¿El One-Shot de la vergüenza?

Bueno, pues nadando entre los millones de documentos que hay guardados por mi ordenador me he encontrado con este One-Shot que Gill ha escrito. Se nota mucho que ha sido él solo por la pareja protagonista xD Ante la duda de si le j*dería el hecho de postearlo, lo posteo, solo para ver si le entra tanta vergüenza que se tira por la ventana xDD Solo el título es cursi de cajones. Ahí va:

Amor Resplandeciente

La noche reinaba sobre El País de las Maravillas y todos los habitantes de dicho mundo se habían ido ya a dormir.
Pero una parte del Bosque de Lotos estaba iluminada. Un grupo de viajeros habían encendido allí una hoguera.
-Que palo que Raven haya estrellado la nave –dijo Naguisa, una chica castaña con mechas rubias.
La aludida le dirigió una mirada asesina.
-Yo no tengo la culpa de ser la única que pilota decentemente la nave.
Todos los presentes carraspearon.
-Si me permites… -comenzó Terra Junior pero Raven le dio un capón.
-Yo, como legendario entrenador de Aquas… -dijo un extraño gato parlante, Kuna, pero Raven le estaba dirigiendo miradas de inminente asesinato-. Solo iba a decir que tengo hambre…
-¿Tú comes? –preguntó Roxas.
-Claro
-Pensaba que los gatos legendarios no necesitaban comer. Total, tienes miles de años.
-Gracias por recordarme mi vejez, niñato –respondió Kuna entre el llanto y las risas, aunque solo interiormente. Por fuera seguía impasible.
Todos los que estaban allí rieron. Bueno, todos menos dos en particular.

Winna era la hermana de Raven, una guapa chica de unos 15 o 16 años. Llevaba su precioso pelo rosa en una melena por debajo de los hombros. El otro que se mantenía fuera de la conversación era Gilleux, un incorpóreo que se había incorporado hacía poco en el grupo. No era muy alto y tenía el pelo y los ojos de color azul.
Tanto el uno como el otro se dirigían miradas fugaces, observando de reojo lo que el otro hacía.
De ello se habían percatado los presentes, excepto Winna y Gilleux, claro está. Todos sabían lo enamoradiza y a veces pervertida que era Winna, pero el comportamiento del ex-Miembro de la Organización XIII resultaba muy extraño y, a la vez, evidente.
Llegó un momento en que Raven, harta de tantas miraditas, se levantó y dijo:
-¡Bueno! No podemos quedarnos aquí toda la santa noche. Vamos a ver si reparamos la nave o algo.
Todos se levantaron para seguir a la morena.
-Un momento –prosiguió Raven-, vosotros dos –señaló a Gilleux y Winna- os quedáis a limpiar la hoguera y los restos de comida.
-¡Pero! –protestó Winna. Pero cuando Raven daba una orden, ya era imposible replicar.
Antes de irse, Raven se acercó a Gilleux.
-Como no la hagas feliz, estás muerto.
El peliazul se puso rojo como un tomate.
-P-Pero…
Raven ya se estaba marchando. Ella puso los dedos índice y corazón bajo los ojos y luego los dirigió al incorpóreo, como diciéndole “te tengo fichado”.
Cuando ya se hubieran ido, Winna se acercó a Gilleux.
-Estás rojo. ¿Tienes fiebre, acaso? –murmuró poniéndole la mano en la frente. El incorpóreo se sonrojó aún más-. ¿Quieres que me ocupe yo de recoger? Tú puedes descansar y…
-¡No, no, Winna! No sería caballeroso por mi parte. Hagámoslo juntos.
Ella sonrió.

Diez minutos más tarde, estaba casi todo recogido. Apenas se habían dirigido la palabra en todo aquel tiempo.
-Bueno, esto ya está –dijo al fin la pelirosa.
-Winna, yo, esto…
-¿Sí?
El incorpóreo se acercó a Winna.
-Q-Quiero decirte que…
Un extraño estruendo sonó. De la espesura apareció un ser enorme y delgado. Un Sincorazón Prestidigitador. Winna y Gilleux se sobresaltaron. Entonces, el sincorazón se precipitó sobre ellos y cogió a Winna. Ella se quedó sin habla. No sabía que hacer.
-¡Winna!
Prestidigitador pareció burlarse de Gilleux. Luego se volvió y corrió al interior del bosque.
-¡Engendro hijo de perra!
El peliazul hizo aparecer su espada y corrió en busca de la secuestrada.
-¡Winna! ¡WINNAAA! ¡WINNAAAAAAAAAA!
El chico creyó oír un extraño ruido. Como alma que lleva el diablo, corrió hacia donde había oído el grito, la charca.

-¡Gilleux!
Efectivamente, Prestidigitador se había llevado allí a Winna.
-¡Maldito! ¡Es el mayor error que has cometido nunca, sincorazón!
El incorpóreo, con un gran salto, se impulsó hacia la mano en donde tenía a Winna. Aterrizó en su muñeca.
-¡Winna, te salvaré!
-Gilleux… -murmuró ella, ruborizada.
Comenzó a darle espadazos en los dedos. El sincorazón respondió con un grito de dolor. Alzó la otra mano, en la cual llevaba una maza de malabarismo incendiada, e impactó su arma en el cuerpo de Gilleux.
-¡¡NO!! –gritó Winna.
El aludido cayó al suelo desde gran distancia, con quemaduras de gravedad. Su espada cayó a la charca. Parecía que había quedado inconsciente. El sincorazón soltó una gutural carcajada y levantó a Winna, poniéndola a la altura de su boca. Se la iba a comer.
-Ecs… ¡Te canta el aliento!

