorpóreo piropeó el recién estrenado accesorio.

-¿En... en serio te gusta...? Muchas gracias, Ren... -murmuró, sonriendo algo avergonzada. Alice aún se encontraba ligeramente "en shock" cuando su compañera comenzó a caminar, siguiendo a Gilleux. La maga se vio obligada a correr durante unos segundos para cogerle el ritmo. Tenía la cara completamente roja cuando comenzó a hablar con Renvax, mas no estaba segura de si era por la vergüenza o porque se estaba resfriando. Su corta falda no era la mejor ropa para la nieve.

-Yo... esto, Renvax... Si realmente te gusta, yo... Te he comprado algo a ti, aunque no me atrevía a decírtelo por si... por si no te gustaban este tipo de cosas... Un segundo... -comenzó a rebuscar en los bolsillos de su chaqueta, y pronto sacó una preciosa pulsera blanca cuyo diseño principal eran los copos de nieve, brillantes como perlas-. Supuse que no querrías algo rosa y cursi... Así que esto me pareció apropiado... T-toma, si la quieres... -murmuró, desviando la mirada por si la rechazaba, tendiéndole la pulsera.

Spoiler:

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Alice cerró los ojos fuertemente cuando notó como Renvax cogía la pulsera que le había comprado y la sujetaba, mirándola detenidamente. ¿Y si no le gustaba? Podía simplemente aplastarla con la fuerza de sus puños si no le agradaba la idea de un regalo y tampoco sería nada grave, pero... Alice se sentiría muy mal...
"Muchas gracias, Alice".
La maga abrió lentamente los ojos, sorprendida. ¿Realmente le había dicho aquello o se lo había imaginado? Cuando miró a Renvax a la cara, vio que estaba sonriendo, y le anunció que la pulsera realmente le gustaba.

El rostro de la incorpóreo pasó muy rápidamente de la incertidumbre a la felicidad. Su cara se iluminó de alegría y, tras que Renvax guardara la pulsera para que no se dañara en combate, cogío ambas manos de la incorpóreo con las suyas y le sonrió con todas sus fuerzas, mostrando una larga fila de dientes blancos.

-¡Me alegro mucho de que te guste! -exclamó, dando un par de saltos de alegría. Soltó entonces una de las manos de Renvax, quedándose unida a ella solo por una, y comenzó a correr junto a ella para alcanzar a Gilleux, que se había alejado un poco. Pronto llegarían a aquella cueva repleta de sincorazón, y como ningún peligro debía considerarse pequeño, Alice aprovechó y saboreó cada uno de aquellos momentos de felicidad junto a Renvax. La posibilidad de que murieran todos en aquella cueva era remota, sí, pero existía. Siempre existía.

Spoiler: