Tengo que salir de aquí... II

El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte que formaba el infinito mar, y Aryn estaba sentado en la arena de la playa, en el extremo más alejado del pueblo, donde nunca iba nadie. Era su lugar preferido de la playa, alli podía estar tranquilo, sin que nadie le estorbara con molestas preguntas como: "¿qué haces?", "¿por qué no te vas a jugar con los otros niños?", "¿con quién hablas?"... esa era la peor de todas.

Después de un relajante baño, y ante la decepción de no haber dado con la solución a su problema, se sentó en la arena a hacer castillos. Le encanta hacer castillos; no porque tenga espíritu de arquitecto, sino porque de la sombra de éste puede crear soldaditos, caballeros y demás miniaturas con los que juega a conquistar los castillos que construye; la visión del castillo de arena y todas las figuritas de un negro mate constituían un contraste espectacular. Al fin y al cabo, seguía siendo un niño.

Cuando empezara a refrescar, se pondría la camiseta; cuando tuviera hambre, comería uno de los bocadillos que se había preparado, pero en ese momento estaba perfectamente, entretenido en rescatar a la princesa que estaba retenida por el malvado dragón en la más alta torre del castillo.
- Ja! Esta vez no te escaparás, bestia infernal. Mi espada Knightmare acabará de un tajo con tu penosa existencia. SLASH!!
- Oh, no!! ¿Cómo es posible que me haya vencido este caballero oscuro?! ¡Nooooo!

Mientras el sol seguía su lento descenso por el cielo. . .

Estoy cansado, una siestecita me vendrá bien...
Y se recostó sobre la toalla que había extendida en la arena. Se colocó su espada a su lado por si pasaba algo, y sucumbió al sueño.

Al despertar se ve en una ciudad que no conocía, llena de puestos y muchísima gente. Todos parecían ignorarle, pero de repente, uno de ellos le señala gritando: "ahí está, a por él!". En ese momento toda la escena le mira, y lleno de miedo se pone a correr en dirección contraria al que le señaló. Lucha por salir de la muchedumbre, y cuando lo consigue, gira la primera calle a la izquierda, y termina en un callejón estrecho, sucio y desierto, no había nadie allí. Se gira para comprobar que nadie le sigue, y al no haber nadie, decide continuar por el callejón, intentando salir de allí como sea; pero una figura le detiene. Esta detenida en medio de su paso, con una túnica cubriendole el cuerpo y la cabeza, que solo deja entrever una sonrisa macabra...
- Ha ha ha, ya eres mio.

Con un gesto veloz el perseguido lleva su mano a su cintura, pero no encuentra el mango de la espada que estaba buscando; en ese callejón oscuro no hay sombras, por lo que no podía hacer uso de su poder; y su telequinesis no era suficientemente poderosa... estaba indefenso, y eso le paralizó. En un intento desesperado de conseguir tiempo, mientras ambos avanzan lentamente (Aryn de espaldas hacia un muro) le pregunta:
- ¿Pero quién eres?, ¿qué quieres de mí?
- He venido a por tí, así que no me pongas las cosas muy dificiles, ¿entendido?

Al chocar contra la dura superficie del muro a sus espaldas, Aryn sintió una inyección de valor. "Yo soy el caballero oscuro, no debo temerle a nada". Con ese mensaje repitiéndose una y otra vez en su mente, decide hacerle frente a su adversario (al fin y al cabo está desarmado, solo es más alto que tú). El enemigo pareció conocer sus intenciones, pues no solo esquivó el ataque sino que hizo que Aryn cayera de bruces contra el suelo. Al intentar levantrse sintió el peso del pie de su enemigo en su espalda, y se rindió; el caballero oscuro había caído.

Como leyendo su mente, contesto mientras sonreía burlonamente: "Esto no es tu fin, es solo el comienzo de tu historia..."

Y sobresaltado, se despertó y se puso derecho, con el tacto de la cálida arena entre sus manos y bajo sus piernas. Todo había sido un sueño... solo un sueño . . .

[[Off: mientras no me pasa nada divago, espero que no moleste a los adminintradores]]

][ No, de hecho no molesta, lo que molesta es que Phantom no siga posteando en tu trama :S pues lo que acabas de interpretar, aunque parece un sueño, debería ocurrir con Phantom xD][

Rathalos escribió:][ No, de hecho no molesta, lo que molesta es que Phantom no siga posteando en tu trama :S pues lo que acabas de interpretar, aunque parece un sueño, debería ocurrir con Phantom xD][

se agradece que hayas visto el doble sentido ^^ sutil, pero presente, aunque bien es cierto que se puede interpretar de muchos modos; de hecho, el que habla en naranja me lo he imaginado como Rathalos, y el del callejon tambien podría ser Saytas...

