[+18] Meditando...

El pasillo estaba iluminado con una luz muy ténue, creando sombras por doquier. Se preguntó si los chicos se habrían instalado en la habitación de enfrente, tal como le sugirió a Ralexion, así que se acercó con sigilo y golpeó la puerta, deseando que no fuera Coxe quien le abriese, pues se moriría de vergüenza. No es que con Ralexion tuviera más confianza, pero al menos tenía la seguridad de que él no la haría daño. Además, tenía que agradecerle el haberla ayudado horas atrás.

Sonríe cuando se encuentra con que en efecto Ralexion es el que abre la puerta, haciendo despliegue de su simpatía.

- Buenas noches...- Le deja hablar, con las manos enlazadas en la espalda mientras se balancea lentamente de un lado al otro. - Sí, Kyotsu sigue durmiendo... pero eso es bueno, el sueño es reparador. Y como me desperté y no quería molestarlo... pues vine a verte.

Le mira con inocencia, notando cómo los colores suben a sus mejillas, pero en aquella zona mal iluminada se sentía más segura.

Se suma a la risa de Ralexion, y entra en la habitación. Recorre la estancia con la mirada, percibiendo la pulcritud y orden que el muchacho tiene con sus pertenencias. Se sorprende al encontrársele sólo.

-¿Estás sólo? Pensaba que aquel chaval iba a quedarse… Mejor, así te hago compañía y no te aburres…

Avanza hasta la cama, y se sienta en el borde, lugar donde también van a parar sus manos. Luego, de nuevo, le mira, y cae en la cuenta de que no lleva el parche cubriendo la extraña cicatriz sobre el ojo izquierdo. Podría preguntarle sobre el origen de la misma, pero quizá fuera un tema que le incomodase, o tan sólo es que ella misma no quería oír la respuesta.

- Pero suele ser lo normal que nosotras lo llevemos más largo...

Cuando él vuelve el rostro para mirarla, ella se incorpora y, acortando el espacio que queda entre ambos, lleva una mano a la cinta que mantiene recogido el cabello de Ralexion para quitársela y se lo alborota. Contempla el efecto del pelo suelto enmarcando el sonriente rostro y coge le coge un mechón azul plateado, que comienza a enredar entre los dedos. Los ojos vagan por el rostro de Ralexion hasta posarse en sus labios, y sin ser consciente de ello, Vanessa humedece los suyos.

La mano que antes jugaba con su pelo, se posa ahora en la mejilla izquierda de Ralexion, y la acaricia con el pulgar suavemente.

- Dime, Ralexion... -Acaba por deslizar la yema del dedo sobre sus labios con delizadeza -¿Has sentido alguna vez la calidez de una mujer entre tus brazos...?

Se inclina hacia él con un movimiento fluido aunque lento, acercando el rostro hacia el atónito Ralexion, hasta que nota los labios pegados a los suyos. La mano ya había descendido hasta su cuello, y lo rodeaba en parte.

La respuesta de Ralexion en forma de abrazo fue todo lo que necesitó para saber que ya se había rendido al deseo. Antes de volver a cubrir sus labios con los de ella, sostenida y acercada por su abrazo, se acomodó sobre su regazo a horcajadas. El deseo también recorría su cuerpo, pero intentaba refrenarse para no abrumar al joven humano que ya se encontraba bastante sorprendido.
Enredó los dedos en la melena de Ralexion y tiró hacia atrás, inclinándose para besar y mordisquear su cuello.

Off: Mortal falta de inspiración, espero que al próximo post no me pase xD

Llegados a ese punto, Ralexion no es que no pudiera resistirse, es que simplemente no quería. Vanessa le había abierto, de esa manera tan abrupta, las puertas a un mundo que no conocía, y que no le parecía desagradable. Así pues, el guerrero continuó disfrutando de las caricias de su amante, profiriendo escuetos gemidos de tanto en tanto.

