Disturbios des-Corazonados

*Kyotsu Dejó en el desierto, al lado de la entrada de Agrabah su nave Gumi; parecía algo normal allí, y además estaba hecha de unas piezas que no serían facil robarla... aun así, por si acaso, antes de salir marcó un par de códigos en el panel de control, y cuándo Kyotsu salió saltando afuera hundiando sus pies en la arena, parecía como si Vanessa estuviese flotando, ya que había activado el modo camuflaje y se volvió totalmente invisible excepto la mujer.

-Bien, así nadie la ve...* Derrepente, escuchó gritos y gente huyendo del bazar hacia el exterior... gritando -¡Demonios negros, demonios negros!-Kyotsu giró la cabeza corriendo, viendo como un sincorazón bandido iba a atravesar a uno de los civiles entre la multitud con su sable. Éste cruel y sádicamente lo consiguió y el sincorazón bandido, al ver el corazon flotante del cuerpo inerte... engulló aquel corazón en la oscuridad...

Kyotsu espectado ante lo que pasaba, miró a Vanessa para cuándo se supone ya debería haber bajado de la nave, diciéndole... -Debemos hacer algo...¿Sabes luchar?- Entonces no esperó una respuesta cuándo Kyotsu en menos de trez veloces zancadas llegó a ése sincorazón bandido, que ya perseguía a otro civil; entonces, lo cogió desprevenido por su flanco derecho y le dio una patada en dicho costado, levantándolo así en el aire con la fuerza del empeine. Al tenerlo a la altura del pecho, Kyotsu lanzó un puñetazo hacia alante, originando una explosión literalmente en el pecho del sincorazón y haciéndolo desaparecer en una bruma negra.

Kyotsu miró hacia atrás esperando a que Vanessa apareciera dentro de su rango de visión y le dijo -¡Vamos!- En un tono de excitación por la lucha, pero nada alegre a su pesar, continuando hacia alante ahora en una carrera algo más lenta en dirección al fondo del bazar, con intención de llegar a palacio...

Al asomarse, aún dentro de la nave, y observar el exterior se quedó deslumbrada, literalmente, por el brillo del sol reflejado en las finas arenas del desierto. Los gritos le hicieron enfocar la vista hacia el bazar. Se estremeció al contemplar la salvaje brutalidad del sincorazón. Así que aquello era uno de los innumerables seres que sembraban el caos a su paso por los diferentes mundos… Repugnante. ¡Se había comido aquel corazón!

Baja de un salto, hundiéndose sus pies en la arena, y haciendo una mueca de dolor al sentir el calor abrasador de la arena en sus pies, pues calzaba sandalias de finas tiras. Seguro que aquello desollaría sus pies y enfermaría de fiebre. Sopesa la lanza en su mano derecha, y con un asentimiento de cabeza no muy convencido empieza a seguir a Kyotsu, aunque su avance es más lento. Sin apartar la vista de su cuerpo, enfundado en ropas negras – “este hombre morirá asado”- ve cómo acaba con facilidad con uno de los sincorazón. Aprieta el paso, olvidándose de sus pies, y agradeciendo que a medida que se acercaban a la zona comercial de Agrabah, el terreno se iba haciendo más sólido bajo sus pisadas.

Comienza a mentalizarse murmurando para sí misma " Atacar en cuanto vea uno. No dejar que se me acerquen. Destruirles."

*Los sincorazones pasaban por sendos lados, y algunos buscaban la forma de herirle pero no llegaban a alcanzarle; aquellas personas apenas le importaban pero debía comprobar cuan fuerte eran ésos sincorazones con respecto al que ya se había enfrentado, determinando que éstos eran porca miseria.