Ya va siendo hora que vuelva a casa...
Y con este pensamiento sacudió su toalla de arena y se la echó al hombro, recogió su espada y puso rumbo a su casa. Era el extremo más alejado de la playa, así que le esperaba recorrer la playa entera hasta llegar al pueblo, pero nunca se hubiera imaginado lo largo que sería ese paseo...

A medio camino sucedió algo que le llamó la atención. A su derecha, entre él y la orilla, un destello púrpura llamó su atención, y oyó unos ruidos que nunca antes había oído. Cuando sus ojos se habituaron a los estellos del sol poniente pudo ver una figura sentada en la arena, y tras comprobar que su presencia no había sido percibida, comenzó a dirigirse hacia aquel extraño forastero.
- ¡Ytrio!
- ¡Hola!
- Calla, hoy no tengo muchos ánimos... dime, ¿crees que soy un ladrón?

La segunda voz le llamó la atención, pues estaba seguro que aquel desconocido estaba solo. Sucumbió a la curiosidad, se acercó (sin importarle ser oído) hacia aquel curioso individuo que llevaba aquella túnica larga y púrpura. Cuando estuvo a una distancia prudencial, mantuvo con fuerza su espada de madera y dijo:
- ¿Con quién hablas? ¿Y por qué dices eso de ladrón? Yo no te veo pintas de ladrón...- sinceramente esperaba que su mentira piadosa la hiciera ganarse la amistad del desconocido. Su cara no podía mostrar más inocencia.

Phantom llegó andando hasta el otro extremo de la playa desde el pueblo. La distancia era lo de menos, tan solo quería encontrar al hombre que hablaba con las sombras, para cumplir el cometido de Rathalos y así, estar más cerca de sus propios objetivos.

A lo lejos, pudo observar a dos humanos, quienes no había visto antes en el pueblo. Se acercó caminando, con su rostro inexpresivo como normalmente y se paró a escasos metros de ambos. Miró al primero, quien se encontraba sentado cerca de la orilla, vestido con unas túnicas lilas. Luego desvió su mirada al otro, un niño de no mucha edad, ni mucha altura.

Se quedó pensativo unos instantes, mientras miraba a ambos de arriba a abajo, intentando, por lógica, averiguar quién de los dos podía ser el que controlaba las sombras. Parecía ser que quien más posibilidades tenía de serlo era el joven de ropajes lilas, pues el otro no era más que un niño. Tras pensarlo un rato, optó por la manera sencilla, preguntar.

-¿Quién de vosotros.... es capaz de hablar y manipular las sombras?

[[ Off: posteo en la sabana, en "un comienzo inesperado" ]]

~~Phantom...*Una voz espectral se mostró en su cabeza con el tono de Rathalos~~* ¿El paladín se te ha escapado o lo mandaste tú hacia aquí?. Estoy en Tierras del Reino~~ Y acto seguido, le mostró una imagen en su cabeza de aquel mundo, y de donde se encontraba Rathalos ahora mismo. ~~Responde ante mí, estoy cerca del que maneja las sombras.~~

Phantom oyó la respuesta del hombre de la túnica púrpura, quien afirmaba ser él quien controlaba las sombras. Pero el sincorazón no se alarmó, y se lo tomó todo calmadamente, cuando aquel hombre pidió tiempo para despedirse. Le resultó raro al descorazonado ser su tan interés de acompañarle, y que no se alarmara siquiera, pero aun así no intentó detenerle.

El supuesto controlador de sombras agarró la espada de madera del pequeño que se encontraba con él, y alzó su bastón, golpeando en la arena, cuando de pronto, ambos desaparecieron. De la espalda de Phantom salió rápidamente una cadena electrificada, pero no tuvo suficiente velocidad como para evitar su ida.

Después de tal escena, la cadena volvió a su lugar correspondiente, el interior de la túnica. El sincorazón estuvo dispuesto a buscar mundo por mundo, dando con ambos humanos, cuando oyó en su mente el mensaje de Rathalos, quien decía estar en Tierras del Reino, y afirmaba que allí se encontraba el paladín.

Sin más dilaciones, Phantom se dió la vuelta y comenzó a andar por la playa, hasta dado momento que desapareció sin dejar rastro en una pequeña humareda negra.