Conocimiento de otra forma

*estando nuevamente en su nave gumi y en el espacio se quedo pensando mientras miraba la espada que le había dejado Miia*

Me esforzare

*en ese momento la nave comenzó a moverse por si sola, estaba cercas de un mundo uno demasiado raro*

Que pasa?! Nooo yo no quiero ir, yaaaa!!!

*y de repente cae en ese extraño lugar y sale de la nave casi arrastrada.

Era muy bello, frente a ella una gran agua cristalina, pasto completamente verde, y el aire era fresco y a la vez calido*

Que hermoso, pero…

*su espada le pesaba mas y cuando volteo asi atrás noto una extraña y peculiar cola*

Nooooooooo otra vez?!!!!

*rápido se dirigió hacia el agua y se miro bien, era una…*

Zuricita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

*su impresión fue mucho mas grande que cuando fue sirena*

Que genial esto es muy bueno

*estaba emocionada, desde pequeña quería ser un animal y ya se había echo realidad, pero algo le llamo la atención, a la lejanía se podía ver una extraña roca de una forma extraña y en ese momento la curiosidad le mato y quería conocer ese lugar, así que comenzó a caminar asía ese lugar, sin saber con que o quien se toparía*

-Pumba muévete, me aplastas-

-pero Timón me muero de hambre-

Que?

*esas voces estaban cercas de ella y claro se acerco*

Que sucede? Ocupan ayuda?

*los dos seres por lo visto uno idéntico a leksi y un puerco, se asustaron y se escondieron en unos arbustos*

Tranquilos, no les are nada!

*decía un poco apenada pero no salían de ese lugar algo estaba detrás de Leksi pero no quería mirar*

En los cielos de las Tierras del Reino, una majestuosa águila azul buscaba algo con esmero desde las nubes. A Gilleux no le gustaba nada aquel mundo, transformado en pájaro y lleno de animales, algunos bastante molestos.
-Pero he buscado por todos los mundos en que suele estar... -murmuró suspirando-. El País de las Maravillas, Selva Profunda, el Castillo... Aaah... ¿Dónde estás, Leks? -se dijo observando aquella corona de colores dorados y rojizos que tenía puesta a modo de pulsera en el ala.

Estaba preocupado, ya que la había dejado inconsciente y con su arma rota en su nave. No había dejado de buscarla en los mundos, y aquel era uno de los pocos que le faltaban.
El rugido de su estómago le hizo ruborizarse. No había comido nada desde hacía días. Divisó un precioso oasis repleto de agua y vegetación, lugar donde solían reunirse pequeños y suculentos animales.

Decidió aterrizar en un árbol cercano, y allí, a lo lejos, divisaba a dos extraños animalillos y un puerco. Aquello era mejor que la rancia comida que le servía Axel en el Mundo Inexistente.
Con un aleteo, se lanzó al aire y, lentamente, para que no notaran su presencia, se posó en la tierra. Un par de pasos más y podría comer... Dos de ellos ya se habían percatado de su presencia y estaban asustados.

Pero la hembra no. Abrió su pico, con la intención de cogerla de una sola vez, y se acercó un poco más...

*una rara sensacion le envolvió, los dos animales estaban asustados por algo, algo que nunca había visto, la mirada de la pequeña suricata se fue dirigiendo hacia atrás observando atentamente aquella ave, su única reacción fue...ninguna, se quedo inmóvil observando bien, algo le hizo regresar en si, la vos de los dos animales que le decían que corra, que se alejara, pero eso no fue lo que hizo, saco su nueva compañera y la coloco frente a ella alejando al nuevo compañero*

no te dejare que los lastimes

*se escuchaba decidida y con ganas de luchar, lo que había pasado con Alice le había ayudado, se sentía mucho mas confiada pero, su espada le pesaba teniendo esa forma, mas pequeña.

Su mirada fría cambio drasticamente, aquel objeto en la ala del nuevo le hizo pensar en alguien, la conocia bien*

la corona de la Reina!!!

*menciono sorprendida, bajo lentamente la espada estando aun algo desconfiada pero solo se le venia alguien en la mente*

Gill...Gilleux?