Así pues, fue a cruzar el arco para ir a la segunda zona del bazar y un grandullón de fuego se le puso en medio derrepente apareciendo de la nada. Kyotsu chocó con su oronda tripa y salió rebotado un metro hacia atrás, aterrizando de culo pero con sus dos manos por delante, que le sirvieron para girar su cuerpo en la caida apoyadas en el suelo y hacer una pirueta hacia atrás para acabar depié.
-Hmm... Éste... tiene pinta de que no va a dejarnos pasar así como así- Dijo para si mismo pero en voz alta, viando cómo ése gordo ser obstruía el arco por el cual tenía que pasar para llegar a palacio.

Una mueca de desaprobación, o quizá fraude surgió en su rostro, y frunciendo el ceño se lanzó hacia él, pero éste sincorazón hiperextendió la cabeza y luego, como si fuese un dragón lanzó una llamarada con la intención de calcinar a Kyotsu, pero éste hizo una finta impulsándose con su pie derecho hacia la izquierda y rodando hacia aquel lado (tiempo suficiente tooodo ésto para que llegase Vanessa).

Kyotsu miró hacia atrás incorporándose nuevamente, notando como el sudor en sus cabellos lo apelmazaban y se pegaban a su frente al girar tan bruscamente su cabeza... y divisando a vanessa ya cerca...

Llega al fin a su altura, quedándose un poco retrasada y dejando a Kyotsu entre el gordo y ella, mientras vigila con recelo que los sincorazón no se acerquen demasiado a ellos y quedando de espaldas a ellos. Hace girar la lanza frente a ella. Se la nota nerviosa cuando uno de los seres negros se acerca demasiado, por lo que deja de jugar con la lanza y, sea lo que dios quiera, cierra los ojos y emplea su técnica de perforación de forma automática contra él. Al abrir los ojos y verlo desaparecer su aplomo aumenta y medio sonríe aliviada. Si ha conseguido acabar con uno… los demás no serían tan complicados de eliminar ahora que había comprobado que su técnica era bastante eficaz.

- ¿Estás bien? – Mira a Kyotsu por encima de su hombro un instante, midiéndose con el que les bloquea el paso. Se separa de él unos pasos, preparada para acabar con cualquier otro sincorazón que se fije en ellos, y cubrirle así las espaldas a su compañero para que pueda luchar sin interrupciones con el otro.

*Kyotsu pasó su nudillo derecho por su moflete, poniéndose erguido y abriendo una vez las aletas de su nariz... Suspiró meintras pensaba...

-Fuego... Si es así... Me será dificil vencerle.... A no ser qué...* Entonces miró el arco, a a la derecha del mismo se encotraba un carromato lleno de barriles que llegaban a la altura de la cabeza del gordinflón...

-Je... Perfecto- Dijo ahora en voz alta, entonces la elevó un poco más a timbre oible por Vanessa diciendo -¡No te preocupes por mi; creo saber por donde acabar con él! En cuánto lo venza, corre hacia aquí, te avisaré.- *terminó de decir bajando el puño que acarició su cachete y comenzando a andar hacia el sincorazón que cargaba ahora nuevamente un fulgor que podía traducirse como una nueva llamarada...

][Dejo la muerte del individuo para el siguiente post y así no hacerlo tan largo éste][

- ¡Vale! … - Sin darle tiempo a decir más, se ve acosada por dos nuevos sincorazón. Gira la lanza con ambas manos frente a ella, sin permitirles acercarse. Luego, con un movimiento ágil, frena la lanza que apunta hacia uno de los sincorazón – el que está a su izquierda-, y la clava a la altura de su cuello. Viéndose vulnerable si acaso el otro la ataca ahora, gruñe y arrastra con violencia la lanza hacia la derecha para golpear al sincorazón. Éste se tambalea y retrocede un poco, al igual que Vanessa, que se ve arrastrada hacia delante al tener cogida con firmeza la lanza y caer el cuerpo del sincorazón atravesado. Apunto está de ir al suelo, pero consigue mantener el equilibrio en el último momento, y de forma brusca libera la lanza del cuerpo para enfrentarse al que sigue en pie.
Le deja que se acerque lo suficiente para emplear su técnica de perforación, acertando de pleno. Cuando comprueba que los sincorazón que quedan están lejos y ajenos a ellos, respira hondo y se vuelve. Posa en el suelo arenoso la lanza y apoya la frente contra el palo. Su respiración está ligeramente agitada, en parte por el calor sofocante que hace. Nunca ha estado demasiado acostumbrada a las batallitas, pero sabe que luchando cuerpo a cuerpo no se cansa tanto como sirviéndose de la magia.
Clava la mirada en Kyotsu, preguntándose qué es lo que tiene en mente para vencer al sincorazón ígneo.