-No… -se oyó una vocecilla-. ¡No…! –dijo esta vez más fuerte-. ¡¡¡NO…!!! –Gilleux se levantó-. ¡¡¡NO TE ATREVAS A TOCAR A MI WINNAAAAAAAAAA!!!
El incorpóreo levantó el brazo derecho y lo dejó todo lo recto posible. El único dedo erguido era el índice.
Como una exhalación, un meteoro de enormes dimensiones se formó en la punta del dedo de Gilleux. Éste lanzó su colosal ataque al Prestidigitador, el cual no pudo reaccionar y explotó en el acto junto al meteoro, formando una gran humareda.
Winna caía entre el humo. Estaba muy asustada; ella no tenía tanta resistencia, no era una guerrera. Si caía desde aquella altura…
-¡Estrella Fugaz!
Gilleux, viajando más rápido que la luz, llegó hasta Winna de un salto, cogiéndola en brazos.
-No te iba a dejar caer, preciosa –le dijo dulcemente.

Aterrizaron suavemente gracias a los poderes de Gilleux. Él dejo a Winna en el suelo.
-¿Estás bien? –fue lo primero que le dijo. Ella lo miró pícaramente.
-Conque tu Winna, ¿eh?
Gilleux se puso rojo.
-Y-y-yo… -entonces, trató de serenarse. Era el momento idóneo-. Winna, yo… yo te… te… Winna, te quiero.
La chica se quedó patidifusa, boquiabierta.
-P-pero… eres un incorpóreo…
-Winna, eres la luz que ilumina mi oscuridad. La linterna mágica que me guía hacia los sentimientos. Soy un incorpóreo enamorado. Te amo, Winna, estoy loco por ti.
El corazón de los dos chicos palpitaba con fuerza, aunque uno de ellos en teoría no tenía. Estaban totalmente rojos, sin saber que decir.
-Me he pasado, ¿verdad? L-lo siento, me he precipitado. Supongo que no…
El peliazul se giró, avergonzado.
-Vamos, nos estarán esperan…
Winna cogió a Gilleux del hombro, le obligó a girarse. Su corazón iba a mil por hora.
-Yo también te quiero, Gilleux –dijo sonriente.
Se acercó a la cara del incorpóreo, ladeando ligeramente la suya. Sus labios se unieron en una preciosa escena, con la luz de la luna reflejándose en el lago e iluminando a los dos amantes. Era como si el astro les diera su bendición.

Ninguno de los dos quería que aquel momento acabase. Los labios del otro estaban deliciosos. Aquel acaramelamiento no debería haber acabado, pero la cruel falta de aire les hizo separarse.
Jadeaban; sus corazones latían a más no poder. Se abrazaron.
-Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida –murmuró Gilleux.
-Ojala no acabase nunca. No se que dirá Raven.
-No te preocupes por ella.
Se fijó en el cielo.
-¡Mira, Winna, que bonitas las estrellas!

Los dos se quedaron mirando las maravillosas estrellas.
-Sabes, Winna, esa constelación de ahí es la constelación de Yuko.
-¿Yuko? Vaya, es un nombre bonito…

***

Gilleux y Winna llegaron corriendo hasta la nave gumi. Allí, todo el grupo les esperaba.
Winna sonrió, jadeante, y Gilleux casi se cae al suelo.
-¿Qué habéis estado haciendo? ¡Dos horas! Solo teníais que recoger la basura –dijo Naguisa.
-Hemos estado ocupados –musitó Winna sonriente. Cogió el rostro de Gilleux por el mentón, lo acercó a su cara y le dio un fugaz beso.
Los presentes se quedaron anonadados.
-¿Qué vientos habéis estado haciendo? –preguntó Terra Junior, mirándoles socarronamente.
-Nada… -dijo Gilleux, algo mareado y ruborizado.
-Nada no es igual a amor. Algo habéis hecho –observó Kuna.
-Pues… -Winna les relató toda la historia-… le dije que yo también le quería y nos besamos.

Raven le volvió a hacer aquel gesto de “te vigilo” a Gilleux. Él levantó el pulgar y Raven sonrió, algo muy raro en ella. Entonces, Roxas abrazó por detrás a Raven.
-A ver cuando nos pasa lo mismo –dijo graciosillo.
-¡¡IDIOTA!! –Raven le pegó un buen capón a Roxas, lo cual le dejó en el suelo semiinconsciente. Eso si, la morena se había ruborizado.
Todo el grupo rió.
Carcajadas. Eso es lo que mantiene a los amigos unidos. Y a los que son más que amigos…










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Que vergüenza ni que leches. Me haces hasta un favor posteando esto xD Enga, que la gente contemple mis dotes de escritor y que les entren eyergasms (?)

WinnaXGilleux is what people need to be happy