*cuestiono con un toque de curiosidad, tenia posibilidades de que si fuera el ya que como ella podría haber cambiado de forma a un animal, solo quería esperar ver lo que pasaba con ese gran pájaro*

El hecho de que aquel animalito pudiera blandir una espada le sorprendió. Se disponía a hacer aparecer la suya cuando ella dijo su nombre.
Un escalofrío le recorrió su empumada espalda. Solo había una persona que conociera aquella corona, aparte de él mismo.
Y había estado a punto de comérsela...

Su mirada recorrió cada palmo de la fisionomía de la suricata; finalmente vio aquel significativo colgante rosa, aquel que le regaló Eva y que luego él le dio a Leks.
Con gran impulso, se lanzó hacia Leks, abrazándola.
-¡Leksi, te he buscado por todas partes! ¿Qué te ha pasado? ¿Qué pasó después de que derrotáramos a Úrsula? ¿Dónde has conseguido esa espada?

Seguía estrujándola con ganas mientras le preguntaba.

*la confusión llego en la pequeña, cuantas preguntas seguidas le soltó y mas, la forma en que le abrazaba le aplastaba*

Gill…tranquilo…

*dijo algo esforzada dejando caer a su compañera, los dos animales salieron al rescate, que raro*

-dejalaaaaaa!!!-

*gritaron los dos al mismo tiempo chocando con el ave de forma tonta pero al menos lograron separarlos.

Estando todos tirados en el piso, cada uno en un lado, leksi los miraba fijamente de forma examinadora*

Gracias

*menciono poniéndose de pie mientras se tambaleaba un poco, aun no se acostumbraba a ser un animal.

Se acerco asía su espada la cual tomo con fuerza y guardo en la funda. Se acerco a Gilleux, al cual le extendió la mano para ayudarle a ponerse de pie*

Que raro te vez

*dijo entre risillas, en esa forma se veía mucho mas pequeña que antes, luego se acerco a los otros dos*

Quienes son ustedes? Ustedes mis salvadores

*decía en un todo juguetón viendo como los dos seres se pelaban por presentarse primero*

-yo soy Ti…-

-Pumba, querida-

-Timón-

Jaja Leksi, chicos

*miraron de reojo a Gilleux viendo a ver a que hora se presentaba*

-¡Aaah! ¡Quitad! -dijo apartándose de los dos individuos.
Cogió la mano de Leks y se levantó. Se quitó el polvo de las plumas sacudiéndolas con las alas.

-Yo soy... Gilleux... -les dijo a los dos animales en un tono dubitativo. Miró a Leksi, reprimiendo un impulso de volver a abrazarla y notar que estaba allí, aunque fuera en forma animal. Había estado buscándola por tantos mundos... Era normal que estuviera euforico al haberla encontrado.

Se fijó de nuevo en aquella espada de color azul brillante y no pudo evitar volver a preguntar:
-¿De donde has sacado eso? -musitó, señalándola. -¿Qué te pasó después de el episodio bajo el mar? Vamos, cuéntamelo, he estado muy preocupado por ti, te he estado buscando por todos los mundos...

Murmuró mientras se apartaba comicamente a los dos individuos, Timón y Pumba, con sus alas, uno a cada lado. Trataban de caminar hacia él para, seguramente, pegarle, pero lo único que conseguian era levantar nubes de polvo bajo sus pies

*reía un poco al ver el acto de los tres pero luego decidió a contestar las preguntas. Mirando la espada que estaba detrás suyo dijo con voz calmada*

A sido un regalo, de parte de una chica llamada Miia

*aun con esa risilla prosiguió en su respuesta, pero contarle todo lo que paso, las cosas que le confundían…tal vez el era el indicado*

Cuando desperté ya estaba en otra parte…

*se detuvo recordando el momento de lo que vio, en eso su mirada se fijo en la nave gumi que estaba mal estacionada cercas del oasis*

mi...teniendo mi espada rota decidí visitar a mi viejo maestro de magia

*dejo salir un pesado suspiro intentando explicarle todo bien*

Le rogué para que me enseñara, pero llego esa niña, parecia tu hermana, pero bueno, llego para pedirle información acerca de la keyblade, Merlín le dijo todo…y casi con las mismas palabras que tu