][que bruto soy algunas veces releyendo mis post xD Oible XDD*Audible, bueno, sigo:][

*Kyotsu en el último momento hizo el amago rodando ésta vez hacia la derecha y impulsándose con su diestra para ponerse erguido a la vez que se impulsaba hacia alante, corriendo así hasta la pila de barriles.

El arco era oval, y por tanto el redondo sincorazón dejaba un hueco a sendos lados de su cabeza, sobre sus hombros...El cual aprobechó Kyotsu para, con los barriles, subir hasta tal altura, escalando barril por barril y dando así un salto impresionante hacia arriba, agarrándose del borde del arco oval y introducirse como una especie de gimnasta por ése hueco, cayendo al otro lado del arco.

Al parecer, para el sincorazón fue todo muy rápido y cuándo se quiso dar cuénta, se dio la vuelta y sus antebrazos no le permitían rotarse en aquel arco de la infraestructura, por lo que se quedó obstruido, cosa que el albino aprobechó para atacarle con su puño derecho, bien cargado a su espalda; éste soltó una explosión cuándo la mano de Kyotsu se internó en la blanda redondez de su parte trasera y ésto provocó que el sincorazón estallara en mil bolitas diminutas de fuego y en una bruma oscura que se disipó en cuestión de segundos.

Tras desaparecer la bruma oscura, Kyotsu gritó -¡Ahora, corre!- desde el otro lado del arco. Vanessa al darse la vuelta para mirar al arco, pudo percibir que el igneo sincorazón ahora solo era meras chispas incandescentes en el suelo que se extinguieron inmediatamente.

A su vez Kyotsu pudo observar cómo los sincorazones que le estuvieron persiguiendo al intentar ir a palacio acosaban a Vanessa, pero no era en la calidad de aquellos sincorazones donde residía la amenaza... sino en la cantidad; y que muchos se fueron apelmazando, y comenzarona semirrodear en forma de media lunna como hordas a Vanessa, dejándole solo la escapatoria hacia donde estaba Kyotsu, entonces éste volvió a alegar

-¡Corre, antes de que te acorralen del todo!- No sabía sinceramente por qué decía eso; pese a una actitud de despreocupación por los demás, estaba demostrando que en el fondo no era tan frío como parecía.

Al escuchar el primer aviso, comienza a correr
sin demasiado entusiasmo, y sin mirar hacia atrás ya que estaba confiada de que
no se acercarían a ellos, pero al escuchar su segunda advertencia se permite
echar una ojeada por encima del hombro. Se le escapa un grito sofocado de los
labios y, ahora sí, corre con ganas, rezando por no tropezar, hacia donde
Kyotsu la espera. La lanza la lleva en la diestra, con la punta algo hacia
arriba. Retrasa la mano izquierda, haciendo que su carrera sea un poco
incómoda, y grita “¡Hielo!” saliendo de ésta una ráfaga de esquirlas heladas
que distraen a los sincorazón y que la da algo de margen para llegar y cruzar
el arco.

*Kyotsu arquea una ceja cuándo ése espectáculo helado fluyó de sus palabras como algo inusual para él... Debía ser Magia... Sin duda lo era; se quedó maravillado, hasta que ella estuvo cerca, entonces sacudió su cabeza concentrándose en lo que debía estar, y se dio la vuelta para continuar corriendo hacia el palacio~~

][Continuo en el palacio][