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Vie Jun 29, 2012 12:14 am por Renvax
Ha pasado casi más de medio mes desde que empezaron las vacaciones y yo hice el esfuerzo de intentar revivir el foro pero no veo actividad por ningún lado ,ahora ni si quiera en el chatbox. ¿Hay alguien ahí? porque yo no veo a nadie en el foro. Os emocionasteis haciendo fichas pero no veo roleo,es que no veo ni en el chatbox.... eso sí,yo no puedo hacer más,he hecho …
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El riesgo del incumplimiento
Organization XIII Rol :: Crónicas :: Versión 2.0 :: Threads :: Mundo Inexistente
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El riesgo del incumplimiento
En los pasillos de la fortaleza había un gran revuelo. Las chicas cuchicheaban y varios grupos de chicos se reían al ver pasar a Gilleux.
Uno de aspecto maduro, de cabello negro donde ya iban apareciendo canas, y con un parche en el ojo derecho se le acercó, le puso el brazo en el hombro descaradamente y le dijo, con una sonrisa socarrona:
-Dicen que has estado relacionándote con una humana. ¿Es eso cierto?
-Aparta, Xigbar -respoondió Gilleux fríamente.
-Oh, vamos. No seas tan hosco. ¿Quieres que le ponga los diente de corona?
El peliazul reaccionó violentamente, acorralando al Francotirador contra la pared.
-¡No te atrevas o...! -le soltó bruscamente-. No vuelvas a hablarme, despojo.
Gilleux trató de serenarse para seguir su camino. Xigbar volvió, con una risa tonta que disimulaba su enfado, junto a un risueño hombre de pelo corto y rubio y otro con rastas, que reía a carcajadas.
Tras recorrer varios pasillos soportando más irritantes comentarios y cuchicheos, llegó haasta una abierta sala circular. Las paredes, desnudas, eran de mármol blanco, y varias puertas rodeaban el lugar.
Sentados entre dos puertas, un joven rubio y de aspecto despreocupado se reía de alguna ocurrencia de su acompañante pelirrojo y cabello descontrolado.
Al ver al peliazul, cesaron de reir. Le escrutaron de arriba a abajo con la mirada.
-¿Conseguiste la corona?
El recién llegado negó con la cabeza.
-¿¡Qué!? -exclamó Axel, incrédulo-. ¿No sabes lo que te pasará si no completas la misión?
Gilleux enarcó una ceja, esperando una explicación.
-¡Te enviarán como guardián del Castillo del Olvido! -susurró intentando que su tono de voz sonará amenazador.
-No es más que un rumor -se apresuró a aclarar Demyx-. Dicen que al primero que no logre completar una misión, lo enviarán al castillo.
-Pero Zexión es casi como mi hermano -dijo cogiendo el pomo de la puerta que tenía más cerca, la que llevaba a donde estaba Zexión-. No creo que fuera capaz de...
Un grito le interrumpió.
-¡¡Alto!!
Una figura femenina, totalmente vestida de negro y peinado rubio, se acercó jadeando.
Cuando al fin llegó, colocó sus manos sobre las rodillas y bajó la cabeza.
-¿Qué ocurre, Larxene? -preguntó Gilleux con desgana.
-¿¡Estás loco!? ¡No tienes la corona! ¡Te enviarán al castillo!
-No te preocupes, Zexión nunca...
-¡Ya! Ya lo se... -fue tranquilizándose poco a poco-. Pero, aunque Zexión no se lo diga, El Superior está al corriente de todas las misiones que se están llevando a cabo.
La chica abrió un portal. Comenzó a empujar a Gilleux para que se metiera.
-P-pero... -balbuceó.
-¡Nada de peros! ¡Luego me lo agradecerás!
Gilleux desistió. Nadie era capaz de contradecir a la Ninfa Salvaje. Con un gesto, se despidió de los tres incorpóreos.