*la chica pensaba mas y mas, que pasaría si le contara mas haya, el le cuidaba mucho pero a la vez tenia que explicarle cosas*

Después vergel radiante fue atacada por un incorpóreo, una chica llamada Alice, Miia dejo tirada la espada así que como era lo único que pude usar pues…er…tuve una pequeña pelea con esa chica, usa muy bien la magia…

*dice susurrando bajando su cabeza*

Pero se que la hice una amiga, por lo visto tiene varios dolores. Después me llevo en un raro portal hacia un extraño lugar en donde se encontraba un hombre de larga cabellera rosada el cual usaba las plantas

*señalo a Gilleux algo exaltada*

Usaba esa misma capucha como la tuya y esa guadaña…fue divertido por el momento pero luego se marcho, luego otros dos portales salieron para sacarnos a miia y a mi…Alice persiguió a ese extraño ser, ahí fue cuando recibí a Amilinne

*se acerco a Guilleux y le dio un gran abrazo*

Y no se porque te molestaste en buscarme

*no le preguntaría nada acerca de lo ocurrido en la atlántica, tal vez seria malo saber el porque de su espada rota*

Gilleux escuchó la historia, entre interesado y asustado. ¿Tantas cosas le habían pasado...?
-Marluxia... -susurró-. ¡Maldito incorpóreo! Cuando le encuentre...

También recordaba a Miia, y le sonaba la tal Alice... Entonces Leks le abrzó y le dijo que no tendría que haberse molestado en buscarla. Él correspondió su abrazo, mientras le decía:
-Estaba preocupado... Ya sabes, después de lo de Atlántica... Y tu espada... Pensaba que no te podrías defender sin un arma, así que te busqué para... -dudó un momento, ya que sabía que ella sabía cuidarse sola-... protegerte...

Timón y Pumba observaban la escena, entre interesados y abochornados.
-Ejem, ejem... -carraspeó el más pequeño

*Marluxia? Así era el nombre de aquel incorpóreo. Solo la busco para ser protegida, Leks solo hizo un gesto de desagrado ante ese motivo, lo bueno fue que no la vio, pero al escuchar a Timón lo miro*

Cierto, también ustedes están aquí

*se soltó de Gilleux y se dirigió hacia la suricata gemela y la abrazo*

Gracias

*luego miro a Pumba, se estaba alejando cabizbajo, mientras soltaba una risilla corrió a el y también lo abrazo*

Son los mejores, pero no vuelvan a intentar cuidar de mi

*era como si se los dijera a los dos pero también iba dirigido para Gilleux. Apartándose los mira bien un tanto curiosa, sintió que era buena idea entrenar en ese lugar con su nueva compañera, así podría saber controlarla fácilmente*

Ey gill, me ayudas

*saco de la funda la espada y se la puso frente*

Quiero practicar con ella

Gilleux observó como Leksi se soltaba y se dirigía hacia los dos animalillos. Pudo captar aquella indirecta, pero no le importaba. Le gustara o no, él siempre estaría allí para ayudarla y protegerla.

La sorpresa se mostró en su rostro cuando ella le invitó a entrenar.
-Err... Se me hace extraño luchar en esta forma... -musitó mostrando las alas -. No tengo... dedos...
Hizo aparecer su espada, pero se le resbaló de sus azuladas alas. Estaba algo abochornado. ¿Cómo iba a luchar cuando hiciera falta si era incapaz de sujetar su espada.

-Em... -comenzó Timón-. Tal vez...
Tal vez te fuera mejor si la cogieras con las patas -terminó Pumba. El suricata le miró, enfadado por no haber podido terminar su frase.

Gilleux se miró las patas.
-Claro... Si se ajustan a las ramas...
Agitó ligeramente sus alas para elevarse a menos de un palmo del suelo. Acto seguido recogió a Soulthief con las patas. Era difícil luchar de aquella manera, pero se vería obligado a hacerlo.

-Pr... preaparado -exclamo-. O al menos, eso creo... -se dijo para sus adentros.

