Muero de hambre y no hay nada que comer...

Después de haber presenciado una batalla demasiado aburrida,
el pequeño salio de la Arena para ir a comer algo o alguien mejor dicho, pero todo estaba solo no había nadie a quien le pudiera comer el corazón, estaba frustrado y malhumorado por tanta hambre que tenia, después de un tiempo de vagar y vagar por todo el lugar no pudo encontrar nada ni a nadie tan siquiera para pelear o reñir un rato, el pequeño dragón después de una exhausta búsqueda estaba delirando y empezó atener espejismos de corazones volando por todos lados, intentando atrapar uno
de esos corazones espejismo termino debajo de un árbol, en una espectacular
sombra, se sentó el pequeño a esperar a que algo pasara mientras una
refrescante brisa pasaba y lo acariciaba en esto el pequeño se durmió despierto
y soñaba en crecer ser poderoso y ver en que se podía convertir.
[gracias por no continuar ahora tendré que terminar esto yo solito…]
De pronto todo el lugar paso de una tranquila tarde bajo la sombra de un árbol a una inquietante y negativa tarde, todo se envolvió con una extraña presencia, pero al pequeño dragón no le molestaba en lo absoluto, al contrario, sintió que por fin algo interesante pasaría esa tarde. Sacudió su cabeza para quitarse lo modorro y poder ver bien que es lo que estaba pasando en ese lugar, poco a poco, pudo notar una figura extraña aproximándose a el, con una lúgubre y siniestra risilla dijo Maleficent al dragoncito
– Muahahahahaha… Por fin te encuentro criaturilla de la oscuridad, sabia que algo me había pasado pero quien hubiera imaginado que un retoño era lo que me acongojaba.-
El pequeño no entendía absolutamente nada de lo que ese ser le estaba mencionando lo único que podía notar era su peculiar aroma, era extraño ya que esta tenia un parecido y muy familiar aroma. Intrigado el pequeño empezó a olfatearse así mismo pensando que esto era extraño ya que olía similar a el pero ese ser no se parecia a el. Maleficent dijo
– Se lo que estas pensando quien soy y por que estoy aquí, muy bien te lo dire pero primero tengo que darte algo.- Maleficent tomo su báculo mágico y haciendo un hechizo lanzo al pequeño una inmensa cantidad de rayos verdes que salían del báculo directo a la cabeza del dragón, levantándolo por los aires por tanta fuerza que tenian y entre risa y risa se podía escuchar unas palabras – Te otorgo Sabiduría e inteligencia para que puedas razonar y por fin podrás comunicarte con otros seres y gracias a que eres una bestia podrás entablar conversaciones con animales y humanoides de todo tipo, pero claro… todo tiene su precio… tienes que sufrir ya que si no duele no sirve!! Muahahahahah!!-
Retorciéndose de dolor el pequeño dragón después de unos minutos de esa tortura mortal algo había pasado todos sus genes habían sido maximizados y gracias a la maldad de Maleficent que el dragón llevaba en su interior y a la obscuridad de Rathalos que también estaba en su ADN el dragón obtuvo una pequeña habilidad. Podía comunicarse telepáticamente con otros seres. No podía hablar ya que no tiene cuerdas bucales pero si podía comunicarse por su cerebro, todo el lenguaje había sido introducido a el en unos cuantos minutos, estaba exhausto y acabado pero antes de perder el conocimiento pudo escuchar unas ultimas palabras de Maleficent
– Nos….. vol…vere…mos…. A… ver… HI…JO…MIO……. Muahah.. haha..haha..-
*grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr....* se escucho en el estomago del dragón callendo al suelo perdiendo el conosimiento ya que todo lo que habia pasado le habia llenado la cabeza de cosas utiles pero nada que sirbiera para quitar el hambre.
-salgo-