-¿Crees que lo conseguirá? -preguntó Axel una vez el peliazul ya se hubiera ido.
-No. Es demasiado benévolo, para ser un incorpóreo.
-Entonces...
-No preguntes.
Lentamente, los tres desaparecieron entre los corredores de la fortaleza.
Uno de aspecto maduro, de cabello negro donde ya iban apareciendo canas, y con un parche en el ojo derecho se le acercó, le puso el brazo en el hombro descaradamente y le dijo, con una sonrisa socarrona:
-Dicen que has estado relacionándote con una humana. ¿Es eso cierto?
-Aparta, Xigbar -respoondió Gilleux fríamente.
-Oh, vamos. No seas tan hosco. ¿Quieres que le ponga los diente de corona?
El peliazul reaccionó violentamente, acorralando al Francotirador contra la pared.
-¡No te atrevas o...! -le soltó bruscamente-. No vuelvas a hablarme, despojo.
Gilleux trató de serenarse para seguir su camino. Xigbar volvió, con una risa tonta que disimulaba su enfado, junto a un risueño hombre de pelo corto y rubio y otro con rastas, que reía a carcajadas.
Tras recorrer varios pasillos soportando más irritantes comentarios y cuchicheos, llegó haasta una abierta sala circular. Las paredes, desnudas, eran de mármol blanco, y varias puertas rodeaban el lugar.
Sentados entre dos puertas, un joven rubio y de aspecto despreocupado se reía de alguna ocurrencia de su acompañante pelirrojo y cabello descontrolado.
Al ver al peliazul, cesaron de reir. Le escrutaron de arriba a abajo con la mirada.
-¿Conseguiste la corona?
El recién llegado negó con la cabeza.
-¿¡Qué!? -exclamó Axel, incrédulo-. ¿No sabes lo que te pasará si no completas la misión?
Gilleux enarcó una ceja, esperando una explicación.
-¡Te enviarán como guardián del Castillo del Olvido! -susurró intentando que su tono de voz sonará amenazador.
-No es más que un rumor -se apresuró a aclarar Demyx-. Dicen que al primero que no logre completar una misión, lo enviarán al castillo.
-Pero Zexión es casi como mi hermano -dijo cogiendo el pomo de la puerta que tenía más cerca, la que llevaba a donde estaba Zexión-. No creo que fuera capaz de...
Un grito le interrumpió.
-¡¡Alto!!
Una figura femenina, totalmente vestida de negro y peinado rubio, se acercó jadeando.
Cuando al fin llegó, colocó sus manos sobre las rodillas y bajó la cabeza.
-¿Qué ocurre, Larxene? -preguntó Gilleux con desgana.
-¿¡Estás loco!? ¡No tienes la corona! ¡Te enviarán al castillo!
-No te preocupes, Zexión nunca...
-¡Ya! Ya lo se... -fue tranquilizándose poco a poco-. Pero, aunque Zexión no se lo diga, El Superior está al corriente de todas las misiones que se están llevando a cabo.
La chica abrió un portal. Comenzó a empujar a Gilleux para que se metiera.
-P-pero... -balbuceó.
-¡Nada de peros! ¡Luego me lo agradecerás!
Gilleux desistió. Nadie era capaz de contradecir a la Ninfa Salvaje. Con un gesto, se despidió de los tres incorpóreos.
-¿Crees que lo conseguirá? -preguntó Axel una vez el peliazul ya se hubiera ido.
-No. Es demasiado benévolo, para ser un incorpóreo.
-Entonces...
-No preguntes.
Lentamente, los tres desaparecieron entre los corredores de la fortaleza.
Gilleux- Administrador
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Cantidad de envíos : 590
Edad : 28
Localización : Estas ruinas tienen algo extraño. La palabra es... ¿Místico? ¿Misterioso? ¿Extraño? ¿Mohoso? ¿Cachondo?
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Hoja de personaje
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