*miro a Timón y a Pumba los cuales se sentaron en un lado para presenciar la pelea*

De esta forma los dos podremos aprender mas en el uso de la espada

*dijo de forma tierna y tomando con sus dos manitas el mango de la espada se preparo*

Listo? Vamos…

*susurro lo ultimo corriendo hacia el, pero había un problema, no iba tan rápido como siempre, ella sentía mas pesada que nunca la espada, era un problema, pero eso le agravada.

Cuando se encontró a unos pocos centímetros dio un giro para distraerle y poder golpearle*

Gilleux notó que iba algo más lenta de lo normal. y era por su pequeño tamaño. Además, una espada de Orichalcum pesa más que una de madera.
-¡No te cortes, usa tu Are Cont! -le gritó cuando aún estaba lejos.

Al llegar, cambió de posición para atacarle.
-¡Ey! -pudo interponer a tiempo su espada contra la suya, pero se fue para atrás a causa del retroceso-. ¡No es justo, tu tienes manos! -exclamó elevándose en el aire-. ¡Veamos como te las apañas a larga distancia!

Una serie de Cometas de Fuego se dirigieron hacia Leksi, uno detrás de otro.

*inflo sus mejillas, pero si no fuera por él no sabría que hacer*

Eso crees jajajaja “Are Cont”

*pronuncio divertida, los aros en sus manos salieron pero a la vez algo nuevo, alrededor de sus tobillos tanbien tenia, pero eran dos para cada uno*

Gracias, así podré ver que tan bien los controlo

*se agacho un poco lista para dar un salto*

No me falles...

*susurro para si misma y dio aquel gran salto logrando estar a la altura y un poco mas alto que Gilleux*

“are cont”

*repitió arrojándole aire, esperando que fuera lo suficientemente fuerte para segarlo un poco y poder atacar con la espada, pero era mucho mas pesada en el aire*

“olvide ese detalle”

*pensó, pero con su esfuerzo y astucia hizo que el aire le ayudara a levantarla y dirigirla al pájaro*

-¡No te pases, podriamos hacernos daño! Además... -murmuró algo alarmado, cerrando fuertemente los ojos durante un momento-. ¡No, no, basta ya! -exclamó colocando sus manos en la cabeza y agitándola. Al abrir los ojos, su mirada había cambiado, parecía más fría que el hielo. Desapareció por un portal de oscuridad, esquivando todo ataque-. Tu te lo has ganado, pequeña -dijo con una voz sin sentimiento a las espaldas de la chica-. ¡¡Lluvia de Estrellas!!

Un gran bombardeo cayó del cielo en direcció a la chica, pero no parecía de entrenamiento, podía ser hasta mortal.
Gilleux se había integrado demasiado en la batalla. Todo rastro de sentimientos habían desaparecido de su interior; la Esencía del Corazón estaba ahora encadenada.

*se sorprendió, estaba tan atenta en querer luchar que olvido que alguien podría salir herido y por casualidad, Gilleux cambio de personalidad*

Esto no esta bien

*aquel ataque podría dañarlos a todos y eso era lo que menos quería. Descendió con mucha rápidamente en dirección de Timón y Pumba y antes de estrellarse contra el piso enterró la espada logrando un aterrizaje exitoso, pero eso no era todo, tendió sus manos a los lados creando una gran esfera en donde envolvía a los tres. El giro de esta esfera hacia que unos meteoros se detuvieran y otros se regresaran*

Maldición…

*dijo notando que su magia se le agotaba, usar en los tobillos era nuevo y además malo en esa situación*

-vamos a morir vamos a morir!!!!-

*gritaban histéricos los dos abrazados uno al otro*

Si siguen de esa forma les juro que si sobrevivimos les daré una buena lección

*estos dos se arrojaron a ella abrazándola, temblaban*

Temen…

*susurro para si misma, y luego miro a Gilleux fija y penetrantemente, debía saber que le pasada y no lo dejaría así, observo su alrededor y supo que hacer, primero quito la esfera y luego agarro a los dos arrojándolos a unos arbustos en los cuales no caían meteoritos, luego se dirigió al halcón, pero como estaba un poco elevado debió subir con un salto esperando que no notara que estaba detrás de el*

“te salvare”

*pensó acercándose a el y subiéndosele, pero era intentando tranquilizarlo*

Vamos amigo, regresa!!!