Escuchar los gemidos contenidos del joven le satisfacía. Dejó de agasajar su cuello con los labios para comenzar las manos a explorar el cuerpo a través de la túnica que Ralexion llevaba puesta, mientras dejaba vagar una mirada lasciva por su rostro. Al tacto, su cuerpo no parecía demasiado musculado pero ella ya había comprobado la agilidad y fuerza del guerrero. Las manos continuaron descendiendo por el espacio que quedaba entre ambos cuerpos hasta llegar a la abultada unión entre sus piernas. Deslizó en sentido descendente los dedos por toda su longitud, contenido el aliento, esperando a ver una reacción de placer en su rostro.

Off: Y una vez más, siento la tardanza, esta vez a causa del mal funcionamiento de mi red no legal xD Menos mal que la semana que viene ya me ha confirmado mi padre que piensa ir a hablar con los de Ono para que nos pongan conexión que no me deje tirado cada dos por tres... xD

Ruborizado como un colegiala, sintió con extrañeza como las manos de Vanessa exploraban su cuerpo. Por ende, un discreto bienestar fué haciéndose notar por su pecho, y especialmente, de cintura para abajo. La mujer extendió su mano por las partes íntimas de Ralexion, el joven no lo impidió, pero sí que notó un ligero escalofrío que le recorrió la columna. Para su vergüenza, Vanessa notaría a la perfección que su sexo sí que se encontraba en una manera acorde a la situación.

- ¿Por... qué? -gimoteó entrecortadamente- ¿Por... qué haces... esto? No lo entiendo...

Carraspeó suavemente. Le resultaba extraño que él no hubiese comenzado a explorar su cuerpo ya que aquella era una buena oportunidad para hacerlo, por lo que le cogió la mano izquierda y se la colocó sobre uno de sus pechos.
Se dio cuenta de que evitaba su mirada, aunque no mirarla a los ojos no le iba a salvar de aquella situación que lo incomodaba hasta el extremo pero que su cuerpo deseaba.
Inclinó el rostro para atrapar sus labios mientras dirigía la mano de Ralexion con la suya por encima para indicarle cómo debía acariciarle y apretar el pecho sin que llegase al extremo de ser doloroso. Su mano izquierda se internó de nuevo entre ambos cuerpos para acariciar por encima de la ropa el miembro excitado del joven.

*Kyotsu salió de su habitación caminando por el pasillo. La siguiente puerta hacia la salida era en la que se encontraban ambos... Le bastó colocar una mano en el pomo, sin girarlo para escuchar ruidos propios...

El albino negó con la cabeza con media sonrisa y cerró sus ojos tras sus tintadas gafas de sol. Retiró dicha mano del picaporte y se precipitó a salir fuera del hotel para darse un paseo.
-Que bien, la gente no pierde el tiempo- Dijo para abrir la puerta de salida hasta el distrito con una leve patada, ya que ésta era corrediza, dejando pasar su semblante intentando recordar la frescura de la mañana en sus músculos, en los cuales aún sentía un poco de ardor.

Le sonrió con malicia cuando al fin pareció soltarse y dejarse llevar por la situación de forma participativa, cosa que le revolvió el deseo en el cuerpo. Le dio un rápido beso y volvió al suelo. Sin apartarle casi las manos, tiró de sus brazos para obligarle a levantarse y en cuanto lo hizo, tras una mirada de complicidad tiró de su túnica hacia arriba, y con ello le apartó durante un instante las manos a Ralexion de sus pechos, hasta sacarla por su cabeza. La dejó caer a un lado, mientras recorría el cuerpo desnudo hasta la cintura con los ojos, disfrutando de la visión del cuerpo joven y bien formado. Tardó a penas un segundo en pegarse a él y comenzar sus manos a recorrerlo al tiempo que sus labios besaban uno de sus hombros desnudos y daba pequeños mordiscos en la piel. Se entretuvo rodeando su cuerpo, con las manos girando lentamente en torno a su cuerpo, y cuando llegó a su espalda recorrió con la lengua la columna vertebral del joven, de abajo hasta la nuca donde enterró el rostro entre sus finos cabellos gris azulados. Las manos descendían de sus pectorales hasta el estómago, y luego la diestra se aventuraró a meterse por los pantalones del chico para sentir piel contra piel el deseo del joven.