Entrenando en la ventisca

por **Miia** Sáb Ago 29, 2009 5:30 am

Miia llegó hasta aquel lugar porque se decía que grandes hordas de Sincorazón aparecían en aquellos páramos.
Y no se equivocaban. Sincorazón de todas las clases y tamaños se reunían en aquel pico.
Con una sonrisa en los labios, sacó su arma.

Sombras, Neosombras y poderosos Invisibles...
Aquel lugar estaba repleto de enemigos poderosos, justo como ella quería.
Con un giró del hula-hop consiguió cortar por la mitad a dos sombras.

Con unas estocadas más, liquidó a cuatro Sombras y a un Invisible.
Notó una extraña presencia detrás de si, así que que creo una nube que aprisionó en su interior a aquel ser. La Neosombra fue aplastada por la presión que ejercía el cúmulo.

Cuando volvió la vista al frente, se encontró con que todo un batallón cargaba contra ella.
Una media sonrisa se dibujó en su rostro. Alzando las dos manos al cielo, creó una gran nube que abarcaba todo el ejército.
Con un par de piruetas, de la nube cayó una estridente tormenta de lluvia ácida acompañada de rayos y truenos.

Gracias a eso, cayeron muchos sincorazón.
Pero entonces sintió una punzada en la pierna. Una Neosombra la había atacado.
La peliazul volvió a sonreir.
Hay sincorazón para rato... murmuró mientras se lamía el labio superior con la punta de la lengua.