*decía un tanto preocupada, pero no daría paso atrás*

-Lista, muy lista... -murmuró al observar la esfera de aire que había creado para protegerse. Aquellos dos a los que intentaba proteger no le importaba.
En un momento dado la suricata se perdió de vista.
-¿Dónde...? -de pronto sintió como algo se agarraba a sus plumas. El águila, en lugar de agitarse como habría hecho cualquier animal salvaje, cerró los ojos con gesto de aprobación-. Si... Eres valiente, poderosa, pura de corazón... -murmuraba-. ¡¡Por eso debes ser eliminada!!

Los meteoros que volaban por ahí dejaron de aparecer, desvaneciéndose. Gilleux dejó escapar de su pico de águila una malévola risa.
-¡Estrellas Fugaz! -exclamó, volando con la velocidad que caracterizaba a aquella técnica. Solo que, en lugar de atacar con la espada, frenó con tanta brusquedad cerca del suelo que algunas de sus plumas se soltaron, al igual que la ahora liviana Leks.

La fuerza de su frenazo la obligaba a caer al suelo.
-Deberías saber que hay más de un forma de usar una técnica... -dijo dejándose caer suavemente sobre el suelo. Aun sin tocarlo, hundió su espada en la tierra. Sus normalmente cálidos ojos de color azul pálido se habían vuelto casi blancos, y su mirada fría podría helar hasta al más alegre. Su sonrisa se había torcido de tal manera que parecía más malévola incluso que la de Hades-. ¡Como esta! ¡CometaS de Fuego! -exclamó apuntando con su mano derecha al cielo. Acto seguido hundió aun más su espada, quedando totalemente sepultada. Bajó la manó hasta la altura de Leks-. ¡Lluvia de Estrellas!

En el cielo comenzaron a aparecer bolas de fuego, formando una inescrutabla cúpula de minas. Del suelo comenzaron a salir meteoros en un ángulo muy planificado: Sur, Norte, Este y Oeste. Sudoeste, Nordeste, Sudeste y Noroeste. Los meteoros surgían de la tierra gracias a la espada Soulsthief y se iban acercando a la suricata.
-Vamos elige, humana. ¿Prefieres ser atravesada por los meteoros que surgen de la tierra? ¿O prefieres morir entre las explosiones del cielo? ¡No tienes opción, mocosa! ¡¡¡Y AHORA MUERE!!!

¡¡Reflejo!! Alice había llegado hasta allí mediante un portal oscuro, advirtiendo la situación en que aquellos dos se encontraban. Al ver a Leks, aquella que la había perdonado incluso cuando había estado cerca de matarla en peligro. acudió a ayudarla sin pensarlo dos veces. Los meteoros, tanto del suelo como los del cielo se disiparon al chocar contra la barrera.

¿Estás bien? murmuró tendiéndole una pata a la suricata. ¿Verdad que eres Leks? Te he reconocido gracias a ese colgante que llevas. dijo sonriendo. De pronto, su expresión cambió a una extremadamente seria, dirigiéndola a Gilleux, el águila. ¿¡Qué pasa contigo!? ¡Creía que eras una buena persona! ¡En la selva no tenía apenas oscuridad en tu interior!

Tras unos segundos de feroces miradas, el rostro de Alice cambió a sorpresa, seguida de una gran compasión y una dosis de tristeza.
Tu esencia... dijo acercándose lentamente, con la certeza de aquellas palabras serian suficientes para calmarle un poco. Luz de Elimine... susurró.

La luz suave y acogedora tenía la misión de que la oscuridad que en el corazón de Gilleux menguara, y eso era lo que Alice esperaba que ocurriera.

*nunca pensó que esto pasaría, que su vida fuera tomada por uno de sus seres mas queridos en un acto como ese, pera había sido su culpa.

Tirada en el suelo miro todas las posibilidades que le quedaban*

Ninguna…

*susurro desanimada, tal vez es la hora, pensaba, así que no se esforzaría dejaría que le ataque, pero antes de que algo le tocara se escucho otra nueva voz, sabia que la conocía y claro, nunca la olvidaría*

Alice!

*se sorprendió por aquella gran magia que emanaba la chica, era muy buena, y por lo visto ya había conocido el lado bueno de Gilleux.

No dudo y con mucho esfuerzo se puso de pie y viendo lo que intentaba hacer la chica decidió ayudarle con algo, algo que posiblemente lo haría regresar.

Con un rápido reflejo se logro acercar y abrazo nuevamente al joven pero antes de separarse le susurro, aun cuando Alice estuviera purificando su corazón*

Espero no te olvides de mi…

*no quiso interrumpir mas aquella magia que se dispersaba casi por todo el mundo, Leksi había dejado en el cuelo del chico el collar que él antes le había dado, posiblemente eso le haría recordar*

Gilleux comenzó a sentir algo en su interior. Algo cálido, agradable, que hacía que tuviera ganas de bailar; por otro lado, parecía que otra parte de él mismo trataba de luchar contra aquella luz, que le dolía aquella sensación de felicidad.
Por un momento le pareció que aquella parte oscura de si mismo iba a superar a la luz, pero entonces notó algo.

El cálido abrazo de una persona a la que conocía bien, tal vez más pequeña y peluda, pero conservaba su esencia, la pureza que la hacía especial.
La oscuridad que predominaba en aquellos últimos momentos dejó pasar a la esencia de su inexistente corazón, así como la luna deja paso al sol al llegar la mañana.

Como si todo aquel tiempo hubiera tenido los ojos cerrados, las sombras fueron desapareciendo, al igual que la palidez de sus ojos. Gilleux fue recuperando, poco a poco, su blanquecino pero cálido color azul. Lo primero que vio al recuperar el sentido fueron unos ojos verdes, penetrantes, hipnotizantes... El peliazul ladeó la mirada lentamente para ver unos ojos luminosos, de color ámbar.
-¿Alice? -preguntó. Entonces dirigió su mirada al peso que sujetaba su emplumado cuello. Era aquel collar que tan bien conocía. Volvió a dirigir la mirada a la suricata-. ¿Qué... ha pasado?

*una amplia sonrisa se dibujo en el pequeño rostro de la niña y alegrada se tiro al piso*

Que bueno…

*se susurro a si misma suspirando de alegría, por lo visto la magia de Alice era tan grande que logro ayudarlo*

Como te sientes?

*le pregunto, no le contaría que paso tal vez eso no le gustara*

Te pegaste con un árbol y luego te zafaste

*observo que medio lugar estaba dañado, pero no mucho, los ataques anteriores que Gilleux eran fuertes lo bueno es que no le toco alguno, por lo visto aun le faltaba ser mas fuerte*

Pero no te preocupes estas muy bien y gracias a Alice ^^-

*volteo su mirada hacia ella sonriente esperando que le siguiera la mentirilla, luego volvió a mirarle observando como el collar le resaltaba*

Te queda bien

-Hombre, estas loco?-

*grito la otra suricata saliendo de entre los arbustos*

-si-

-casi nos matas, acaso no tienes que disculparte?-

*estaba exaltada al ver como le hablaban*

Jeje tranquilo Timón, no paso nada solo fue un accidente

*decía un tanto nerviosa*

-accidente?!! Eso no fue un accidente, nos ataco con todo-

*Leksi solo se pego con la mano abierta, la frente*

-¿Me he golpeado... contra un árbol...? -preguntó algo mareado.
Recordaba que él y Leks estaban entrenando. Luego solo se acordaba de un fuerte dolor de cabeza y una posterior oscuridad.

-Si debió ser eso...
Entonces, el exaltado suricata salió de entre los arbustos, alegando que les había atacado, casi matado. Aquello desconcertó al incorpóreo, pero entonces Leks le pegó en la frente y Alice se los llevó.

-En cualquier caso, esto es tuyo... -murmuró tendiéndole el colgante-. Perteneció a mi hermana, Eva. ...Murió... Pero eso no importa, a ti te queda mejor -exclamó cambiando de tema-. Supongo que ya me explicarás lo que ha dicho Timón en un rato. Ahora estoy... cansado... -y se dejó caer al suelo, junto a Leks. Una de sus alas cayó sobre la boca de la suricata-. Ups...-la apartó-. Así que Alice me curó... por cierto, ¿dónde ha ido a parar?

*se acomodo el collar como le gustaba luego le miro, lo bueno es que no se dio cuenta de lo que paso, y claro que nunca se lo diría, miro a todos lados en busca de Alice, tenia que decirle gracias, se podría decir que ella le a ayudado mucho*

No lo se, que raro, se llevo a Timón y Pumba…

*se recostó junto a Gilleux mirando el cielo*

Gill cuéntame más sobre tu hermana Eva

*decía con ese tono de curiosidad en su voz, saber que Gilleux recordaba algo como eso se le hacia genial pero a la vez raro, al menos podría conocer algo mas de el*

-Eva... No me gusta hablar de ella... -murmuró, alicaído. Las nubes dibujaban imágenes divertidas, como pasteles y leones. Pero una le llamó especialemente la atención.
Tenía forma humana, pero algo le decía que era maligno. Tal vez un sincorazón... Un escalofrío le recorrió la espalda.

Algo le decía que aquel mundo ya no era seguro...
-Vamos, Leks -dijo levántandose y ayudando a Leksi -. Ya tendremos tiempo para hablar en otro momento. Algo aquí me hace sentir... raro.
Pero los dos animalitos, Timón y Pumba, aparecieron con gesto de preocupación. Algo tenían que decir, seguro.
-¿Qué ocurre, chicos? -murmuró acuclillándose con una sonrisa.

(Música de fondo: Friends in my heart)

-Er... em... -comenzó Timon.
-Aquella chica... dijo que un tal País de las Maravillas había sido engullido por la oscuridad... -terminó Pumba.
Gilleux miró a Leks, entre sorprendido y preocupado.
-Yo... em... has dicho algo sobre que este mundo ya no es seguro... -dijo el suricata.
-¡Ah! -exclamó el peliazul-. Yo no quería...
-Si pasa algo, ¿vendreis a protegernos?

Aquellas palabras chocaron en el incorpóreo.
-¿Vendreis, amigos?
Amigos... La palabra amigo solo había sido pronunciada hacia él por Leks. Pensar que hubiera más personas en los mundos que le considerara un amigo. Pareció incluso que los ojos del incorporeo se humedecian

-Claro que si... -murmuró abrazando a Timón-. Nunca dejaríamos a un amigo en la estacada -siguió, abrazando al puerco-. Ningún mundo permanecerá en la oscuridad mientras sigamos vivos.
Miró a Leks, pero enseguida bajó la cabeza. Tenía la sensación de que iba a llorar y no quería que nadie lo viera.

-Adiós... -murmuró arrastrando los pies hacia su amiga. Nunca le había pasado aquello, el estar triste por despedirse de personas a las que acababa de conocer. Algo en su interior había cambiado. Esperó pacientemente, ya que suponía que leksi también querría despedirse.

*ante todo lo que vio, todas esas escenas le conmovieron, sus ojos habían sido poseídos por las lagrimas las cuales resbalaban por sus mejillas pero esa peculiar sonrisa no desaparecía*

No se preocupen, regresaremos

*empuño su mano animada, tratando de mostrarles que no estaba preocupada, todo estaría bien mientras…nadie saliera gravemente herido.

Rápido dirigió su mirada a Gilleux asintiendo con su cabeza en señal de que estaba lista, que volvieran a hacer que ese mundo estuviera en la oscuridad había sido un error, la mirada de la chica cambio por la misma seria que siempre ponía, tenia que buscar algo para seguir cuidando aquel mundo*

Timón, Pumba, espero se mantengan juntos todo el tiempo, y si pasa algo lo sabre y volveré

*se dio vuelta sin mas caminando en dirección de su nave gumi pero se detuvo junto a su espada la cual estaba clavada en el suelo*

Gilleux quieres venir conmigo?

*cuestiono la joven posando su mano en el mando de la espada y luego sacándola del suelo esperando la respuesta del incorpóreo*